Capítulo 28

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Los fantasmas del pasado no mueren

MARISA

-¿Desde cuándo nos volvimos tan primitivos como para jugar con una roca? – pregunta divertida Dely cuando pateo la roca para llevarla a la improvisada portería que hicimos. Donde Adrián es el portero.

Realmente duele a horrores al patearla, pero ya nos acostumbramos, el truco que usamos fue encontrar la roca más redonda posible y envolverla en kilos y kilos de ropa para que no nos duela tanto el pie, aunque sigue estando muy duro. Santino y yo somos equipo, mientras que Lorcan y Bedelía son el contrario; Adrián es el comodín, solo tenemos una portería y la misión del español es no dejar que ningún equipo anote.

-¡Gooool! – gritamos Santino y yo cuando anoté, corrí al italiano y chocamos las manos antes de abrazarnos. Hemos ganado el minitorneo, 5 – 3 a nuestro favor.

-Venga a descansar – desamarramos la ropa y la piedra la dejamos sobre la arena mientras nos vamos al área de la comida, esta vez me animé a cocinarles a los chicos, obviamente con ayuda profesional de Adrián y Lorcan.

Lo divertido es que el español taladraba una canción y al final terminó por ser un concierto, ya no hay muchas cosas que hacer en la isla, los días se vuelven cada vez largos y sumamente aburridos, por lo cual siempre tenemos que ingeniárnosla para sacar pláticas o algo para entretenernos.

Azalea llega sorprendentemente cuando empezamos a repartir la comida, parece molesta e inquieta. Los demás nos dimos una ojeada antes de seguir en lo que estábamos e incluirla en la plática.

-¿Lucien vendrá a comer? – pregunta Lorcan al cabo de un rato, Santino y yo nos miramos un momento antes de seguir comiendo, ha tenido el detalle de no contarle nada a nadie, ahora mismo estamos sentados uno al lado del otro con un brazo suyo rodeando mis hombros.

-Pregúntale a él – contesta la rubia molesta. – A ver si tiene la decencia de hablarte sin mandarte a la mierda.

Alzo las cejas un momento antes de seguir con lo mío sin importarme en lo más mínimo de ese imbécil. Han pasado prácticamente días después de la discusión y gracias a Santino comienzo a enfocarme en otras cosas y en olvidarme al menos que nunca pasó, que nunca perdí mi dignidad.

Adrián se queda quieto de repente, su piedra y ojos se iluminan de un color naranja, luego sacude la cabeza y vuelve a hacer lo que estaba haciendo.

-No vendrá – dice con voz clara tomando asiento a lado de la pelirroja, supongo que Fonfe le ha informado a lo Ancestral. Los demás nos vale gorro y comenzamos a pláticar de cualquier tontería.

-¿Qué le pasa a Lucien? – pregunta Azalea de repente, desviando el tema.

-¿Qué pasa de qué? – pregunta Dely.

-¡Es lo que quiero saber! Es un inestable, de repente todo iba bien entre nosotros y luego me manda a la mierda – saca las palabras de una manera brusca.

-Sé que se siente – murmuré lo más bajo que pude, sin embargo, todos me oyeron menos Azalea. Santino por lo cercano a mí y el resto de los chicos por tener los sentidos más agudos, Lorcan solo hace una mueca y los dos chicos restantes me dan una ojeada.

-Quieres, ¿podemos irnos? – me pregunta Santino cuando Azalea quiere desahogarse.

-No quiero escuchar – le pongo una mano en su hombro. – Necesito saber el chisme – le digo divertida, el italiano arruga la nariz, pero nos quedamos.

-Cuando pasó el accidente de Marisa se acercó a mí, nos divertimos y hace dos días en la noche cuando quise hacer algo divertido ¡me mandó a la mierda!

Los 7 Ancestrales. Náufragos I. Completo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora