P R Ó L O G O

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¿Qué diablos estaba escuchando?

Estaba en casa de una de mis tías debido a una reunión familiar cuando murió la batería de mi celular, así que tenía que ir a por el cargador a la camioneta. Iba caminando afuera de la casa cuando no puede evitar escuchar la conversación que estaba teniendo Paulina, una de mis primas, con un chico. No reconocí la voz del chico por lo que supuse que no lo conocía.

-Necesito nueva mercancía Pau- dijo el chico, ¿De qué clase de mercancía habla? no sabía que Paulina vendiera algo, aunque la verdad no sabía mucho de su vida, ni siquiera la tengo en redes sociales, digamos que no nos llevamos del todo bien por no decir que no nos soportamos.

-Okey haré una fiesta pronto en mi casa, ahí estarán muchas de mis amigas ya sabes que hacer-.

-Digamos que me interesa alguien que tu conoces en específico-.

-De que hablas Nick? - creí escuchar un poco de miedo en la voz de Paulina y yo sinceramente con cada segundo que pasaba más perdida me sentida.

-Tu prima- dijo sin más, ¿Estaba interesado en una prima?

-No, sabes perfectamente que Sarah no, es mi prima favorita y sé que es bastante bonita, pero ella es un no rotundo- vaya ¿Él quería andar con Sarah? ¿Porque Paulina no la dejaba? digo en todo caso la decisión de andar o no con él debería de ser de Sarah no de ella.

-No me refería a Sarah, me refería a tu prima que no te cae bien, ¿Cómo es que se llama? - hizo un pequeño silencio- ah sí Zoe- aguante mi respiración porque el extraño chico acababa de decir mi nombre.

-Nick sé que no me agrada Zoe, pero es mi familia después de todo, lo siento, pero no puedo- hubo un gran silencio entre ambos de nuevo.

-Está bien aceptaré a tu hermana a cambio de Zoe- SU HERMANA? ¿Qué clase de pervertido era este chico? la pequeña Abby solo tenía 7 años.

-Prometiste nunca meterte con Abby- la voz de Paulina sonaba rota como si estuviera a punto de llorar y con bastante coraje para colmo.

-Situaciones desesperadas, medidas desesperadas- fue lo que contestó el chico sin darle mucha importancia.

-No entiendo porque a fuerzas quieres a Zoe, tengo muchas amigas más bonitas que ella. ¿Por dios la has visto? No hay nada especial en ella, no la venderías con facilidad- ¿Venderme? Me quedé estática en mi lugar, sentía como me faltaba el aire, ¿Esta era la estúpida mercancía que Paulina vendía?, ¿Chicas, a sus "amigas"?

Sentía repulsión por la que se hacía llamar mi familia, ¿Como le haces eso a alguien? Por más que ella me esté defendiendo de cierta forma o esté tratando de convencer al chico de que no le convengo me asquea saber que si es capaz de hacérselo a otras chicas.

-Yo se mis razones- dijo el tal Nick- mira Pau te daré tres segundos para que elijas, ¿A quién me llevaré a Zoe o a Abby? - Este chico no estaba jugando realmente se llevaría a una de las dos.

-1...- escuche como empezaba a contar y en mi cerebro aparecieron las imágenes de Abby siendo llevada en contra de su voluntad, por dios ella solo tenía 7 años. Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos deslizándose por mis mejillas, Abby tiene 7 años y una vida por delante, yo ya tengo 19, viví una vida bastante feliz.

-2...- Su voz resonó de nuevo en mis oídos, ¿Qué pasaría conmigo? ¿Me golpearían? ¿Me violarían? ¿Me matarían? ¿Harían las tres cosas? Perdónenme, mamá y papá, no saben cuánto los extrañaré, pero no podría vivir con esto en mi conciencia, con ese pensamiento en mente hablé antes de que el dijera el 3.

-Yo voy- dije saliendo de mi "escondite" acercándome a ellos, el chico tenía una sonrisa en su rostro bastante enorme que expresaba maldad pura, mientras que sentía la mirada de Paulina sobre mí, pero ni siquiera podía verla, su sola presencia me producía asco.

-Vaya alguien decidió por ti Pau- antes de que ella pudiera hablar la interrumpí.

-Hago esto solo por Abby, mi única condición es que no la toques nunca y la dejes crecer en paz, ya no podrás utilizarla en tus chantajes a Paulina- hable firme y claro, me sorprendió poder hacerlo, ya que quería llorar por dentro, pero sabía que lo último que tenía que hacer era mostrarle algún tipo de debilidad a este chico.

Hizo una mueca pensativa por unos segundos para después decir- Acepto- y tomarme de la muñeca arrastrándome hacía un coche bastante lujoso, vaya definitivamente la venta de mujeres le dejaba mucho dinero a este chico.

Antes de perder de vista a mi prima vi como su mirada estaba puesta en mí, creí ver algo de culpa y preocupación en sus ojos. Jamás podré volver a ver a Paulina de la misma forma, pero al menos tenía la esperanza de que usará sus conocimientos en el negocio para salvarme.

Al final siempre dicen que la esperanza es lo último que muere.

Vendida a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora