La complicidad es fundamental.
«¡Vamos a perrear, amix! » lo primero que pensé fue: ¿quién es?
Hasta que vi la foto del identificador, ese cabello rosa destella con el recuerdo de una noche loca junto con unos tragos.
¿Cómo consiguió mi número?
«Lo siento. Ya tengo planes» Respondí, volviendo acariciarle la cabeza de Zeus que me acompaña en el sofá.
— ¿Quién es? —me pregunta Diana, atravesando su cabeza entre el teléfono y yo.
Igual de metiche que su hermano.
—Una lesbiana—contesto con simpleza, ella se aparta con rapidez haciendo una cruz con sus dedos y poniendo una expresión confusa y asqueada—. No pasó nada si es lo que crees, solo bailamos.
Ella vuelve acercarse a mí, recostando su cabeza en mi hombro cambiando los canales de la televisión.
—Y nos besamos para tener bebidas gratis.
Ahora si pone una distancia prudente sentándose al otro extremo del sofá. Era mentira, pero me encanta ver sus reacciones tan exageradas.
Luego de un rato, Zeus levanta su cabeza en dirección a las escaleras.
— ¿A dónde vas? —Le pregunta Diana a su hermano—. Son casi las once de la noche.
El cabello rubio de Brayden está largo y peinado hacia un lado, casi tapándole el ojo derecho, lleva un jean y una camiseta blanca resaltando los músculos de sus brazos.
—A venderme en alguna esquina—nos lanza un beso antes de irse.
Este chico es demasiado raro. Igual que todos los de esta extraña familia.
Diana y yo nos miramos confundida, luego ella se encoje de hombros y retorna a ver la tele.
— ¿Cómo te va con Garreth? —vuelve a preguntar.
—Bastante bien, el chico parece un...
— ¿Un...? —me insta a continuar, pero yo busco en mi mente la palabra adecuada.
—No lo sé—respondo y realmente no sabía que decir de Garreth—. Es muy dulce y atento, se le dificulta esconder sus sentimientos, y cuando se sonroja... Mierda. Realmente es bastante lindo cuando se sonroja, y como mueve sus manos cuando está nervioso es lo que más tierno.
—Parece mi tipo.
Le doy un codazo y ella ríe.
Zeus se baja del sofá y Diana apaga la televisión volteando a verme de forma picara.
— ¿Y Nayet?
—Debajo de un autobús, por favor.
Pone los ojos en blanco y se acerca más a mí.
—Se están llevando mejor ahora.
—Si con "mejor" te refieres a que de querer empujarlo de las escaleras con un paragua, a meterle un palo por el culo hasta que se le salga por la boca, pues sí, nos estamos llevando mejor.
Sonrío antes su expresión de horror.
—Eres una enferma.
Lo aprendí del mejor, solo que aún no conoces realmente a Nayet Maslow.
Al día siguiente en clases, luego de ver el golpe que uno de los del equipo de básquet le plantó en la cara a Rafa por acostarse con su chica y ver a Brayden caerse de la silla por segunda vez, el resto de día se volvió tranquilo, como si la batería de todos se hubiera acabado.
Si, éramos un grupo bastante unidos, todos nos llevamos bien desde primer año, incluso algunos desde primaria.
Todo iba a la perfección, algunos aprovecharon de dormir en clases del profesor Víctor, y con algunos me refiero a Brayden y a mí; hasta que Nayet tuvo que abrir la bocota y así terminamos con él acorralado en una esquina y yo a punto de matarlo.
— ¡No pienso hacer eso! —le arrojo el primer bolso que vi.
— ¡Se razonable, angelito! —me gritó Rafa desde una esquina, aprovechándose de la situación para abrazar a una chica para brindarle "protección".
Él muy bien sabe que mi objetivo estaba frente a mí, en la cara de Nayet.
—No te estoy pidiendo mucho, solo que me cubras—me vuelve a pedir Nayet con la respiración agitada.
—Y que me caiga la mierda a mí, ¿Verdad?
—Ya estas acostumbrada.
Abro la boca ofendida.
— ¡DALE CON LA SILLA! —gritó Brayden.
Buen consejo.
— ¡Baja eso, Debrah! —escuche a Megan antes de lanzarle la silla a Nayet.
Siendo el capitán del equipo de futbol logra esquivarlo y a lo lejos escucho a Brayden felicitarme.
Me miró como si ya no pudiera controlarlo más, con fervor e impaciencia. A Nayet le valía una hectárea de mierda si iba a esa fiesta o no, lo que quería es que todos me vieran como estamos ahora.
Pero el plan se le volteó cuando no quise darle el gusto de escupir sobre mi orgullo; y sé más que nadie que a Nayet no le gusta lo reten en público.
Ya sea en su faceta de príncipe o de lobo.
— ¡Pepino!
Mi cuerpo entero se heló, el de Nayet también. Rápidamente todos nos unimos y comenzamos a ordenar el salón antes de que Pepino—el profesor—entrara.
— ¿¡Que es todo este escándalo?! ¡Ya uno no puede ni ir al baño! —Gritó indignado y bastante molesto el profesor Víctor.
De repente su semblante iracundo cambia al ver todo en perfecto estado, pensamos que se había calmado pero en realidad veía un punto fijo en el salón.
— ¿Por qué hay una silla rota?
Todos nos mantuvimos en silencio. Porque si cuatro años después de estudiar juntos nos han enseñado algo, es a ser cómplices y guardar secretos.
Pero por supuesto nunca falta la nueva chupamedia.
—Fue Nayet y Debrah—dijo Melanny.
Todos voltearon a verla menos Nayet y yo que nos mantuvimos regios, disimulando el odio por la soplona. Él por supuesto porque no puede mostrar ninguna emoción negativa y yo por no agravar la situación.
— ¡Mentira! —se levantó Rafa.
Y cuando note como Brayden también estaba dispuesto a defendernos, el profesor resopló.
—Como si no los conociera, ambos a la sala de castigo, y usted Wells —lo señaló—, también por intentar encubrirlos. 5 puntos para Melanny.
Vi que Brayden hizo una mueca, volviendo a sentarse en su puesto.
La intención es lo que cuenta, amigo.
Rafa le lanzó una mirada asesina a Melanny, la cual se hundió en su puesto.
Rafa... Melanny...
Oh, sí.
Me levanto sin decir nada, sentía la mirada confundida de Nayet al no verme molesta sino... contenta. Tenebrosamente contenta.
El profesor nos escolta hasta la sala de castigo, que desde el arresto de Ricardo se encargaba la profesora Dolores, lo que hacía que el salón oliese a una fuerte mezcla de gatos con vodka.
Mi mirada se desvía cuando noto a un chico encapuchado con una sudadera gris, ocultando su espeso cabello negro.
Rafa a mi lado maldice al verlo sentado en el fondo del salón.
La sonrisa de Garreth es tan tierna que me hizo querer sonreír a mí también.
Sin pensarlo dos veces, me apresure a sentarme a su lado, reprimiendo las ganas de besarlo frente a todos.
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Las verdades de Debrah. |COMPLETO|
Teen Fiction¿Qué esconderá un corazón roto, una cara perfecta y una rencorosa venganza? Iniciado: 12-02-2021 Finalizado: 03-Julio-2022 🌻