CAPITULO 1: El zorro de las 9 colas

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Había llegado el día, después de 9 largos meses, Minato Namikaze, Cuarto Hokage de la aldea de la Hoja, y su esposa, Kushina Uzumaki, se convertirían en padres. Se encontraban en un templo en las afueras de la aldea, por seguridad, para el nacimiento del niño; los gritos de Kushina cesaron y se escuchó automáticamente el llanto de un bebé.

-Soy padre-. Fue lo único que pudo susurrar el hokage, mientras su esposa lloraba de emoción.

Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, la felicidad que los había embargado cambió a desesperación.

-Aléjate de la jinchuriki o mato al bebé- Fueron segundos los que le tomaron al hombre enmascarado para hacerse con el recién nacido Naruto, acorralar a Minato, y llevarse a Kushina para soltar al zorro de 9 colas sobre la aldea. La catástrofe había comenzado.

Para alguien tan enérgica como Emiko, estar encerrada no era una opción muy divertida; puesto que su padre, Hiroaki Senju, le prohibió salir de su casa, se encontraba en esos momentos mirando el cielo. Una reunión de emergencia con el hokage, quizás, es lo único que se ocurría para justificar el hecho de que su padre saliera corriendo en cuanto un ANBU apareció en su puerta.

El griterío de la gente llegó a sus oídos, percatándose de que algo andaba mal. Saltando sobre el techo de su casa, Emiko pudo ver perfectamente a un gigantesco monstruo con forma de zorro destrozando todo a su paso, cayendo en cuenta de que su padre seguramente había acudido a ayudar al hokage.

-¿Qué está pasando?- Apenas articuló la pequeña, viendo como la bestia comenzaba a generar una gigantesca bola de energía de un color oscuro sobre su hocico. – ¡Señorita Emiko, tenemos que ir a refugiarnos ahora!-. En un instante, Emiko fue jalada por quienes la cuidaban en su hogar y fue llevada a un subterráneo.

No sabía que estaba ocurriendo, sólo sintió un gran estruendo fuera. Yumi estaba muy desorientada en las ruinas de lo que fue su hogar, oía voces, gritos y gemidos. Lentamente comenzó a recordar lo que pasó.

Un fuerte rugido se oyó, acompañado del sonido de las casas siendo arrasadas.

-¡Yumi corre!- La niña no quería alejarse de sus padres, sin embargo un gran escombro acabó por sepultarlos a ambos y ella sólo atino a correr a refugiarse asustada.

-¿Por qué pasó esto? Mamá, papá- Odiaba ser tan débil, pero era lógico, sólo tenía 6 años, lo único que se le ocurría era llorar. Corrió hacia afuera, donde se encontró con un gran zorro de color naranja, tenía muchas colas, y estaba totalmente fuera de control.

- ¡Niña sal de allí!- De pronto escuchó como un par de shinobis trataban de combatir a la bestia. Todo sucedió en un lapso pocos minutos, de la nada un sapo enorme cayó sobre el zorro, repeliéndolo momentáneamente, y encima de este, el 4to. Hokage, Minato Namikaze. Tras un breve instante, el monstruo desapareció, junto con el líder de su aldea y su invocación, tras lo cual Yumi trató de moverse, desmayándose automáticamente.

Ahora que volvía a estar despierta, recordaba perfectamente que sus padres estaban, más que seguro, muertos, su casa destruida, su vida estaba deshecha. Yumi rompió en llanto nuevamente, ¿Qué haría? ¿Cómo viviría? – Oye, ¿estás bien?- Levantó la cabeza y se encontró con un niño observándola, tenía el cabello alborotado y los ojos negros.

-¿Te duele algo? Seguro estas lastimada. ¡Capitán! ¡Aquí hay una niña sola!- Lo escucha gritar.

- Rápido, hay que llevarla al hospital- Yumi observó el símbolo en sus mangas, eran de la Policía Militar Uchiha.

-Mis padres- Mencionó en voz baja Yumi. –Todos los que rodean este lugar están muertos, eres la única con vida pequeña. Lo siento- Le dijo el joven junto con el niño.

-Shisui encárgate de llevarla por favor- Ordenó el capitán Uchiha al chico, el cual respondió –A la orden- Se giró hacia Yumi y se inclinó –Súbete a mi espalda, así no haces tanto esfuerzo- Le dijo Shisui con una amable sonrisa que hizo que Yumi se sintiera muy tranquila y se sonrojara.

Se subió a la espalda de él y ambos se dirigieron al hospital, donde fue atendida de sus heridas y finalmente se quedó dormida.

En las afueras de la aldea, Hiroaki Senju miraba atónito la enorme barrera que Kushina había hecho mediante sus cadenas de chakra. Admiraba la capacidad de esa mujer.

-Es inútil, no podemos hacer nada- Escuchó al 3er. Hokage, Hiruzen Sarutobi. –Ellos solos pretenden encargarse del zorro-. Hiroaki tenía la sensación de que nada bueno resultaría de todo esto, aunque confiara en Minato. Fueron amigos prácticamente desde la academia, y cuando el ascendió a hokage, Hiroaki se volvió su mano derecha y asistente, sabía que esta era la mayor prueba a la que se enfrentaba el Relámpago Amarillo de la Hoja.

-¡Qué demonios!- Levantó su vista para ver como la bestia de 9 colas era encerrada, la mitad dentro del bebé y la otra mitad dentro de Minato. -¡La barrera está desapareciendo! ¡Vayamos ahora!- Avanzaron hasta donde se encontraban desvanecidos tanto Minato como Kushina. El destino de la aldea y del recién nacido estaban echados.


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Hola.....Tanto tiempo, decidi retomar la publicación de esta historia, tengo muchos capitulos adelantados, por lo que podre actualizar seguido, además que ahora entraré en vacaciones, por lo que me podré dedicar un tiempo a esta historia, y por fin, finalizarla. Espero sea del agrado de todos y aqui trataré de estar cada semana.

CRONICAS DE UN AMOR SHINOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora