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Eva
Unos minutos después me bajo, estaba nerviosa, mis manos estaban temblando de la emoción que sentía. Mordi mi labio impaciente.
— Elias como no me quites la venda ahora, me la voy a quitar yo.
— eres una impaciente.
Me abrazo por la espalda rodeando mi cintura con sus brazos, sus manos subieron por mi cuerpo hasta mis pechos y hicieron una leve caricia por encima de la ropa robándome un suspiro.
— ¿más tranquila?
Simplemente di un leve asentimiento para afirmar mi estado. Sus manos se alejaron de mi cuerpo y empezaron a soltar el lazo de la venda.
Una puerta de color blanco estaba frente a mi, esta tenía algunos detalles en negro lo que le daba un toque más elegante. Me cruce de brazos mientras miraba a elias, él señaló la puerta con un movimiento de cabeza y me extendió una tarjeta, la pase por el comando de la puerta y esta se abrió.
El cuarto era enorme, blanco con detalles dorados, la cama enorme y ganas por estrenarla no me faltaban. Entre al cuarto para examinarlo más detalladamente, no había una decoración extravagante o llena de rosas y esas cosas clichés, a excepción de un peluche de estrella junto a un arreglo florar sobre una mesita.
Me acerque a curiosear, mis ojos primero se sentaron en las grandes ventanas que habían en el cuarto, daban una vista perfecta de las vegas y para coronar, la luna se apreciaba en su máxima expresión, junto a esta estaba ese lucero, ese lucero que nunca la deja. Fije mi vista en las flores, estás tenian una pequeña nota.
~Eva, se que lo hice una vez, de manera muy casual y inesperada, pero ahora quiero hacerlo bien.
¿Quieres ser mi novia lucero mío?
Y aquí se fue todo a la mierda, sonrei abiertamente y medí la vuelta, elias estaba caminando a paso lento hacia mi, no lo espere, salte sobre el enredando mis piernas en sus caderas y lo abrace por los hombros mientras me reía. Me separe un poco de el para poder ver su rostro.
— ¡eres un grandísimo idiota! —le grite.
— la respuesta es "oh si elias acepto ser tu novia" —rodee los ojos ante su comentario y lo bese.
— oh si elias, acepto ser tu lucero. —respondí con un poco de ironía mientras una sonrisa de oreja a oreja aparecía en su rostro junto con un leve sonrojo.
— y yo tú entrometido o Moon, como prefieras.
Esas palabras, las sellamos con un beso, uno que, uno que para mi, ha sido y siempre será el más sincero que hemos dado, me refiero a esto porque ambos sabemos lo que esta pasando, pero ambos tenemos miedo.
Posó sus manos sobre mis culo y las apretó un poco, nos dimos una mirada cómplice, ambos ya sabíamos lo que pensábamos.
— ¿estrenamos la cama? —pregunte con cierto morbo.
— Lo que mi lucero pida.
Después de decir eso, sus labios atacaron los míos con hambre voraz, sus besos abandonaron mis labios y bajaron a mi cuello arrancándome suspiros del placer, mi piel se empezó a erizar por su simple roce, la química de nuestros cuerpos es más potente de lo que esperaba.
— esta vez, no pienso tener ni una puta pizca de Piedad. —susurro con la voz ronca contra mi cuello.
Esa frase solo hizo crecer el calor en mi cuerpo, con una pizca de nervios, bueno bastantes. Ya sabía lo brusco que llegaba a ser elias, pero ahora creo que tendré un recordatorio.
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MDT: Mi querido entrometido
Novela JuvenilLa confianza es un arma de doble filo, la curiosidad igual. Elias ya paso por mucho, vivió cosas que no le desearia a nadie al igual que eva, pero ya sabemos como va esto. El entrometido de Elias tratando de ser un héroe en la vida de Eva, se convir...