Capítulo 23

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Enséñame

Estoy sentada en el sillón de mi recamará viendo hacia el estacionamiento de la mansión, en cuanto Taylor me dejo aquí se fue para ayudar a Adrien. Intente preguntarle al respecto durante todo el camino de regreso a casa, pero el constantemente alego que eso era algo que lo que no tenía permitido hablar.

Llegué aquí hace 1 hora y media y aún no ha llegado, tampoco he tenido ninguna noticia por parte de nadie, en cuanto llegamos y Alexander se enteró de lo que había pasado se largó con Taylor para ayudar a su hermano. Mis ojos se cristalizan a cada nada ante el pensamiento de que algo le pudo haber pasado, mi pecho se comprime ante su ausencia y me recrimino el haber desperdiciado tanto tiempo enojada con él. Aunque quizá solo sea el miedo al no volverlo a ver lo que esta hablando por mí, al fin y al cabo lo que hizo no estuvo bien y tampoco tiene justificación.

El ruido de camionetas llegando me sacaron del trance en el que estaba, apenas las vi adentrándose a la propiedad Sali corriendo hacia la planta baja, para cuando llegué Adrien ya estaba entrando por la puerta. Sentí como el aire regresaba a mis pulmones cuando lo vi completamente bien, ni si quiera tenía un rasguño en su rostro.

Mis ojos se toparon con los suyos y sentí como esta vez varias lagrimas se derramaban por mis mejillas, el abrió sus brazos y no dude al estrecharme contra su pecho. Su olor, su calidez, su altura, su fuerza, la protección que sentía al estar entre sus brazos, todo esos pensamientos y emociones de mezclaron en mi interior logrando que lo que eran varias lagrimas se convirtieran en cientos, no podía dejar de llorar, la sola idea de no volver a vivir esto con, de sentir esto por él, de que me lo arrebataran me comía viva, definitivamente después de volver a tenerlo en mi vida, no podría volver a vivir en un mundo donde el no estuviera a mi lado, no me interesan las consecuencias ni lo que venga con su familia, porque lo amo y acepto tal cual es.

-Enana, estoy bien. Te dije que fui entrenado para esto, nada va a pasarme – sus manos subieron de mi cintura a mis mejillas levantando mi rostro hacia el suyo y limpiando mis lagrimas con sus pulgares- mírame, aquí estoy-.

Quise controlarlo pero inmediatamente más lagrimas comenzaron a salir de mi rostro, el beso mi frente y volvió a abrazarme. Lo único que creo haber alcanzado a escuchar fue como dio órdenes en alemán para después levantarme por las rodillas haciendo que mis piernas se enredaran en su cadera y mi cabeza terminará en el hueco de su cuello, para así poder llevarme hacía arriba.

Entramos a mi habitación y se recostó conmigo encima, en esa posición mi cabeza quedo sobre su pecho, más bien sobre su corazón. Podía sentir los suaves latidos y como poco a poco me iba tranquilizando con sus caricias en mi pelo y lo besos que dejaba en mi cabeza. No se en que momento dejé de llorar, así como tampoco estoy segura de en que momento me quede profundamente dormida.

Desperté al siguiente día, ya no estaba arriba de Adrien, ahora estaba a su lado. Con un brazo me mantenía cerca de su cuerpo mientras que el otro era utilizado por mi como almohada. Él aún estaba dormido, lo que me ayudo a poder detallar su rostro. Se veía sereno a decir verdad, cada facción de su cuerpo estaba completamente relajada.

Ayer me di cuenta de que no puedo, ni quiero estar lejos de él. Toda yo lo reclama y lo necesita, lo peor es que cuando me refiero a toda yo, no habló solo de una manera física. Hay recciones tan simples en mi cuerpo que para muchos pasarían desapercibidas, pero para mi no, siento como mi corazón se acelera solo con su presencia, siento como si mi piel se estuviera quemando solo con su mirada, también se pone de gallina solo con una caricia suya y ni hablar de como en mi estomago empiezan a revolotear mariposas con solo escuchar su grave voz.

En pocas palabras estoy enamorada hasta la medula de este chico y si no puedo vivir sin él, no me queda de otra que aceptar su mundo y acoplarme a él. Si él será el próximo jefe de tres mafias, yo estaré ahí apoyándolo, en estos momentos me vale una mierda la moral, la ética, lo correcto y las leyes. Todo eso se puede ir al infierno cuando se siente lo que yo siento por él.

Vendida a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora