Al parecer, estos exámenes serían aún más intensos de lo que les había tocado atravesar a los de su generación, por lo menos así lo creía Yumi mientras observaba a Sasuke Uchiha retirarse con su maestro. El chico dio una buena pelea, aunque era de esperarse, siendo quien era. Por su parte, el chico proveniente de la aldea del Sonido se rehusó a atenderse con los médicos de Konoha, fue bastante grosero, a decir verdad.
La hora pasó volando y varios combates se sucedieron, entre ellos el de una chica de la arena, que dejó mal herida a una chica de Konoha y, por supuesto, el combate de Naruto, el protegido de los Senju. Había tratado mucho al chico gracias a su amistad con Emiko. No tenía ningún prejuicio hacia él debido a lo que encerraba en su interior. Pese a que ese monstruo fue el causante de la muerte de sus padres, Naruto no tenía la culpa, pero eso el resto de la aldea no lo entendía. Una vez acabado su trabajo con el chico del clan Inuzuka, decidió acercarse a su amiga.
-Lo hiciste muy bien, Naruto- Emiko estaba muy contenta por su "hermanito". Desde que se volvió genin se propuso hacerse fuerte, y estaba yendo por buen camino.
-Estuviste genial- El rubio se volteó para encontrarse con la amable sonrisa de Yumi.
-¡Hola Yumi! No sabía que tú también estabas aca-. Contestó el chico, quien no dejaba de sonreir.
-Estoy como apoyo médico. Por cierto, permíteme que te cure-.
-De acuerdo- Yumi procedió a curar al chico. No sabían si los combates continuarían hoy o mañana, quizás el que lo esté curando suponga una ventaja con respecto al resto, pero no podía evitar querer hacerlo, sentía mucho aprecio por ese niño.
-Muy bien, ya está- Dijo acabando la curación. Dirigió su vista para ver que ahora tocaba pelear a dos de un mismo clan.
-Vaya, eso no me lo esperaba- Oyó decir a Emiko.
-Es uno de los clanes de mayor poder en la aldea. Supongo que ambos mostrarán grandes habilidades-
Emiko observaba atentamente al par de niños que estaban en el centro del gran salón de la torre, a punto de enfrentarse. Neji y Hinata Hyuga. Ella era la heredera de su clan, y él, parte del mismo y un prodigio. Sabía un par de cosas del clan Hyuga gracias a su padre, de pronto le vino a la cabeza un recuerdo bastante lejano de esa niña.
Hacía mucho frío, llevaba días nevando y el pequeño Naruto quería salir de su hogar, quería comer ramen en Ichiraku, por lo que Emiko se ofreció a acompañarlo. El chico comió la cantidad habitual, aunque peor debido a los días de encierro.
-Parece que tenías muchas ganas de comer ramen- Dijo ella a manera de burla.
-¡Por supuesto! Además con esta nevada no podía hacer mucho encerrado en casa-. Constestó el niño. Se detuvieron frente a un pequeño mirador desde donde veía parte del bosque de la aldea. Emiko se perdió en sus pensamientos, la mayoría relacionados a cierto pelinegro, por lo que no se dio cuenta cuando Naruto se separó de ella.
-¿Dónde se metió?- Inmediatamente se dispuso a buscarlo. Recorrió el bosque y parte del mirador, hasta que finalmente lo encontró sentado en la nieve junto a una niña. –Te estaba buscando, Naruto-
-Oh si, perdóname Emi, es que unos niños la estaban molestando-
-Y te pusiste a defenderla, ya veo- Observó a la niña detenidamente y se percató de que ella no era cualquier persona, sus ojos blancos la delataban, era del clan Hyuga -¿Qué haces aquí sola?- Le preguntó.
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CRONICAS DE UN AMOR SHINOBI
RomanceEmiko Senju y Yumi Nozawa poseen diferentes personalidades y capacidades como ninjas, sin embargo, la tragedia acaecida en la aldea de la Hoja cambiará sus vidas por completo, quedando unidas de por vida a quienes menos imaginaban. Por otro lado, Sa...