La segunda etapa del examen ya llevaba varias horas desarrollándose, al parecer, con normalidad. Pero Emiko se sentía inquieta, su instinto le alertaba problemas. Si bien al principio todo estaba normal, en la última hora sintió se sintió ligeramente perturbada, como si un aura maligna estuviera rondando. Sin duda todo lo que el hokage le había dicho le estaba haciendo estragos la cabeza en esos momentos.
-Emiko-san- Uno de los jóvenes que la acompañaban habló –Hay algo que debería ver, lo acabamos de encontrar-.
-¿De qué se trata?- Preguntó curiosa.
-Por favor, venga, sino no sabría explicarlo-. El muchacho la dirigió hasta uno de los límites del bosque, y lo que se encontró fue, sin duda, la respuesta de su inquietud.
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Era oficial, Sakura Haruno estaba totalmente aterrada. En frente de ellos apareció una serpiente gigante que prácticamente arrastró a Naruto. Sasuke estaba paralizado, no respondía a sus llamados ni nada que se le parezca, prácticamente quería entregar el pergamino.
-¿Quieres el pergamino? ¡Aquí tienes! Vete y déjanos en paz- Fue lo que dijo a esa escalofriante persona en frente suyo.
-¿Qué demonios estás haciendo?- Naruto prácticamente gritó.
-No te metas, idiota- No lograba reconocerlo, Sasuke estaba muy aterrado.
-¿Qué diablos te pasa? ¿Desde cuando eres un cobarde? ¡El Sasuke que conozco no actuaría de esa manera!- El pelinegro se quedó anonadado ante la exclamación de su compañero. Sakura observaba la escena muda.
-Este juego de niños se acabó- Esa escalofriante mujer, o lo que fuera, al parecer decidió actuar.
Ahora Naruto estaba completamente noqueado, no respondía y Sakura temía que fuera peor. Sólo quedaban ella y Sasuke, y esa persona en frente a ellos.
-¿Quién diablos eres?- Inquirió Sasuke al desconocido.
-Mi nombre es Orochimaru- De la nada su cuello comenzó a estirarse como un elástico y rostro quedó frente a frente al de Sasuke. En un abrir y cerrar de ojos, lo mordió, sacando un espantoso grito del chico.
-¡¿Qué le estás haciendo a Sasuke?!- Nunca en su vida vio algo semejante. El hombre lo soltó y el pelinegro cayó completamente adolorido. Sakura sólo se limitó a abrazarlo.
-Resiste- Sasuke temblada mientras su mano se aferraba firmemente a la de Sakura, ella vio que en el cuello de él se formaba una extraña marca -¿Qué es esto?- Dijo ella asustada.
-Es una marca de maldición - contestó Orochimaru –Niña, Sasuke Uchiha esta sediento de poder, y yo se lo puedo dar. En su fan de ser poderoso para que le teman a su clan, el acabará viniendo hacia mí, en busca de mi poder-. Le contestó. Dejando sorprendida a la pelirosa.
-¡Sasuke jamás haría algo así, el no traicionaría a la aldea!- Dijo de forma rotunda.
-Eso ya lo veremos- Dijo el hombre desapareciendo por fin. No podía creer lo que acababa de pasar, estaba desconcertada. Ese hombre dijo que la oscuridad acabaría por consumir a Sasuke, pero no podía entender por qué. Que es lo que lo llevaría a marcharse con esa persona, y sobre todo, quien era Orochimaru.
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Emiko en su vida había visto algo como eso. Personas muertas, sí, de sobra, pero, ¿sin su rostro? Nunca.
-¿Tienen idea de quienes son estos chicos?-
-Sí, Emiko-san, aquí están sus identificaciones-. Observó los rostros, y automáticamente recordó parte de lo que el tercer Hokage le había contado sobre Orochimaru.
-Puede cambiar de piel y de rostro como si de una serpiente se tratara- Sonaba sumamente asqueroso, pero al parecer encajaba con lo que estaba viendo, sumado a los malos presentimientos que estaba teniendo.
-Ve con el hokage y avísale de esto-. Ordenó rápidamente.
-De acuerdo- Contestaron ambos ninjas y se fueron. Emiko se adentró al bosque de forma sigilosa para encontrarlo. Esta segura que se trataba de Orochimaru. Y eso sólo significaba problemas.
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Las gigantescas ramas de un árbol formaban una perfecta cueva donde Sakura podía encargarse de sus dos compañeros, ambos adormecidos, al menos Naruto, porque Sasuke ya era otro asunto. Tenía fiebre, y por momentos parecía delirar, estaba segura que se trataba de esa marca que Orochimaru le puso. Los ruidos del exterior la pusieron alerta de que alguien se acercaba.
-Vaya, vaya, miren lo que tenemos aquí-. Tres ninjas de la Aldea del Sonido aparecieron en frente de Sakura.
-Ese debe ser Sasuke Uchiha- Dijo uno de ellos señalando al pelinegro que estaba fuera de combate.
-¡Aléjense!- Exclamó Sakura desesperada. Estaba completamente sola y de ella dependía la seguridad de ambos chicos.
Cuando el ninja del sonido se dispuso a atacarla, apareció alguien inesperado en frente ella, para asestar un golpe al enemigo, protegiéndola.
-¿Lee? ¿Qué haces aquí?- Musitó intrigada.
-Te dije que te protegería- Se limitó a responder el chico, recordándole lo que le dijo ni bien se conocieron antes de la primera etapa del examen.
-Tu nombre es Sakura, ¿verdad?- Le dijo el chico sonrojado. Tenía un rostro extraño, aunque parecía amable -¡Por favor sé mi novia! ¡Yo me abocaré a protegerte con mi vida!- Dijo el chico con ímpetu, ante la atónita mirada de sus dos compañeros.
En aquél momento pensó que se trataba de una broma, por lo que no lo tomó en serio. Sin embargo, allí estaba, enfrentado a esos shinobis, obviamente más fuertes que ellos. Pero pese a todo el esfuerzo que Lee ponía en la pelea, el rival lo acabó superando. Era momento de que ella hiciera algo. Que defendiera a Sasuke y Naruto, que hiciera algo por ellos.
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Parecía el juego del gato y el ratón, desde que se internó y localizó al intruso, Emiko no había parado de perseguirlo, el infeliz era escurridizo, como una serpiente.
-¡Elemento madera!- Gritó y de su mano brotó un listón de madera que a medida que se alargaba se curvaba hasta que finalmente lo atrapó.
-Mereces la reputación que tienes, Emiko Senju- Se limitó a decir.
-Así que...tu eres Orochimaru- Le dijo con una mirada amenazante.
-Es un honor que alguien tan talentosa y joven sepa de mi existencia- Dijo con mezcla de mofa y exageración.
-Vas a hacer que me sonroje- Contestó Emiko de forma sarcástica –Seré directa, ¿Qué diablos te traes entre manos? ¿Qué es lo que pretendes apareciéndote en los exámenes chunin?
-No pierdes el tiempo en trivialidades. Eso es bueno, después de todo el tiempo es muy valioso, y más en la corta vida de un shinobi- Siguió hablando el sannin.
-¡Contesta!- Emiko estaba impaciente, el hombre sólo daba vueltas al asunto –Se perfectamente que no eres precisamente una blanca paloma, no estás aquí para ver el desempeño de los chicos. Algo te traes-.
-Ya veo, así que Sarutobi te habló de mí. Es lógico, teniendo en cuenta que eres prácticamente su sucesora. En fin, contestando a tu pregunta, de hecho, si estoy aquí para ver el desempeño de los niños. De uno en partircular-. Entonces era cierto todo lo que dijo el tercer hokage, Orochimaru estaba detrás de Sasuke.
-¿Acaso es... Sasuke Uchiha?- Preguntó.
-Has dado en el clavo, mi querida Senju-.
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CRONICAS DE UN AMOR SHINOBI
Lãng mạnEmiko Senju y Yumi Nozawa poseen diferentes personalidades y capacidades como ninjas, sin embargo, la tragedia acaecida en la aldea de la Hoja cambiará sus vidas por completo, quedando unidas de por vida a quienes menos imaginaban. Por otro lado, Sa...