CAPITULO 17: La primera de muchas

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Sasuke estaba a un costado del altar donde sería la ceremonia. Observaba con ojo crítico todo lo que acontecía, Naruto sonreía como tonto, alegaba estar sumamente feliz de que su "hermana" se casara, ya que según él, Emiko estaba enamorada de Itachi. Realmente ignoraba el trasfondo de todo esto, y aun si su hermano se sintiera contento con ello, no dejaba de pensar que cometía un error al casarse con aquella chica. Siguió mirando a su alrededor y se detuvo en su compañera de cabello rosa. Ese día estaba bonita, con un vestido de color rosa claro, y con una diadema en su cabello, cada día que la veía la encontraba más y más bonita, se sentía como un idiota al pensar esas cosas de ella. Su vista nuevamente viró para observar a la pareja que entraba al templo Nakano.

-Emiko esta bellísima- Escuchó susurrar a Sakura. Naruto sonreía tontamente viéndolos. Todos miraban a la pareja que se dirigía al altar para pronunciar sus votos.

Estaba nerviosa. Sentía la mirada de todos taladrándole la espalda mientras se situaba en su lugar correspondiente junto a Itachi. Él se veía más guapo que nunca, además su mirada estaba regia, de vez en cuando sonreía y trataba, al parecer, de estar serio.

-Comenzaremos con la ceremonia de matrimonio entre Itachi Uchiha y Emiko Senju-. Oyó decir al sacerdote a cargo.

Mientras el hombre hablaba y llevaba a cabo el ritual matrimonial, Yumi observaba todo desde su posición, junto a Hiroaki y Naruto. Por exigencia de Emiko, y para disgusto de los ancianos Uchiha, ella ocupaba un lugar de preferencia entre los asientos, como parte de la familia de la novia. Observaba a todos quienes estaban en ese pequeño recinto, los padres de Itachi, su hermano Sasuke, incluso el tercer hokage, en su mayoría estaban miembros del clan Uchiha, y finalmente su amor, Shisui. De vez en cuando cruzaban miradas y él le sonreía como brindándole apoyo en medio de personas hostiles hacia ella.

La ceremonia transcurrió tranquila ante la mirada de los invitados, finalmente Itachi y Emiko juntaron sus manos uniendo sus vidas hasta la muerte. Había acabado y todos empezaron a salir del templo detrás del flamante matrimonio. Emiko bajó la vista hacia su mano entrelazada con la de Itachi, estaba feliz, cosa que no creyó que ocurriría cuando todo comenzó a fraguarse, sin embargo estaba tranquila, feliz de haberse casado con él.

-Te noto contenta- Escuchó decir a su reciente esposo.

-Es que estoy feliz. Sé que no he puesto todo el entusiasmo que una chica debería durante los preparativos de la boda, pero, en serio estoy muy contenta de haberme casado contigo-. Dijo sincera.

-Me alegro de oírlo, ahora saludemos a nuestros invitados-. Así se voltearon para encontrarse con la mirada de todas las personas que habían concurrido. Los primeros en acercarse fueron los padres de ambos.

-Felicidades, hija, espero que seas muy feliz. Sé que es muy temprano para decirte esto, pero sigues teniendo un hogar a mi lado- Hiroaki estaba visiblemente emocionado al pronunciar estas palabras.

-No me canso de decirlo, hacen una pareja hermosa- Dijo con emoción Mikoto mientras los veía juntos.

-Bienvenida al clan, Emiko. Deseo que ambos tengan un feliz matrimonio y que algún día lideren con honor el clan Uchiha-.

-Felicidades- Oyó decir a los demás, que se atropellaban para hablar. –¡Que sean muy felices!- Decían otros. -¡Qué envidia! Alguien que ni siquiera tiene sharingan consiguió casarse con el joven Itachi- Murmuraban las adolescentes Uchiha. Estaban visiblemente molestas, otras simplemente lo aceptaban y sonreían como tontas mientras miraban al heredero Uchiha. Se sentía alagada en parte, era la envidia de todas las jovencitas presentes, pero por otro lado, muchos también mostraron comportamiento hostil hacia ella. Iba a ser larga su adaptación a su nueva familia.

-Muchas gracias a todos- Itachi habló fuerte –Gracias por asistir, y por supuesto, esperamos que disfruten de la recepción-. A continuación se acercó el tercer hokage a ellos.

-De verdad espero que sean felices. Sé que el compromiso entre ambos surgió de manera prácticamente irregular, pero confío en que lograrán tener un matrimonio pleno. En nombre de la aldea de la Hoja, les deseo un feliz matrimonio-. El hombre habló fuerte y claro. Todos sabían cómo había empezado esto, por lo que sus palabras no causaron sorpresa.

-Muchas gracias lord hokage. Tanto mi esposa como yo daremos todo de nosotros no sólo para ser felices, sino también para proteger a nuestra amada aldea-.

Procedieron a retirarse hacia el patio de la casa principal del distrito Uchiha, allí sería la recepción. Ya en su sitio, el banquete fue servido a los invitados. Todo parecía ameno.

Yumi estaba disfrutando de la fiesta, Shisui no se despegó en todo momento. Estaban sentados juntos, bebían y comían mientras conversaban y disfrutaban la velada.

-¿Te parece si nos acercamos a los novios y conversamos un rato con ellos?-

-Sí. Eso estaría bien. No he hablado con Emiko desde ayer-. Le dijo ella, mientras se acercaban a los recién casados.

En otro rincón del gran patio se encontraban 3 niños, los cuales estaban viendo con ojos curiosos todo lo que ocurría. Pero uno de ellos simplemente se mantenía serio.

-Podrías probar con cambiar esa cara, Sasuke. ¡Es la boda de tu hermano! Deberías disfrutar un poco más-. Le dijo el ruidoso rubio, el cual estaba feliz por su hermana adoptiva.

-Cierra la boca, idiota-. Replicó el pelinegro de forma escueta.

-Te estás portando como imbécil en un día como este-

-Tú no entiendes nada y no te importa. ¡No molestes!-

-Ya dejen de pelear- Intervino Sakura en la curiosa discusión de los chicos –Naruto deja de molestar, y tú Sasuke, no sé qué es lo que te tiene así, pero trata de estar aunque sea contento, no es necesario que sonrías todo el tiempo, sólo sé feliz por tu hermano-. Dijo con dulzura la pelirrosa.

Sasuke se sonrojó levemente, ella siempre tenía las palabras adecuadas, parecía entenderlo y muy bien. Era una sensación agradable, en medio de la frustración que sentía por la dichosa boda, que a su entender, sólo subordinaba al clan a la aldea aún más.

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La recepción estaba llegando a su fin, y Emiko estaba preparándose para irse junto a Itachi a la pequeña casa cerca de un lago, perteneciente al clan Senju, donde pasaría su noche de bodas y unos días después, visitarían una posada con aguas termales, donde sería la luna de miel. Estaba un tanto asustada. Nunca había estado con un hombre de esa manera, con Itachi a lo sumo hubo besos y en los últimos tiempos, abrazos, pero no habían ido más allá. De él, sólo sabía que lo habían llevado a los 16 años a un burdel o algo así, pero no más.

-Estás nerviosa, ¿verdad?- Yumi la sacó de su ensoñación.

-Un poco, Yumi, ¿puedo preguntarte algo?- La aludida la miró curiosa y contestó.

-Sí, ¿qué sucede?-

-Yo....Tú, ¿Qué sentiste cuando estuviste con Shisui?- Emiko estaba completamente roja.

-Pues... Me sentí bien, feliz, como una explosión desde el centro de mi cuerpo. Te aseguro que si lo que sientes por Itachi es sincero, te sentirás la mujer más feliz de la tierra-. Su amiga hablaba con mucha emoción sobre ello. Pero claro, ella estaba perdidamente enamorada de Shisui y era correspondida. En cambio, Emiko aún no sabía cómo iban a evolucionar sus sentimientos por Itachi. Lo único cierto era que se gustaban y que estaban casados. Hoy sería la primera de muchas noches en las que esperaba que sus sentimientos crecieran, para poder experimentar esa explosión de la que hablaba Yumi.

CRONICAS DE UN AMOR SHINOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora