CAPITULO 37: Ansia de poder

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Hacía un rato que Emiko había vuelto de ver a Yumi, estaba sumamanete feliz por que le haya ido bien en su prueba médica frente a Tsunade, a quien por cierto, apenas conocía, cosa no rara, teniendo en cuenta que se había ido de la aldea tiempo antes de que siquiera nacira. Al llegar a su casa en el distrito Uchiha, se encontró con la familia reunida.

-Bienvenida Emiko- Le dijo Fugaku. Itachi se acercó a ella y ambos subieron a su habitación a prepararse para la cena.

-¿Ocurre algo?- Preguntó la chica a su esposo.

-Mi madre está preocupada, se trata de Sasuke-

-¿Le pasó algo? ¿Acaso dejó de mejorar su salud?-

-No, el está perfectamente de salud- Una vez en su habitación, Itachi empezó a hablar de lo ocurrido -Hoy en la tarde, Sasuke se peleó en la terraza del hospital con Naruto-

-¿Qué?!- Exclamó la joven -¿Qué les pasa a esos dos?-

-No sé exactamente que los llevó a hacer tal cosa- El asunto es que de no ser por Kakashi, se habrían matado entre ellos, al menos eso dijo Sakura cuando se lo pregunté-

-¿Sakura estaba entre ellos?-

-Sí, intentó deterlos, y como te dije, gracias a Kakashi no se mataron ellos dos y no la mataron a ella.-

-Por como lo cuentas, parece como si hubieran peleado dos personas que se odian a muerte, y no un par de niños con problemas habituales-

-Hay algo más- Dijo Itachi -Sasuke escapó, y aún no ha vuelto-

-Por eso tu madre está angustiada-

-Si. Pero es peor aun, según mi madre había algo raro en él, y sospecho que tiene que ver con lo que me contaste que ocurrió en el bosque de la muerte-

-Orochimaru- Susurró Emiko.

-Ese hombre...-

-Itachi, busquemos a tu hermano, no podemos permitir que ese tipo se le acerque, no tiene precisamente buenas intenciones-

-Creo que tienes razón, vamos a buscarlo- La joven pareja salió decidida a buscar al más pequeño de la familia.

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Ahí estaba, sentado observando la noche, deliberando consigo mismo. Sasuke Uchiha estaba en medio de un dilema emocional, todo pasaba por su cabeza, sus padres, su hermano con su esposa, el idiota de Naruto, la sonrisa de Sakura... ¿Qué hacer? No quería ser débil, quería demostrar de lo que era capaz, aumentar su fuerza, pero, ¿podría sacrificarlo todo? No tenía respuesta, al menos por su cuenta.

-Con que aquí estas, mocoso- La ruda voz interrumpió sus pensamientos, y Sasuke se vio enfrentado a 5 personas a quienes en su vida había visto.

-¿Quién diablos son ustedes?-

-Venimos de parte de Orochimaru-sama para escoltarte hasta él- Habló uno de ellos -Nos conocen como los 5 del sonido-

-¿Orochimaru?- De pronto recordó. El bosque de la muerte, exámenes chunin, ese hombre tan extraño y espeluznante que lo había mordido en el cuello. -Larguense de aquí, no necesito nada de ustedes-

-De nosotros no, pero Orochimaru-sama puede darte ese poder que tanto ansías- Dijo uno de esos tipos.

-¡Dejenme en paz!- Exclamó el chico, trantando de escapar y viéndose inmerso, de pronto, en una pelea con esos 5 extraños. Tras verse acorralado, Sasuke no tuvo más opción que escuchar lo que decían.

-Escuchame bien- Dijo la que parecía ser la única mujer entre ellos -Sabemos perfectamente que quieres poder, y Orochimaru-sama puede dártelo. Esa marca que tienes en el cuello, se llama marca de maldición, todos nosotros la tenemos y y una vez liberada nos otorga un poder impresionante, o es que acaso no te diste cuenta- Concluyó la chica. Sasuke llevó la mano al cuello, donde estaba la marca y recordó cuando, durante los exámenes, había sentido una furia u odio enormes, algo horrendo se había accionado dentro de él, y lo indujo a querer hacer daño sin control alguno.

-Veo que te diste cuenta, chico- Dijo otro de ellos -Orochimaru-sama cree que puedes llegar a ser muy poderoso con el debido entrenamiento, niño. ¿Acaso no quieres que esta aldea respete a tu clan? ¿El poderoso clan Uchiha?- Dijo el hombre, encendiendo esa vena que se parecía apagarse lentamente dentro de Sasuke, al menos durante las últimas horas. Sí, eso quería, reconocimiento, de su padre, su clan, y la aldea, quería poder, dejarle claro a todos quien era, que su clan debía ser respetado, que no podían igualarse con los demás. Quería ese poder. Estaba decidido.

-De acuerdo. Iré con ustedes- Dijo Sasuke, mientras un aura sombría comenzaba a reflejarse a su alrededor.

//

Caminaba perdida en sus pensamientos, Sakura no entendía muchas cosas del mundo ninja, aunque trataba de hacerlo, había muchas otras que simplemente prefería ignorar, entre ellas el asunto de los clanes. Al no pertenecer a uno, la pelirosa simplemente dio poca importancia, hasta que se formó el equipo 7 y se vio de frente con las exigencias de un clan como el Uchiha. Allí también comenzó a ver a Sasuke de otra manera, ya no idealizada como lo hacía cuando era más pequeña, ya no lo veía con ojos de adoración, no, ella comenzó a verlo de otr forma, más humana, veía a un chico que lejos de ser el príncipe azul de su infancia, tenía sus pesares y cargas, la presión de ser el más fuerte. Y tras lo ocurrido durante los exámenes chunin, temía que esa ansia de poder acabara por consumirlo.

-¿Qué haces sola?- Escuchó que alguien le preguntaba. Al darse vuelta se encontró con la amable mirada de Yumi. Esa chica siempre, desde que la conocía, le había producido paz, ella y la señorita Emiko, ambas le generaban una agradable sensación. Yumi era como ella, una chica sin ningún talento aparente, sin un clan que la respalde, pero que supo sacarse provecho a sí misma convirtiéndose en médico. Se preguntaba si lograría algo parecido algún día.

-Estaba caminando un poco, estaba en Ichiraku con Naruto- Le contestó amablemente.

-Ya veo, pues me preocupa que estés sola a estas horas, así que si quieres te acompaño hasta tu casa- Le dijo la joven.

-De acuerdo- Contestó la pelirosa y ambas se encaminaron hacía la casa de la pequeña. Durante el trayecto fueron conversando, por lo que Sakura se enteró que Yumi era la nueva directora del hospital, pese a su joven edad.

-Felicidades, Yumi-san- Le dijo sinceramente.

-Gracias. Estoy algo nerviosa aun por todo esto, pero creo lo haré bien-

-Seguro que si. Yumi-san, ¿puedo preguntarte algo?-

-Claro Sakura, ¿qué sucede?- Dijo la chica.

-Yo, pues, me gustaría saber porque te volviste ninja médico- Le dijo curiosa. Yumi sonrió, se tomó su tiempo y respondió.

-A veces ni yo misma lo sé, si te soy sincera. En un principio era lo que más sencillo me resultaba, puesto que tenía buen control de chakra, y me sentía a gusto, pero con el tiempo, fue el hecho de sentirme útil, de saber que puedo ayudar, aunque sea de forma mínima a mis compañeros- Concluyó.

Sakura se quedó callada mientras meditaba lo que acababa de escuchar. Nunca pensó en algo como eso, en ser útil para su equipo hasta lo que ocurrió en el bosque de la muerte, hasta que se vio sola frente a ninjas que la superaban ampliamente en habilidades, sin embargo, ella se enfrentó como pudo a ellos. Aunque no fue suficiente.

-Creo que aquí es tu casa- Dijo de pronto Yumi.

-Eh, si aquí es- Contestó Sakura –Graciaspor acompañarme-

-No fue nada, nos vemos- Se despidió la chica dejándola sola. Sakura levantó su cabeza y observó la luna, estaba enorme y blanca, hermosa sin duda alguna. Un mal presentimiento atravesó su corazón y su mente, con nombre y apellido, Sasuke Uchiha.

CRONICAS DE UN AMOR SHINOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora