Los días pasaron y finalmente llegó el señalado como el día de la boda Uchiha-Senju. Yumi se encontraba haciendo el desayuno en su departamento, llevaba puesta una camisa con el símbolo del clan Uchiha, perteneciente a Shisui, estaba segura de que si la abuela de él la viera, se infartaría, puesto que la creía indigna del clan. La anciana era sumamente molesta, pero trataba de no darle importancia, después de todo estaba feliz con su novio.
-Eso huele bien- Shisui entró a la cocina solamente con su pantalón puesto, mirando a Yumi, luego se sentó mientras que ella servía el desayuno.
-Espero sea de tu agrado- Antes de sentarse se dieron un corto beso, era la tercera vez en esos días que pasaban la noche juntos, se estaba volviendo adictivo. Mientras comían, charlaron sobre lo que se venía.
-Vendrás conmigo, ¿verdad?- Shisui llevaba días insistiendo en que estuvieran juntos durante la boda, sabía que ella se sentía insegura de cara a su clan, que los vieran juntos despejaría, quizás, estas dudas. Él al menos trataba de sentirlo así.
-Ya te dije que sí. Estaremos juntos, solo espero que tu abuela no se infarte al verme a tu lado-.
-Descuida, ella no dirá nada- O eso al menos esperaba. No era secreto en el clan que su abuela no estaba a favor de su relación con Yumi, y mucho menos de la boda del heredero Uchiha con una Senju, al igual que el resto de los ancianos.
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La casa principal del distrito Uchiha era un descontrol de personas entrando y saliendo, todo debía acomodarse para la hora indicada. Pero lejos de ese bullicio, sentado en un muelle se hallaba Sasuke. Pensaba en todo lo que venía aconteciendo desde los exámenes chunin, desde lo ocurrido en el bosque de la muerte hasta los últimos días. Estuvo hospitalizado casi una semana, ni bien salió decidió entrenar para la los combates finales del examen y contó con la inesperada ayuda de Kakashi. Pero hubo alguien más en todos esos días que apoyó, pese a sus propias reticencias. Sakura. Ella no lo dejó solo mientras estaba en el hospital. Por lo que supo, se turnó con su madre para cuidarlo, traía flores, arreglaba la habitación, y cuando despertaba le traía frutas y se sentaba a su lado. Ninguno de los dos decía nada, solo estaban acompañándose. Era exactamente lo que necesitaba en ese momento.
-Otra vez perdido en tus pensamientos- Mikoto sacó de su ensimismamiento a Sasuke.
-Hola mamá- Saludó educadamente.
-Hijo, te noto algo tenso estos últimos días, ¿es por los exámenes chunin? No te esfuerces mucho, estuviste una semana en el hospital- Mencionó preocupada.
-No es nada. Solo pensaba en lo atareados que están todos-.
-Es cierto, todos están ocupados preparando la boda-. Sonrió su mamá mientras hablaba. El aún no entendía porque tenía que casarse su hermano, rebajando el clan. Pensar en darle el gusto al resto de la aldea y así ganar su aceptación le causaba repulsión. Su clan era fuerte, no necesitaba de nadie, pero al parecer su padre no veía eso. En realidad, Fugaku solo veía por los ojos de Itachi y nada más, se olvidaba que tenía otro hijo.
-Por cierto, Sasuke ¿invitaste a esa linda niña para que te acompañe durante la boda?- Le dijo Mikoto con una tierna sonrisa. Sasuke se sonrojó automáticamente y dirigió su mirada hacia otro lado de manera brusca.
-¿Qué estás diciendo mamá?- Dijo avergonzado.
-Hablo de esa linda chica de cabello rosa y ojos verdes. Me pareció muy amable, se encargó de ayudarme a cuidarte mientras estabas en el hospital- Dijo con mucha emoción. Su madre se refería a Sakura.
-Tampoco fue para tanto. Es mi compañera de equipo y siempre se preocupa por los demás-. Dijo un tanto avergonzado el pelinegro.
-Pues a mí me pareció muy interesa por ti, además de dulce. Me agrada esa niña, se llama Sakura, si no me equivoco, hasta su nombre suena bonito-. Mikoto estaba muy sentimental esos días.
-Mama, estas exagerando-.
-Sólo quiero saber si la invitaste, Emiko dijo que su familia son civiles y que rechazaron la invitación, pero que ella no sabía aún-.
-Sí vendrá, mis compañeros de equipo y mi sensei estarán en la boda-. Contestó finalmente.
-¡Qué bien! Trata de divertirte hijo, además hacen una bonita pareja- Habló su madre para posteriormente retirarse a seguir con sus deberes.
Una chica bonita. Si, Sakura no era fea, más allá de su enorme frente y su verborragia ocasional, ella era muy linda y amable. Era cierto que durante su período hospitalizado estuvo a su lado, cuidándolo y llevándole comida, conversando con su madre. Y él se sentía bien cuando ella estaba a su lado, sentía una paz que no encontraba en su hogar, sobre todo cuando veía a su padre. Por extraño que sonara, la cercanía de la pelirosa hacía que se olvidara de sus objetivos, que olvidara el hecho de que para su padre era un cero a la izquierda. Era algo que no podía ni quería permitirse, sin embargo, desde lo ocurrido en el bosque de la muerte, olvidarse de ello se volvió frecuente cuando en escena aparecía el pequeño cerezo.
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La casa de los Senju también era un loquero, aunque menor que el distrito Uchiha. Emiko estaba sentada frente a un espejo arreglándose. Ya estaba casi todo listo, ese día se convertiría en la esposa de Itachi y algún día, estaría al lado de él apoyándolo mientras dirigía a su clan. No era una mala perspectiva de vida, después de todo él era muy agradable y, en cierto punto, le tenía mucho afecto. Pero convivir con todos los Uchihas, que la observaban como si de una rara especie se tratara, le causaba cierta impresión. Pero tendría que acostumbrarse con el tiempo, y ellos acostumbrarse a ella misma. Una vez lista, salió de la habitación, donde se encontró a su padre y a Naruto.
-Te ves hermosa hija- Dijo Hiroaki, visiblemente emocionado.
-Si Emi, estas hermosísima, de veras- Acotó el pequeño rubio con una enorme sonrisa.
-Gracias, tenemos que irnos- Contestó Emiko sonrojada ante las palabras de ellos dos.
-¿Cómo será la boda, viejo? Es la primera vez que voy a una- Escuchó que Naruto preguntó.
-Pues será una ceremonia tradicional. Pero quizás con un poco de ceremonial Uchiha- Dijo de manera un tanto irónica. Sabía de sobra que ese clan tenía sus propias costumbres, además de las que tenían en común con la aldea. De forma tranquila se dirigieron hasta el distrito Uchiha, donde se realizaría la boda.
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Itachi estaba subiendo junto a sus padres y su hermano las escaleras que llevaban al templo Nakano, llevaba puesto un traje color negro. Se veía sumamente guapo, las chicas del clan se sentían impactadas por la apariencia del pelinegro a la vez que envidiaban a la futura señora Uchiha. Llegaron al lugar previo al templo donde se encontrarían con Emiko y su familia. A la distancia, pudo divisarla a ella, con su blanco kimono y a medida que se acercaba, notaba lo hermosa que estaba ese día. Había algo distinto en ella, parecía feliz, al menos, más de lo que demostraba.
-Buen día- Dijo cordialmente Hiroaki Senju a sus padres.
-Buen día, parece que llegamos al mismo tiempo-. Respondió igualmente Fugaku. –Emiko, bienvenida-.
-Gracias-.
-Bueno, les parece si vamos subiendo, al menos nosotros y dejamos a los novios para que se preparen para su ingreso-.
Así se quedaron solos, mirándose como si fuera la primera vez.
-Te ves muy bella-
-Tú te ves muy guapo. Creo que vamos a ser envidia de la aldea- Dijo un tanto jocosa.
-Casualmente mi madre dijo lo mismo estos días. Que seríamos la pareja más bella de Konoha, aunque creo que exagera un poco-. Ambos rieron y fueron subiendo lentamente hasta el templo. Había llegado el momento de unir sus vidas.
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CRONICAS DE UN AMOR SHINOBI
Любовные романыEmiko Senju y Yumi Nozawa poseen diferentes personalidades y capacidades como ninjas, sin embargo, la tragedia acaecida en la aldea de la Hoja cambiará sus vidas por completo, quedando unidas de por vida a quienes menos imaginaban. Por otro lado, Sa...