Capítulo 19

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El Estanque

MARISA

Es maravilloso poder dormir bien y calientita, en casi todas las noches no había podido pegar el ojo por el frío o las constantes visitas del sr. Gato, o Uslar, hasta ahora conozco su verdadero nombre y me inquieta un poco. Admito que la espalda me da frío por las corrientes de aire frías que hay de repente, pero siento algo caliente frente a mí y es adonde me apego más, el sueño comienza a desaparecer cuando siento que alguien me hace en círculos mi espalda, no sabía que había dormido con Santino.

Además de sentir una respiración en mi boca, la cual me calienta los labios, cuando me muevo un poco para acomodarme rozo con algo y es cuando abro los ojos, lo primero que me encuentro son unos ojos profundos de color azules mirándome, frunzo el ceño al ver que no son los ojos verdes que esperaba encontrar.

Por un segundo no me muevo y mis ojos se niegan a dejar de verlo, es mucho más atractivo verlo recién despierto, con su pelo alborotado y esa barba ya crecida, con ella parece más viejo, siento que una pierna mía la tengo sobre su cadera y su mano escurridiza debajo de mi camisa en mi espalda.

No reacciono hasta que veo que ladea la cabeza dejando sus labios sobre los míos, los cuales están entreabiertos, me gustaría admitir que es por la sorpresa y no por el que quiero que acabe el espacio, me entra el pánico cuando los mueve un poco y creo que esto ya se considera un beso.

-¡¡¿Qué haces maldito?!! – me siento alejándome todo lo posible de él.

-Ya empezamos con los gritos – su voz ya no la escucho en mi mente, se voltea para quedar boca arriba, pone sus manos en su cara y sin querer mis ojos bajan por su cuerpo, dándome cuenta que ya no está en su forma de lobo, pero si esta...

¡Desnudo! ¡Desnudo totalmente! Madre mía, su amigo... su amigo... está igual de despierto.

-¡TAPATE! – me doy la vuelta, mi mente me traiciona cuando recopilo imágenes del sexy francés desnudo. Que deleite... digo, digo...

-¿Cómo quieres que me tape? La ropa no viene incluida en la trasformación ¿No estás contenta?

-¡¿De qué?! ¿De verte desnudo? Oh claro, me saqué la lotería – escucho su risa y agradezco que no se escuche ecos en mi mente de su maldita y sexy risa.

-Yo hablaba de poder volver a ser humano.

-Que bien, te felicito – me sonrojo aun quiero volver a verlo. – Increíble que tenía que llegar yo para que volvieras a ser humano, deberías ser tú el que debe de agradecerme – me burlo.

-No te des crédito, fue solo porque pude dormir bien – sé que se está acercando y me pongo el triple de nerviosa cuando recuerdo que está desnudo, mi mente me vuelve a traicionar cuando recuerdo lo mucho que se le marca la V y sus abdominales... Fuera pensamientos sucios, ¡Fuera! – Vámonos, ya casi amanece y tengo que ir un lugar.

-Quítate tus shorts.

-¡¡¿Qué?!! – me volteo furiosa, intento darle una cachetada, pero me inmoviliza la mano justo antes de pegarle, me retiene de la muñeca y me jaló para acercarme a él. Fue una mala idea porque sé que está desnudo, aunque intento mantener mis ojos en los suyos, acopio todo mi esfuerzo por no bajar los ojos, aunque la tentación es muy grande.

-¿Por qué siempre malinterpretas mis palabras?

-¿Se escucha normal que le digas a una chica que se quite los shorts estando tú desnudo?

-Lo digo para que me los pueda poner y no este por la selva como Tarzan, aunque si quieres que esté así no tengo problemas con estarlo – ruedo los ojos. - Ahora, si los dos estuviéramos desnudos, no me quejaría.

Los 7 Ancestrales. Náufragos I. Completo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora