Poco a poco, la aldea de Konoha se estaba reparando de los pocos daños sufridos durante el ataque conjunto de la Arena y el Sonido. Desde la cima de los muros de la aldea, la silueta de un hombre observaba el paisaje del lugar, tenía puesta una larga capa negra cubierta con nubes rojas y un sombrero que emulaba a una sombrilla, apenas se podían visualizar sus rasgos. A su lado había otra silueta que se aferraba a un árbol cercano, era como una planta con rostro humano.
-Así que ese infeliz se decidió a atacarlos- Dijo el hombre parado sobre el muro.
-Aunque siempre me pareció un cobarde, debo admitir que estuvo cerca de destruir esta aldea por completo- Respondió el otro.
-Para alguien que se mueve entre las sombras, sí que sorprende un ataque directo a la cabeza de una aldea- Dijo con algo de sorna.
-Bien, no es nuestro problema, ¿entiendes perfectamente tu misión, Kisame?-
-Claro, Zetsu, no tienes que preocuparte-.
-Solamente averigua quienes rodean al zorro de 9 colas-
Kisame oyó esto último y de un salto entró a la aldea, adentrándose a cumplir con lo que le pidieron.
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El día era muy cálido, ya casi era hora de almorzar, por lo que Yumi decidió tomarse un descanso. Luego de lo ocurrido durante os exámenes chunin, el hospital estaba muy atareado con los civiles y shinobis heridos. La puerta se abrió dejando ver a la hermosa señora Uchiha.
-Hola!- Dijo sonriente mientras entraba al consultorio.
-Hola Emiko. ¿Qué te trae por aquí?-
-¿Qué clase de pregunta es esa? Es la hora de almorzar, y tu estas demasiado ocupada estos días, mereces un descanso, y ya que el tonto de Shisui no te saca de aquí, lo haré yo aunque sea por un rato- Dijo la morena con desición.
-Emiko, aprecio que te preocupes, pero...-
-¡Pero nada! Te mereces un descanso, has trabajado demasiado- Dijo con vehemencia para luego tomar a su amiga del brazo y levantarla de su escritorio.
-De acuerdo, pero espera mientras me acomodo- Contestó Yumi mientras tomaba unas cosas y salía junto a su amiga por la puerta.
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El campo de entrenamiento estaba tranquilo, el equipo 7 acabó por ese día. Los 3 chicos estaban cansados, desde temprano habían acudido al lugar para poder entrenar. Los tres estaban ayudando desde hacía días a reconstruir lo que fue destruido en la aldea.
-¡Vayamos a comer ramen!- Dijo de repente el rubio a sus dos compañeros.
-Tu solo respiras ramen- Dijo Sasuke con su habitual tono. Sakura, por su parte, fue delatada por su estómago -Bien, vayamos a comer ramen- Dijo el pelinegro.
-Qué dulce eres, Sasuke- Dijo sonrojada la chica.
-¡Qué bien! ¡Vamos a Ichiraku!- Los 3 se dirigieron automáticamente al local en cuestión. Mientras Naruto hablaba como siempre, Sasuke escuchaba, pero estaba ausente en sus pensamientos. Desde lo ocurrido en la aldea, la muerte del tercer hokage y lo que vino después, el pelinegro constantemente se preguntaba qué ocurriría a continuación, había querido salir victorioso en los exámenes chunin para demostrar el poder de su clan, y en parte había conseguido dejar boquiabiertos a los asistentes a las peleas, incluso a su padre.
La lluvia seguía cayendo en la aldea de Konoha, la familia Uchiha había vuelto hacia un par de horas de los funerales. Itachi y Emiko se habían retirado para estar solos en el sector de la mansión que compartían, Mikoto estaba preparando la cena y Fugaku estaba sentado en el corredor que daba al patio.
-Sasuke, ven aquí- Dijo firme el hombre.
-Si padre- Contestó el chico.
-Quiero que respondas algo, esa técnica que utilizaste en tu pelea con el chico de la arena, te la enseño Kakashi, ¿verdad?- Dijo interrogándolo.
-¿Cómo lo supiste?- Sasuke se quedó confundido.
-Es una técnica que Kakashi desarrolló hace unos años cuando era aprendiz del cuarto hokage- Sasuke puso rostro de incredulidad, eso que dijo su padre fue algo que nunca supo.
-¿Kakashi fue alumno del cuarto hokage?- Preguntó el chico.
-¿No lo sabías? Evidentemente no es muy comunicativo como maestro. En fin, fue él quien te enseñó eso-.
-Sí, fue él. ¿Tiene algo de malo?-
-En absoluto, aunque me hubiera gustado que practicaras más las técnicas del clan y no algo de afuera, el hecho que quieras fortalecerte es bueno. Sigue así. Aunque es triste que sigas teniendo el mismo rango, tenía la esperanza de que eso cambiara- Dijo Fugaku con algo de desdén.
-No fue por mi causa que no soy chunin. El ataque a la aldea lo frenó todo-.
-Eso es cierto, aunque a tu edad, tu hermano llevaba tiempo siendo chunin- Allí iba de nuevo, la eterna comparación con Itachi. Al parecer su padre creía que debían ser iguales, cosa que Sasuke no pensaba aceptar. Él se haría fuerte a su manera, y sin importar que.
Llegaron finalmente a su destino, Ichiraku, y se dispusieron a comer. Naruto devoró, como siempre, en un abrir y cerrar de ojos arios tazones de ramen.r su parte, Sakura comía con tranquilidad, con cierta elegancia, en realidad, ella siempre era así, como una delicada flor de cerezo. Y otra vez sus pensamientos se volvían de ese estilo, debía asumirlo, ella le gustaba.
-¿Te ocurre algo, Sasuke?- Escuchó la tierna voz de Sakura.
-No. No es nada-. La miró y ella le sonrió, y nuevamente su mente lo confirmó. Le gustaba Sakura. Ahora solo le quedaba pensar, si eso era bueno...o malo.
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No paraban de hablar y reírse. Emiko y Yumi, se estaban poniendo al día prácticamente. Y es que hacía tiempo que no conversaban de forma tan amena, cuando eran niñas podían pasarse horas y horas hablando de cualquier cosa, pero fueron creciendo, y también aumentaron sus obligaciones, y así dejaron de tener todo el tiempo del mundo para hablar de lo que fuera.
-No me has dicho como te has sentido estos días, desde la muerte del tercero- Inmediatamente, Emiko puso semblante melancólico.
-He tratado de no pensar mucho. Siento que fallé en tarea-.
-No creo que sea así. Tu deber era proteger a la aldea, ese fue el sentir de todos. Obviamente que te sentirás triste, puesto que le tenías aprecio y te enseñó muchas cosas. Pero debemos ver al futuro, pensar en que dio su vida por el futuro de la aldea y de todos nosotros- Emiko vio a siempre tranquila mejor amiga. Era alguien muy tranquila, amable y sobretodo dulce, siempre sabía que decir, era un don especial que Yumi tenía. Acabaron su comida y se levantaron. Mientras caminaban, Emiko comenzó a percatarse de que, al parecer, tenían algo de compañía. Llegaron hasta el parque, y mientras que Yumi se sentó en un banco a descansar, Emiko se quedó parada, mirando todo a su alrededor.
-Yumi, quédate quieta- Dijo a su amiga en voz baja para luego elevarla de forma brusca -¡Ya puedes salir!-
-Al parecer no eres una mujer ordinaria- Dijo el hombre apareciendo delante de ellas.
-¿Quién es ese tipo?- Preguntó Yumi, desconcertada.
-No lo sé. Pero lleva tiempo siguiéndonos-. Le contestó Emiko. -Muy bien, ¡habla! ¿Quién diablos eres y qué es lo que quieres? - Hablo de manera agresiva la chica.
El hombre se limitó a mirarlas y analizar a la chica. Sí, definitivamente ella era la que resguardaba al zorro de 9 colas.
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CRONICAS DE UN AMOR SHINOBI
RomanceEmiko Senju y Yumi Nozawa poseen diferentes personalidades y capacidades como ninjas, sin embargo, la tragedia acaecida en la aldea de la Hoja cambiará sus vidas por completo, quedando unidas de por vida a quienes menos imaginaban. Por otro lado, Sa...