CAPÍTULO 53.

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Último gol.

Han pasado cinco días, de los cuales, los futbolistas y las animadoras no hemos salido del campus a excepción de ir a clases.

Hubo veces en que salíamos tan tarde de los entrenamientos que hasta nos poníamos de acuerdo en ir todos juntos a comer.

Como ahora que son las 6 p. m. Donde los chicos se atragantan con comida chatarra y mis chicas rompen sus dietas.

Ahora que se confirmó la asistencia de los representantes de las universidades me ha entrada la ansiedad de que todo salga perfecto.

Seria nuestro último partido antes de graduarnos.

Nuestra última presentación juntos y con la cual acabaremos con las dudas de los cazatalentos.

—Ya deja eso y come —Nayet me quita el teléfono y planta una bandeja de papas fritas frente a mí.

Lo observo, lo analizo, como una papita y llego a la conclusión de que esta igual o inclusive más estresado que yo. Su temperamento no ha sido muy príncipe azul que digamos últimamente, pero se esfuerza en seguir aparentando.

— ¿Han sabido algo de Brayden?

Frunzo el ceño mientras Nayet me hace señas con la cabeza para no hacer lo que tengo en mente. Pero...

¿Desde cuándo YO le hago casa a ÉL?

— ¿Por qué el interés? —Pregunto con cizaña—. ¿Te gusta, María?

Las demás chicas se ríen, los muchachos se nos unen, pero callamos cuando nos damos cuenta de un detalle: su silencio. El hecho de que se sonroje y baje la mirada responde por si sola.

Mire a Nayet, él lo sabía.

Me aclare la garganta para arreglar mi cagada poniendo en evidencia a la pobre chica.

—Diana me dijo que estaba en una competencia de baile o algo así.

— ¿Él solo? —insistió en que le enterrara el puñal.

—No... —toda la mesa me miró—. Se fue con su compañera.

—Novia —enfatizó Andrea echándole más leña al fuego.

— ¿Novia?

En cámara lenta, se podía apreciar como su corazón se rompía.

Ella guardó silencio, se enfocó en su malteada sin quitar el gesto dolido de su carita. Alba me sonrió tímida, incomoda, igual que todos los de la mesa.

El resto de la noche se dedicó a hacer sentir bien a nuestra amiga despechada que empezó a contarnos el cuento de cómo empezó el amor hacia Brayden.

Y en cada frase que dice lo hace ver como el malo, como el que la ilusionó cuando Brayden solo ha estado detrás de Nova y nadie más.

Si no lo conociera tan bien, hasta lo odiaría por como ella lo pinta.

Por un momento hasta me sacó de las casillas que lo llamara mujeriego.

—Eso fue... interesante —resumió Nayet estacionando en el porche de mi casa.

—Brayden, es tonto. ¡No un mentiroso que va por la vida rompiendo corazones! —Arrugo la falda del uniforme llena de indignación—. ¡Debí haberla puesto en su lugar a la loca esa!

—Pero no lo hiciste.

—Pues no porque andaba modo corta vena. Seguro mañana hablara mal de él con todo el mundo.

—Estoy seguro de que a Nova no le importará.

— ¡No es el caso! Brayden es el mejor chico que he conocido. Es hermoso, tierno, muy bueno y dulce para que...

Las verdades de Debrah. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora