ADVERTENCIA: +18
Finalmente acabó la primera etapa del examen chunin, el hokage anunció que dentro de un mes se retomarían los combates donde se definiría, por fin, quienes ascenderían. Los días transcurrieron y ahora sólo faltaba menos de una semana para el acontecimiento que cambiaría la vida de Emiko. Estaba repasando con Mikoto los últimos detalles, el vestido ya estaba en su casa, esperando por el día.
-Y eso sería todo. Ahora sólo queda esperar, ¿no estas ansiosa?- Su futura suegra estaba muy entusiasmada.
-Pues sí. No es que sea habitual una boda como esta- Dijo Emiko con una pequeña sonrisa. Debía reconocer que estaba ansiosa por todo el asunto. Los últimos días Itachi se había pasado visitándola, llevándole en algunas ocasiones flores, buscando recuperar la amistad que en una ocasión tuvieron. Ella por su parte lo aceptó, quería que les fuera bien juntos. Por otro lado estaba la familia de él. Su padre era bastante estoico, apenas si le hablaba, lo cual le tenía sin cuidado, Sasuke imitaba su comportamiento, mientras que su madre era otro cantar, Mikoto era sumamente amable con Emiko, siempre que se veian conversaban amenamente, le aconsejaba sobre el trato con el clan. En fin, era la única, además de Itachi, que la aceptaba de manera abierta.
-Es hora de me vaya, quiero pasar con mi papá y Naruto los últimos días soltera- Pronunció Emiko con soltura.
-Por supuesto. Veras que todo irá bien cariño, yo estaré allí para ayudarte- Le dijo la mujer con dulzura –Es obvio que el clan te ve con ojos reticentes aún, pero en cuanto te conozcan, se darán cuenta de cuanto han ganado los Uchiha contigo, lo mismo mi esposo y Sasuke-.
-Eso espero señora, de verdad quiero encajar y sobretodo hacer feliz a Itachi-. Finalmente se despidió de Mikoto y se dirigió a la salida del distrito Uchiha. A su paso, la gente del clan la observaba de manera curiosa. Se detuvo en cuanto una pequeña niña se atravesó en su camino. La pequeña la miró y levantó su manito ofreciéndole una pequeña flor.
-Es para usted señorita- Emiko la observó intrigada, sin saber cómo responder.
-Yo...no sé qué decir- Le dijo sinceramente.
-Usted se casará con el joven Itachi. Él es muy amable, y usted debe ser igual de buena que él, porque él la ama-. El razonamiento de la niña era sumamente simple, pero preciso. Itachi era la persona más noble que ella había conocido, le costaba ver como encajaba en un clan lleno de personas arrogantes, aunque luego conoció también a Shisui, los veía a ambos como agujas en un gran pajar.
-Gracias. Te prometo que daré lo mejor y que Itachi será muy feliz conmigo- Le contestó sonriendo ampliamente. La niña le devolvió la sonrisa y se fue -¡Adiós señorita!-. Definitivamente, no todo podía ser tan malo.
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El hospital estaba calmado por lo que Yumi podría irse a casa sin problemas. A la salida como siempre, estaba Shisui, quien la recibió con un beso, aunque este era un poco más intenso de lo habitual.
-Te extrañé- Le dijo ella una vez separados.
-Igualmente, mi amor- Respondió el abrazándola.
Caminaron hasta la casa de ella, donde lo invitó a pasar y comer algo. Conversaron amenamente de cosas triviales, sin sentido en algunos casos, tocaron el asunto de Sasuke quien estuvo hospitalizado unos días tras la primera ronda de peleas de los exámenes chunin. Tras eso, Shisui la abrazó y recargó su cabeza en su hombro.
-Estas algo efusivo hoy, cariño-. Le dijo Yumi curiosa.
-Yumi- Le dijo seriamente –Creo que nuestra relación debería avanzar-.
-¿Avanzar? ¿A qué te refieres?-.
-Pues- Era raro verlo nervioso, por lo general siempre estaba tranquilo y rebosante de confianza. No parecía él –Tengo que decirlo... Te amo-.
Eso sí que no lo esperaba, desde el primer momento en que se besaron y comenzaron su relación hace un par de meses, Shisui nunca habló de sus sentimientos. Y aunque hubo un tiempo en que a Yumi le daba igual si él no estaba enamorado de ella, de un tiempo en adelante comenzó a molestarle.
-¿De verdad? Yo también te amo-.
-Quiero estar contigo- Le dijo repentinamente. Estar con ella, Yumi ya se hacía una idea. Quería hacerlo. Acostarse con ella, su primera vez juntos. No era algo desconocido en su mente, sólo que, no esperaba que sucediera aún.
-Te refieres a....-
-Hacer el amor, contigo, Yumi- Le dijo roncamente, lo que hizo bombear de manera acelerada el corazón de la chica.
-Yo también quiero, Shisui, que seas el primero, ahora-.
El chico no se contuvo y la besó, como si no existiera mañana, abrazándola fuertemente mientras que Yumi pasaba sus brazos por encima de su cuello atrayéndolo más. Se basaron de una manera muy apasionada, hasta quedarse literalmente sin aliento. Una vez separados, Shisui comenzó a desabrochar los botones de la blusa de Yumi, ella solo lo observaba atentamente. Una vez fuera la prenda, él la miró, adorablemente sonrojada y procedió a quitarle también los pantalones cortos que ella llevaba, quedándose en braga y sostén. Para estar en igualdad de condiciones, Yumi deslizó sus manos hacia el borde de la camisa azul de él y se la fue quitando, Shisui se terminó de quitar sus pantalones, pateándolos hacia un costado.
Shisui subió sus manos hasta las mejillas de Yumi y la observó, era una chica hermosa, no al nivel de Emiko, considerada entre las más bellas de la aldea, sino de un modo más suave, elegante, único. Definitivamente estaba enamorado como un tonto. De la nada, le vino a la cabeza que sería el primero en hacerle el amor, quizás el único, al menos, eso esperaba.
-Eres virgen, ¿verdad?- El abrupto sonrojo que vio en el rostro de la joven confirmó su teoría –Descuida, seré amable-.
-Te amo- Le dijo ella mirándolo fijamente, completamente sonrojada.
-Y yo a ti-
Volvieron a besarse mientras acababan de desnudarse. Poco a poco se fueron acercando hasta la cama donde finalmente cayeron, Shusui paseó sus manos por el curvilíneo cuerpo de su novia, deteniéndose en sus senos, los cuales acarició con reverencia arrancándole pequeños gemidos a Yumi. Ella, por su parte, se sentía en el cielo, jamás había experimentado esas sensaciones. Era algo extraordinario, sentimientos que desbordaban su menudo cuerpo. Se limitó a sentir, a disfrutar al mismo tiempo que le acariciaba la cabeza al chico.
Shisui fue llevando sus manos hasta la zona más íntima de Yumi y comprobó que estaba más que lista, por lo que su excitación aumentó. Yumi desplazó su mirada desde el rostro del pelinegro, pasando por el definido abdomen hasta llegar al miembro del chico. Por raro que fuera, no se sintió intimidada por la masculinidad de él, al contrario, le agradó verlo así, era algo posesivo. Él se posicionó entre las piernas de ella, su miembro rozando la entrada de ella durante unos instantes, hasta que finalmente entró lentamente. Sintió como Yumi se aferraba a su espalda, obviamente le dolió. Pero pasados unos minutos, vio cómo su mirada cambiaba.
Yumi sintió mucho dolor al momento de sentir como el miembro de Shisui se llevaba su virginidad, pero luego comenzó a sentir algo muy agradable, las embestidas eran lentas, y a medida que pasaban los minutos, se volvieron más rápidas y placenteras. Comenzó a sentir un fuerte calor en la zona baja del vientre. Una especie de electricidad que la recorría por todo el cuerpo. Sintió una explosión que le hizo arquear su espalda violentamente para luego abrazarse a su novio. Shisui sintió como las paredes de ella apretujaban su miembro, provocando así que él embistiera con mayor velocidad, acabando dentro de ella. Completamente agotado, cayó encima de Yumi, ambos respirando de manera agitada. Unos minutos después, Shisui apenas logró levantar su cabeza para unir su frente con la de Yumi, quedando así, ambos mirándose a los ojos, sin decir nada. Realmente, no lo necesitaban. Estaban en las nubes.
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CRONICAS DE UN AMOR SHINOBI
RomansaEmiko Senju y Yumi Nozawa poseen diferentes personalidades y capacidades como ninjas, sin embargo, la tragedia acaecida en la aldea de la Hoja cambiará sus vidas por completo, quedando unidas de por vida a quienes menos imaginaban. Por otro lado, Sa...