Vendida a mi ex

Capítulo 22

A la mierda la educación

Zoe POV

Me doy una larga ducha, mi sonrisa nunca deja mi rostro pero es que no puedo creer que mi aburrida vida pasará a ser esto. Siempre leí sobre este tipo de historias pero jamás me imagine que en algún momento algo así me fuera a pasar a mí y mucho menos que Adrien sería el protagonista de mi historia.

Unos jeans negros y un suéter blanco es el outfit que elijo, ni si quiera se a dónde vamos a ir pero eso no quita la emoción que recorre cada una de mis extremidades. Hace un rato escuche como todos los chicos se despedían y se iban, por lo que supongo que a donde iremos solo seremos nosotros dos, eso no se si me pone nerviosa o me emociona, quizá los dos.

Termino de arreglarme y salgo para buscarlo, a penas doy unos pasos fuera de mi habitación me lo encuentro saliendo de la suya perfectamente bañado y cambiado. Jamás dejare de admirar lo bien que se ve como sea, hay personas que nacen siendo perfectas y otras nacemos como simple mortales.

-Te ves muy bonita Zo- poco a poco se acerca a mi cuerpo para después poner sus manos en mi cintura acercando su cuerpo al mío. Mis ojos observan los suyos y no puedo evitar que mis ojos bajen a sus labios, mis labios se separan solo un poco involuntariamente, sus manos ejercen más fuerza en mi cintura, es como si ninguno pudiera salir de un profundo trancé.

Sus ojos, sus labios, sus facciones, su pelo, su cuerpo, todo él me grita que me acerqué. Es como si el fuera un cazador y yo su presa, soy una pésima presa para ser sincera porque yo misma me estoy aventando a su trampa, aunque tampoco es como que me molesté mucho caer...

Su mano me saca de mis pensamientos, comienza a acariciarme mi mejilla y ese simple toque hace que toda mi piel se ponga como de gallina, mis ojos se cierran recibiendo su contacto y mi boca se seca. Puedo aproximar el acercamiento de sus labios a mi boca pero un susurro en mi oído hace que vuelva a recomponerme.

- ¿Qué pensaste Madre Teresa? ¿Qué me tendrías aquí a tus pies nada más así porque sí? No me hagas reír- lo empujo por el pecho molesta mientras él comienza a reírse. No puedo creer que acabe de hacerme eso.

-Eso fue muy cruel Miller- le respondo enojada.

-Hablo la que lo hizo primero- bufó por su respuesta.

- ¿Puedes dejar de usar ese maldito apodo? -intente no sonar tan irritada pero no lo logró, literalmente acaba de dejarme con las ganas de besarlo y juro por la Madre Teresa que esto no se va a quedar así.

-No -contesta tajante y yo solo ruedo los ojos- ay vamos no te enojes enana, es más déjame recompensarte por esto -levantó una de mis cejas en su dirección.

-Te escuchó- una sonrisa se instala es su rostro y veo como saca una corbata de atrás de su espalda -una mierda que me voy a poner eso- mis ojos fulminan los suyos pero su sonrisa no se borra.

-Vamos enana no seas aburrida, será como un juego- una mierda sus juegos.

-No-.

-SI-.

-NO-.

***

-ADRIEN SI ME CAIGO TE JURO QUE TE CORTO LAS BOLAS -escucho como se ríe a carcajadas pero la realidad es que no tenga idea de donde diablos estoy, no se escucha ningún tipo de ruido que me de alguna pista ni si quiera un ...

Huele como a ¿Churros? Si, estoy casi segura de que a eso es a lo que huele

-Calma fierra, puedes quitarte la corbata ahora- lentamente deshago el nudo y mi sonrisa no cabe en mi rostro. Me trajo a Puerta de Brandemburgo, él sabe que uno de mis sueños era caminar por aquí. Me giro para poder darle las gracias y veo como tiene dos vasos de helado de vainilla con churros arriba de decoración.