Capítulo 27

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"Ich liebe sie"

Mis parpados comenzaron a abrirse dando por terminado mi sueño. Lo primero que note fueron dos brazos abrazándome y que no estaba recostada sobre una almohada. El pecho desnudo de Adrien era lo que tenía bajo mi oreja, mientras nuestras piernas estaban entrelazadas y mis pechos estaban pegados a su costado. Realmente lo había hecho, había tenido mi primera vez con Adrien. No podía creérmelo.

Intenté buscar algún sentimiento negativo en mi interior, pero la realidad fue que no encontré ninguno, toda yo era un montón de felicidad, realmente no quería que este momento acabara pero sabía que en algún momento tendríamos que pararnos de la cama.

Lentamente me levante y me quede sentada observando al chico que estaba a mi lado, no podía ver sus hipnotizantes ojos, pero la realidad era con o sin ellos el seguía siendo tan malditamente atractivo. Sus rasgos eran fuertes, sus labios carnosos, pestañas largas y envidiables, su nariz respingada y su pelo le caía levemente por la frente dándole un aire relajado. Él es perfecto, y eso que solo describí su cara, porque si lo detallo completo no acabo.

Mis ojos se deslizaron de su cara a su abdomen, ese perfecto y marcado abdomen que ayer toque y disfrute, después baje a su v marcada, que era hasta donde la sabana me dejaba ver, sin si quiera pensar mordí mi labio al recordar lo que hay debajo de esa sabana, estuvo dentro de mí, no solo eso, estuvo en mi boca y definitivamente podrá estar en cualquiera de los dos lugares otra vez si así lo desea. Un pequeño suspiro salió de mis labios, que me estaba haciendo este hombre?

-Si me quieres violar solo dilo Zo – su voz hizo que pegará un brinco en la cama y que mis mejillas se tiñeran de rojo, se había dado cuenta que lo estuve observando todo este tiempo, que vergüenza.

Voltee a verlo esperando el comentario burlón de que mis mejillas estaban rojas, o que no es algo propio de la Madre Teresa estar pensando en violar gente, pero su comentario nunca llego. Eso hizo que pusiera una mueca de confusión en mi rostro que rápidamente quite al percatarme que él ni si quiera había visto mis mejillas rojas, su mirada estaba completamente perdida en mi pecho, en mi muy desnudo pecho.

Quizá debería darme vergüenza estar así en frente de Adrien, creo que es como cualquier mujer se sentiría al tener un adonis viendo sus pechos, pero no era mi caso, el las vio ayer, incluso las toco y estuvieron en su boca, la pena está de más.

Un Adonis, eso era Adrien. De pronto una duda apareció en mi cabeza, lo había hecho bien? Él ha estado con más chicas de las que le gustaría admitir, y yo soy una inexperta en cualquier cosa relacionada con sexo, bueno solo tengo la experiencia de ayer que es prácticamente nada comparada a la de él. Le habrá gustado?

-Zoe, que es lo que pasa? – rápidamente me concentré en él dejando un poco de lado mis pensamientos, el ahora parecía haber dejado de estar contemplando mis pechos y ahora me veía con preocupación- no me digas que te lastime, algo te duele? Te sientes mal? Necesitas que te traiga algo? O puedo llamar a Agn... - rápidamente lo interrumpí, comenzó a hablar demasiado rápido y definitivamente se estaba hiendo por donde no era.

-Adrien para – sus ojos se abrieron y solamente se dedicó a observarme- no me lastimaste no estoy mal, todo lo contrario, ayer fue perfecto – fue como si le quitara un montón de peso de encima, todo él se relajó visiblemente me ofreció una sonrisa pero no le duro mucho ya que no es tonto y no se le va nada.

-Entonces, que es lo que pasa Zoe? Porque te veías algo triste hace unos segundos? – no quería atormentarlo con mis tonterías pero realmente necesitaba saberlo así que dejé la cobardía y lo dije.

- Tu ayer, amm... – comencé a jugar con mis dedos antes de decirlo rápido – lo disfrutaste? – su ceño se frunció como si yo estuviera hablándole en otro idioma, aunque pensándolo bien él sabe muchos idiomas así que posiblemente si le estuviera hablando en otro idioma él lo entendería a la perfección... tuve que dejar de pensar tonterías cuando el hablo.

Vendida a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora