MDT: Mi querido entrometido

Capitulo 27: El yate

Eva

Dos horas después de un largo viaje, habíamos llegado al muelle. Para resumir nuestra pequeña aventura, pasamos el camino cantando a todo pulmón y con los revases suicidas de Owen en todo el camino.

Se preguntarán, ¿como coño entraron todos a la camioneta? Fácil, unos encima de otros ya que olvide aclarar que solo íbamos en un vehículo, menos los encargados de ir por el pastel.

Que por cierto, la querida malia, alias la traidora aun no se a dignado ni a mirarme. La verdad, la entiendo, malia siempre a sido muy tímida en ese tipo de cosas, bueno, mentira la niña lee y no solo clásicos.

Lo que si me parece es un dulce cliché, malia estaba haciéndose pasar por enfermera en el hospital y elay es doctor, esta última información me la dio Ivan.

Otra incógnita que tenia, era como harina permitió que Axel llevara a dahianna a la casa junto con Fhanny, para mi sorpresa, nuestra queridísima Fhanny es hija del presidente de D.I.S.A.E organización que se encarga de mantenernos, supuestamente a salvo y controlados, que mejor manera que su hija nos acompañe para seguir pasando desapercibidos .

Sus siglas significan  División internacional secreta de agentes elegidos o algo así, pero ese no es un tema importante ahora mismo.

Mientras caminábamos, Ivan iba haciendo un pequeño álbum de fotos.

—Ivan, deja de tirar fotos. —le ordenó adrien.

—son para recordar, cuando estén viejos verán mis fotos y dirán "carajo, que sexy era Ivan de joven" —me reí ante su comentario. —aún de viejo seguiré siendo sexy, pero ya entendieron.

Adrien lo miro mal, comprendía por completo la actitud de adrien hacia Ivan, el no es de las personas que se fían fácil de otra, siempre ha sido un chico muy reservado, incluso de niños, era el más callado.

Siempre estaba serio o sonreía muy poco a menos que estuviera solo conmigo, era muy distinto cuando se trataba de mi.

—Cariño, toma. —hablo elias sacándome de mis pensamientos mientras me pasaba unas bolsas con comida chatarra.

—gracias idiota.

—el día que me digas algún apodo cursi, andare con los huevos al aire.

—Imbecil.—me reí.

Caminábamos hacia un yate, era muy coqueto y lindo, de color blanco con diseños simples, pasaba muy buen desapercibido.

—Eva, no es ese. —mire a elias sin entender— es ese bonita.

Señaló otro, este era uno mucho más grande, bastante extravagante y de color negro con detalles estilo rústico, parecía más bien un crucero en miniatura que un yate.

—Diferencia entre millonario y multimillonario. —dijo Ivan sonriente.

Me reí ante su comparación, subimos al yate y empezamos a preparar todo para esta tarde.

—Ivan. —lo llamo adrien, tomó cinta adhesiva y se la puso en la boca. —bien, empecemos a decorar. —No pudimos evitar reírnos, hasta el mismo Ivan.

Se quitó la cinta —mira, el amordazar lo dejamos para después. —le guiñó. — ¡ahora denme alcohol! —chillo y corrió hacia las bebidas.

—idiota —hablo adrien de mala gana.

...

Mientras arreglábamos todo, no pude evitar sentir a elias algo lejos de mi, aunque se acercaba cada dos por tres  a darme una nalgada sin dirigirme la palabra. Se acercó para darme otra mientras yo pegaba unos globos, pero lo detuve.