Capítulo 14

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"Quand je demande ton avis, tu me le donne, pendant que tu peux le mettre dans le cul si tu veux..."

Bajamos ambos de la escalera con mi brazo enredado con el suyo, nuevamente siento todas las miradas puestas sobre nosotros. Pero hay unos ojos marrones que captan más mi atención que los demás. Me causa gracia porque me recuerda un poco como me miraba Riley recién me conoció.

Aun así, baje como si fuera la reina del mundo, orgullosa de estar al lado de Adrien. Giré mi rostro hacia él unos segundos y sentí como mi corazón se apretaba al notar que sus ojos azules estaban en los marrones de ella. Lia se veía hermosa, y casi me causa gracia que ella traiga un vestido similar, por no decir igual, que el mío, solo que en otro color. Mientras que mi vestido era rojo, el de ella era de un rosa claro.

Mi mente me juega en contra al detallarla, el vestido se ajusta perfectamente a sus curvas, logrando resaltar cada parte de su cuerpo. También esta su pelo y su maquillaje, el pelo se le ve fabuloso, tan brillante y perfectamente alisado, mientras que su maquillaje no es para nada exagerado, otorgándole una belleza natural. Hace unos minutos después de ver como Adrien me miraba, mi autoestima aumento. Jamás he tenido problemas con mi autoestima, pero verla a ella y luego a mí, simplemente me deprimía.

Intente mantener mi sonrisa y mi seguridad, pero al estar tan distraída pensando en mis inseguridades pise mal ya casi llegando al último escalón, por suerte Adrien estaba ahí conmigo y me sostuvo evitándome una humillación. Sus manos se aferraron a mi cintura. Gracias a su estatura y a que aún quedaban unos pocos escalones para abajo, Adrien me estaba levantando del suelo, pegándome un poco a su pecho y fijando sus ojos en los míos.

Mariposas comenzaron a aparecer en mi estómago y mis mejillas comenzaron a adquirir un tono más rosado. Logré incluso escuchar un "owm" por parte de varias personas de la fiesta, pero mi atención estaba completamente centrada en el chico de ojos azules que estaba en frente mío.

-Deberías de tener más cuidado enana- me dice con una sonrisa tierna.

En serio intento buscar mi habilidad de emitir algún sonido y contestarle, pero no aparece por ningún lado. Solo me quedo ahí observando su rostro. Adrien levanta una ceja hacia mí y su sonrisa cambia a una mueca de confusión. Me siento un poco tonta por dejar que todos mis sentimientos se mezclen entre sí, me siento enojada por saber que se follo a otra, me siento triste también por eso y porque estoy lejos de las personas que amo, me siento inferior que Lia, y me estoy empezando a sentir embobada por el chico que me acaba de poner en el suelo pero que aún no despega sus manos de mi cintura.

Su mirada sigue pegada a mi cara, aún se ve algo confundido y para mi mala suerte comienzo a sentir ganas de llorar. No quiero que mis ojos se cristalicen y Adrien lo note.

-Adrien- escucho la voz de Lia llamándolo, le quita su atención a mi rostro para centrarse en ella, quien no lo duda y se abalanza sobre el abrazándolo, obligándolo a que retire sus manos de mi cuerpo. Me siento ridícula estando parada a un lado de ellos dos mientras se abrazan y esa es la gota que derrama el vaso de mi inestabilidad emocional.

Sin que Adrien ni nadie se dé cuenta me alejo de ahí. Me voy hacia una de las terrazas de la inmensa mansión. Gracias al frio no hay nadie afuera, siento como mi piel se pone de gallina debido a la temperatura, pero quizás morir de hipotermia me sea una buena solución a todo lo que está pasando en mi vida en estos momentos. Tomo asiento en el frio piso de mármol, mientras observo el cielo nocturno y dos gruesas lagrimas bajan por mis mejillas.

Él ni si quiera se dio cuenta de que me fui.

Él está muy ocupado con ella en estos momentos.

Vendida a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora