Capítulo 56

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Sr. Y Sra. Vasseur

MARISA

Prometo serte fiel, comprender tus palabras y siempre buscaré el trasfondo de ellas.

Prometo que intentaré comprender tu demente cabeza.

Prometo no ser una carga en tus hombros, si no la fortaleza que necesitas para enfrentar cada problema. Más allá de una esposa u amiga, una columna.

Prometo ser siempre tu objetivo para que quieras partirme, si es con un rayo mucho mejor.

Todo el mundo se ríe, ¡Vamos! Como si eso fuera broma.

Prometo ser tú energía para vivir.

Prometo ser tu protección.

Prometo que nunca te daré la espalda, y si algún día te la doy, será para cubrirla.

Prometo que eres y serás la única mujer que ocupe mi mente, mi alma y mi corazón.

Te acepto tal cual eres, no necesito que cambies, quiero que sigas siendo la misma Marisa loca que conocí en el ala del avión, la misma que me conquistó.

A pesar de los momentos que tuvimos y los que vendrán no dejaré de quererte por mucho que me grites que me odies.

Yo...

Mi mente se queda en blanco después de que dijo el: "quererte...", es la primera vez que me dice tal cosa, nunca dijo que me quería, pero ahora, delante de toda la iglesia me ha dicho que me quiere, quiere a la chica que soy, no lo dice con voz falsa, no hay nada más que sinceridad, Lucien ha dicho lo que menos esperaba frente a toda la iglesia. Me quedo sin duda embobada después de que haya dicho tales palabras, aprieta ligeramente para que reaccione, no me di cuenta que siguen esperando a que continúen y al chico que tengo enfrente parece que quiere que llegue el fin de la ceremonia.

-¿Marisa? – habla el padre con cierto toque de calma. Sacudo la cabeza y olvidé la última parte de mis votos, mis mejillas se acaloran cuando pasan varios segundos en los que mi cerebro se niegan a recordar aquella promesa que escribí, estuve casi todo el día repitiéndolos en mi cabeza para evitar que se me olviden, ay caramba.

-Yo... prometo – miro a nuestros pies dando unos ligeros saltitos, siempre uso esa técnica para recordar las cosas, ¡Ay si tan solo no hubiera dicho eso de quererme no me hubiera desconcentrado! – Prometo no darte con un rayo siempre y cuando no me provoques – digo con torpeza, escucho risas de los presentes ¿De qué se ríen? ¡Cómo si no fuera cierto!

Lucien me levanta la mirada con suavidad, tapa su micrófono y el mío antes de hablar.

-Prometo ponerte nerviosa todos los días, al igual que te cogeré hasta que olvides tu nombre – el padre explaya los ojos grandes ante el comentario de Fonfe, yo en cambio echo la cabeza para atrás soltando una carcajada nerviosa, claramente los demás no entienden el contexto de las cosas, pues lo dijo casi con un susurro que solo el padre y nosotros dos conocemos, bueno sin contar a los cinco ancestrales que escucharon todo fuerte y claro, pues ellos tienen sus habilidades mejoradas.

-¡Están en la casa de Dios! – nos regaña el padre, el susodicho da la señal para que procedamos con los anillos, después de colocárnoslos, nos tomamos de la mano mirándonos a los ojos, viene la última parte de la ceremonia.

–Lucien Vasseur, ¿Aceptas a Marisa Smith como tu legítima esposa, para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe? – la pregunta del sacerdote me saca de mi ensoñamiento, miro a Fonfe quien tiene los ojos puestos en mí, le sonrío ampliamente sonrojándome con lo guapo que se ve vestido de novio, un traje sencillo y perfectamente bien adaptado a su cuerpo, una pequeña flor se asoma en el bolsillo de su traje. Aquella que encontré ayer tirada en el patio.

Los 7 Ancestrales. Náufragos I. Completo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora