CAPÍTULO 21.

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¿Quién es la perra?

Puedo sentir la mirada de McCarthy sobre mí, observándome, examinándome, analizándome y Dios sabrá pensando qué cosas.

—Diana—vuelve amenazar Megan.

— ¡Pero necesito saberlo! —chilló—. Desde la mañana se nota que está de mal humor y ella está contenta ¡Normalmente es al revés!

—Yo no sé nada—defendí.

Pero tiene razón, amanecí de buenas.

Desde que el sol salió, por los pasillos de Belmont solo se hablaba del príncipe azul, muchas murmuraban y especulaban sobre la nueva novia—o perra—que se atrevió a marcar a Nayet como su propiedad.

Juro que mi intención jamás fue dejarle un chupetón en el cuello.

— ¿Vives con él y ni sabes con quién se acostó?

—Yo no estoy pendiente de lo que hace con su pene—objeto.

— ¡Entonces sí se acostó con alguien! —afirmó Diana.

Me levanté del suelo fastidia, dispuesta a irme al campus con mi equipo para practicar y olvidarme por un momento de los rumores del príncipe a causa mía.

—Ya te dije que yo no sé nada ¿Por qué no vas y molestas a Rafa? —exploté.

Diana abrió los ojos de par en par, al igual que Megan.

— ¡MEGAN! —grito en reproche con su cara toda roja.

—Ella no me dijo nada, rubia descerebrada —mentí—. Yo sola lo deduje por cómo te pones con él cerca, pero ¡Ey! Gracias por el voto de confianza.

—No sabía cómo decírtelo—se disculpó de arrodillas.

—Que tal un: oye, Debrah, descubrí que me gusta el mujeriego más grande del mundo que me romperá el corazón a la primera.

Megan intentó reprimir la carcajada.

Claro, para reírse del mal ajeno estaba mandada a ser.

— ¡Sabia que ibas a reaccionar así! —gritó—. Por eso no te quise decir nada.

— ¡Pero por supuesto que iba a reaccionar así, Diana! Sobre todo cuando no eres sincera conmigo. Si me lo hubieras dicho personalmente no me hubiera enojado tanto ya que te diría lo mismo que te diría ahora solo que con más tacto.

Ella preguntó.

Megan lanzo una mirada advirtiendo que no use palabras hirientes.

—Rafa Wells solo te romperá el corazón —jadee—. ¿Y adivina quién estará ahí para repararlo?

—Tú.

Ella baja la mirada.

—Lástima que dejé el tomacorriente y el tenedor en la casa—resopló Megan en medio del silencio—. ¿Tendrán un cúter de casualidad?

Pero como Diana aun no entiende el sarcasmo por el que Megan vive y respira...

— ¡Toma! —le extendió el objeto a Megan y esta la miró anonadada, luego a mi como diciendo « ¿Cómo es que somos sus amigas? »

Yo me encogí de hombros.

Solo sé que cuando intenté ligarme a Brayden y me di cuenta que era, pues... Brayden (idiota, inmaduro y muy habilidoso para hacerte sentir como la persona más inteligente del mundo) todo fue tomando un rumbo bastante extraño.

Ya para cuando Diana supo quién era Mengum Wes se convirtió en la fan número one de Megan y se encargó de promocionarla a tal nivel que nuestra escritora ya era la más conocida en Belmont.

Las verdades de Debrah. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora