En la oscuridad.
Recuerdo haberme preguntado si debería de empezar a confiar en Nayet. Y no solo porque me arregló para mi cita con Garreth, que por cierto lo hizo excelente aunque el precio fue un armario desordenado y un dolor de pies; sino en todo, en la vida.
Hacer de Nayet mi aliado. Olvidar lo malo, su hipocresía y descaro y darle esa pizca de confianza que alguna vez de estúpida le di y que hoy en día estoy pensando en volvérsela a dar.
Entre sigilosamente a la casa, las campanillas de la puerta sonaron levemente pero no al punto de llamar la atención. Cuando la cerré y me di la vuelta, la imagen de la tía Amber en bata y furiosa me hizo dar un salta.
— ¡¿Dónde estabas?!
¡A la madre! Que espanto.
—Con Megan—respondo sin titubear—. Haciendo tarea.
— ¿A estas horas? Es demasiado tarde. Imagínate que te hubiera pasado algo, ¡tu madre me asesina! ¡Y YO LE TENGO MUCHO MIEDO A TU MADRE!
«Tranquila.» Yo también le tengo miedo a mamá pero no dejo que me intimide, tanto.
¿Qué cosas habrá echo mi santa madrecita para que la tía Amber se ponga así?
—Tía, son apenas las siete de la noche.
—Y el toque de queda para ti es a la seis —sentencia.
¿Es en serio?
— ¡Es injusto! Tengo mi propia vida —alce el tono de voz.
— ¿Y esa visa no la puede vivir de día sin que cayera la noche? Estaba angustiada, ¡ni un mensaje, Debrah!
—Si lo mandó—se escuchó una voz de las escaleras—. Se me olvidó decirte.
Ella al instante me miró consternada.
— ¿Y preferiste avisarle a él en vez de a mí? —soltó dolida.
Aun un poco desorientada, Anton me mira con los ojos bien abiertos lo cual me hace reaccionar.
—Sí, sí, lo siento tía. Es que... fue el primer contacto que vi, lo lamento.
Ella alterna su mirada entre ambos, calmándose pero aun sintiéndose traicionada por el supuesto mensaje que escribí.
—Cuando yo vuelva a ser tu tía favorita, me hablas—concluyó la conversación y subió las escaleras, mirando hacia atrás cada tres pasos.
Yo miré a Anton, abrí y cerré la boca repetidas veces pero nada salía. Solo se me ocurría un gracias que él detuvo.
—A mí no me lo agradezcas, estoy igual de molesto contigo—hablo con un tono áspero—. Te recomiendo que vayas a hablar con el gusano de arriba.
Sin más, se dio la vuelta y ya casi a punto de desparecer, habló:
—Creo que este absurdo experimento de sus padres está funcionando.
No lo puedo asegurar con certeza, pero creo haber visto una sonrisa.
Al poco tiempo yo subí las escaleras un poco perdida, intentando entender lo que había pasado. Sin pensarlo dos veces abrí la puerta de la habitación.
— ¿Tú me ayudaste?
Isaac me miró confundido desde la cama y luego paso su vista a Nayet en su escritorio con su computador. Él se dio la vuelta.
—Después de haberte ayudado a salir con Garreth no podía permitir que se te arruinara el día.
Levanté una ceja.
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Las verdades de Debrah. |COMPLETO|
Novela Juvenil¿Qué esconderá un corazón roto, una cara perfecta y una rencorosa venganza? Iniciado: 12-02-2021 Finalizado: 03-Julio-2022 🌻