Capítulo 45

4.5K 226 14
                                    

5, 4, 3, 2, 1

Hoy es el día de mi boda y a diferencia de muchas novias, yo no estoy emocionada. No. Yo estoy aterrada. Desde mi escapada no he vuelto a ver a Rafael, llevo esperando su castigo desde que desperté a la mañana siguiente y nada. Creí que su castigo era lo que más iba a odiar, pero no, la incertidumbre es aún peor.

Desde temprano llegaron un montón de mujeres listas para maquillarme y vestirme, sus palabras exactas fueron que me alistarían y me dejarían a la altura de Rafael. Como si no hubieran notado que ese estándar lo pasé desde hace mucho.

El vestido era sencillo, no tenía ningún tipo de decoración ni encaje, no es el tipo de vestido que yo me hubiera imaginado para mí, pero mentiría si dijera que no era precioso. Creo que la mejor palabra para describir el vestido era sofisticado, tal y como Rafel quería que yo fuera.

Llámenme loca, pero me da la impresión de que Rafael quiere que yo de esa aura de una chica "decente", y todo esto porque muchos saben que soy la novia de Adrien Miller, creo que no quiere que las personas piensen mal de su futura esposa y su forma de causar una buena impresión es que exprese que soy una mujer refinada y sofisticada, como si esas palabras fueran sinónimo de decencia.

Un recogido es el peinado elegido para mí, así como un pequeño tocado de zafiros azules y oro blanco. Los únicos accesorios que se me permiten usar son un collar igual de oro blanco y zafiros azules, y el anillo de compromiso que porto en el dedo.

Intente que me dejaran portar aunque fuera la pulsera, pero la respuesta fue un "El señor solo permitió estos accesorios". Aún así sin que lo notarán logré meter la pulsera en el vestido, no podía no tenerla, sigue siendo mi único símbolo de esperanza.

Las lagrimas se acumularon en mis ojos, pero no me permití derramarlas. Las mujeres se fueron de la habitación y me dijeron que pronto alguien vendría por mi para llevarme al altar. Una vez sola, mi mirada cayó en balcón del cuarto. Yo jamás había pensado si quiera en la idea de acabar con mi vida, pero en este momento simplemente quería que todo se acabará de una vez por todas.

Me acerqué lo suficiente para el borde, solo siendo separada por un barandal que fácilmente podía saltar si me lo proponía. Mis piernas comenzaron a actuar solas hasta el punto donde termine sentada sobre el barandal y viendo el patio, la caída era fácilmente de unos 5 metros, no sabía si podría morir con eso. Así me quede unos segundos, solo observando el cuidado y bien podado césped.

Un ruido llamo mi atención y lo que vi me recordó que la esperanza no se muere y que siempre hay algo por lo cuál tenemos que levantarnos y seguir. Era él, vestido de negro y con muchos hombres detrás. Mi corazón comenzó a latir con fuerza y aunque mi primer impulso era saltar y correr en su dirección, decidí usar mi cabeza y la puerta. Corrí en dirección a la salida pero esta estaba con llave, me esforcé mucho por que abriera pero nada.

Después de unos segundos, la puerta se abrió, supuse que era aquel que quería llevarme al altar donde ya se encontraba Rafael, pero no, en realidad era Amber. Ella se acercó a mi y comenzó a evaluarme. Mis pasos comenzaron a retroceder, y no porque le tuviera miedo a ella, le tenía miedo al arma que tenía en sus manos. No me estaba apuntando, pero de querer matarme podría hacerlo.

-Te encanta meterte en mi camino Zoe – decidí no emitir ningún tipo de expresión ni reacción a sus palabras, quería primero investigar que estaba haciendo aquí.

Vendida a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora