Capítulo 42

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Infierno

Zoe Pov

3 días después de haber sido secuestrada****

Hace dos días de lo que paso con Riley. Una vez fue curada, la sacaron de la habitación y no la he vuelto a ver. Para mi suerte tampoco Rafael ha vuelto a pisar mi cuarto. Solo viene una señora a dejarme comida y se va, claro que asegurándose de que la puerta este bien cerrada y procura contestarme lo menos posible.

Hoy eso cambia. Estaba sentada en mi cama leyendo uno de los libros que estaban en la estantería del cuarto llamado "Lo que nunca fuimos" cuando Rafael hizo su aparición en mi puerta. Tenía ya un día sin estar amarrada, por lo que rápidamente me levanté de la cama y me puse a la defensiva. Él sonrió de manera socarrona y levantó sus manos en señal de paz antes de comenzar a hablarme.

-Belle no tienes porque tratarme así, tenemos muchas cosas de que hablar, pero no lo haremos aquí. báñate y ponte bonita, te espero para cenar esta noche – pensé que eso iba a ser todo lo que diría, ya que se volteó listo para salir por la puerta de madera, pero en el último segundo se giró en mi dirección de nuevo y me dijo con una voz fría que denotaba que lo dicho se trataba de nada más y nada menos que de una clara, firme y concreta amenaza directa – cualquier movimiento o actitud rara, será pagada, y no en ti, en los que te importan -.

Ahora si salió del cuarto y alcancé a escuchar como colocaba el seguro de la puerta. Me impacientaba el no conocer a ciencia cierta sus alcances. Que tan peligroso era Rafael? Y lo que me ponía aún más de nervios, que tanto sabía sobre mí? No quería ser pesimista, pero probablemente sabía mucho por no decir todo al respecto de mi persona. Es un maniático rico, esa no es una buena combinación.

Él sabía mucho y yo poco, y si de algo estoy segura es que el conocimiento es la mejor arma y la ignorancia la peor desventaja. Él tiene la mejor arma y yo la peor desventaja, fabuloso.

Decidí seguir su orden, primero porque no me quería arriesgar a recibir su consecuencia Y segundo, porque en mi experiencia con los secuestro, la cuál me gustaría que fuera nula pero para mi desgracia no lo es, salir y conocer el ambiente en el que estoy me ayudará para escapar. Me metí al baño y me alisté con un vestido lila medianamente ceñido a mi cuerpo que estaba en el armario. Mi cabello lo dejé al natural al igual que mi maquillaje, solo me puse un poco de polvo y rímel. Me coloqué la pulsera que me dio Adrien y me quedé observándola unos segundos. Esperanza. Esa palabra seguía apareciendo en mi mente cada vez que apreciaba la joya, así como las lágrimas amenazaban con salirse de mis ojos.

No quiero estar aquí, quiero volver a mi hogar. Y no, no me refiero a Los Ángeles, me refiero a la mansión aquí en Alemania, pero a la que le pertenece a Adrien. Quiero estar con él, quiero desayunar con Adrien, Alexander y Agnes, quiero salir de viaje con los chicos y reírnos de sus tonterías, simplemente quiero que esto sea solo una pesadilla de la cuál pronto despertaré.

Vendida a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora