CAPÍTULO 17.

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Pasos para dejar a una cafetería en shock.

Por fin es viernes y aun no tengo planes para esta noche; lo cual para una adolescente que no le gusta estar encerrada en cuatro paredes con vida social es claramente muuy triste.

En fin, a seguir rogando.

—Por favoor—le vuelvo a suplicar a Megan—. Luego sigues escribiendo, lo único que te pido es una noche conmigo.

—Eso sonó mal—me mira de reojo con una sonrisa pícara—Mejor vamos a comer.

Abrimos las grandes puertas de la cafetería e instantemente busqué a Garreth entre la muchedumbre, lo encontré en una mesa del fondo con sus amigos, riendo mientras uno de ellos estaba encima de la mesa como si fuera cierto dictador que cierta religión odia.

— ¿Es ese? —inquiere Megan aterrada.

—El que se está cubriendo el rostro avergonzado—lo señalo y ella me mira divertida con una ceja levantada.

—Es... diferente al tipo de chicos con los que sueles salir. Es delgado y... no sé si parece que estuviera enfermo o si Edward lo mordió. Es diferente a Nayet.

— ¡Por eso me gusta! No es idiota, no es arrogante y lo mejor de todo es que no es hipócrita como cierto príncipe.

Ella modula un touche con sus labios.

Vuelvo a mirarlo, esta vez carcajeándose con sus amigos hasta que me nota y un tierno rojo tiñó sus mejillas cuando me sonrió de vuelta.

—Me agrada—dice ella, lanzándome una mirada pícara—. Queda aprobado.

Me adentro a la cocina de la cafetería con total confianza, Lala junto con otras cocineras están de allá para acá hechas un lio y como en muchas otras ocasión preferí no molestar, así que agarro un jugo de naranja de la nevera y le doy el dinero directamente a mi viejita del cabello lila.

Cuando llegue a la mesa me sorprendió ver que Isaac, se había parado de su asiento ofreciéndomelo, un gesto muy caballeroso de no ser porque se fue sin decir nada, luego de unos segundo me di cuenta que su objetivo era Jess Pearce.

Mi remplazo y la estúpida de la fiesta el cual le cayó el ponche.

Desde el incidente en la clase de ciencia en tercero Isaac había desarrollado ciertos sentimientos hacia ella que con el tiempo fue haciéndose más fuerte.

Vuelvo a pisar tierra cuando sentí como alguien arrastró una bandeja con sobras de papas fritas hacia mí.

—Come —me ordena Nayet sin verme.

Preferí no discutir.

Últimamente se había comportado bien y eso en cierto punto me pone feliz, pero no significa que bajaría la guardia.

Desvío la mirada cuando paro de reírme por una de los comentarios sexistas de Rafa, dándome cuenta de que Nova entra a la cafetería y detrás de ella Brayden, con una amplia sonrisa de bobo enamorado.

Lo único que le faltaba era tener una colita y moverla sin parar.

— ¿Tú también pensaste lo mismo? —murmura Nayet viendo con diversión a Brayden.

— ¿Compararlo con Zeus? Sí.

Ríe y se aleja de mí para seguir hablando con Ashton, uno de los de su equipo.

—Hola, hola —saluda Brayden, empujando a su hermana para hacerse espacio—. Quítate, cerda.

Diana le pegó un fuerte golpe en su cabeza, empezando así otra de sus peleas de hermanos.

— ¡Puede que Edipo ya no suelte gas pero hay algo más asqueroso que pondré en tu almohada!

— ¡Inténtalo y le digo a mamá quien rompió su colección de perfume! —Diana abre los ojos estupefacta.

— ¡Pero no fui yo!

—Eso ella no lo sabe.

Me entretengo con la escena. Ella da una bocanada de aire y lanza una mirada a la mesa buscando quien la defienda pero al no haber nadie con la intención de meterse en su riña familiar, baja la cabeza.

Esta familia es única.

Siento un codazo leve en mi brazo que me hace ver a mi izquierda, Nayet señala con su cabeza la mesa a unos metros de nosotros, la de Nova. Ella se nota molesta, se había puesto de pie y Luke, uno de sus amigos, parecía retenerla.

Veo como Jess se levanta con rapidez y le tira el refresco encima a Isaac. Abro la boca de la impresión y todos quien había notado mi gesto voltearon a ver.

Un silencio fúnebre fue propagándose por toda la cafetería. Claramente no había sido la única que lo había visto.

Lo que pasó después nos dejó aún más atónitos, Isaac se había levanto de su puesto decidido a ir tras Jess y plantarle un beso frente a Nova, frentes a nosotros, frente a todos. Beso que duro muy poco porque Jess no había correspondido, sus ojos bien abiertos detonaban horror.

Quede en shock, Nayet a mi lado también. La cafetería quedó en shock. La pobre Jess estaba en shock.

Oh, amigo. La cagaste.

Y sin que ninguno lo esperara, Jess estrelló su mano en el rostro del rubio pero este ni volteo la cara, no dijo ni hizo nada, solo la miró. Nayet me miró buscando opciones o qué hacer, lo único que hice fue encogerme de hombros también sorprendida.

Jess salió corriendo y detrás de ella Nova. Ninguno se dignó a decir nada, aun intentábamos procesar lo que había pasado.

— ¿A Isaac le gusta Jess? —titubeo Diana, sorprendida

Y en medio del silencio sepulcral, Rafa Wells celebró.

— ¡Págame! —gritó—. Lo hizo antes de graduarnos.

—Rayos —maldijo Nayet antes de sacar su billetera.

Las verdades de Debrah. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora