Las verdades de Debrah. |COMPLETO|

CAPÍTULO 11.

Amigos.

NAYET's POV.

Veo la hora del teléfono. 3:07 a.m.

Tengo hambre, creo haber visto las galletas de Anton en la nevera.

En cuanto salgo de la habitación, noto una vaga luz que se asoma por la puerta de Pennywise. Está despierta, seguramente hablando con sus amigas de la fiesta y el espectáculo que se armó por la amiga de Nova.

Esbozo una sonrisa. Tengo tiempo para jugar un poco con la pequeña pesadilla roja.

Me asomo por el umbral de la puerta, encontrándomela en posición fetal. Bajos gemidos salen de su boca y no de los que me gustaría escuchar.

¿Y ahora esta por qué llora?

Entro y el llanto cesa un poco pero aun parece no impórtale mi presencia. El brillo de la luna hace que su delgada figura se distinga a través de la sábana; sus piernas flexionadas y sus manos presionando su pecho.

—Me odia —gimotea.

— ¿A qué te refieres? —decido hacerme el interesado mientras me acerco a la cama con la intensión de que se desahogue.

Como siempre.

Ya que me quedare aquí escuchando como se echa la culpa por lo que pasó en la fiesta y demás, lo mejor es ponerme cómodo.

Me recuesto a su lado y ella no duda en pegárseme como garrapata. Cada que alguien se acuesta a su lado tiene la manía de abrazarlo como peluche o montarle la pierna encima.

La posición me incomoda horrible pero la dejo estar con tal de que se calme.

Está muy inmersa soltando todo lo que siente. Después de muchos chismes y cosas muy específicas que no quería y que ni remotamente pensaba en saber, poco a poco llegamos—al fin—a la noche de hoy.

Sabía que era tonta, pero no hasta llegar al punto de ser como los demás ignorantes que apenas alguien le presta una mínima gota de atención dejan fluir las palabras sin pensar en que lo que dicen pueda ser usado en su contra.

La sobrestime.

—Nos vio. ¿Viste su mirada? —se me separa—. ¡Estaba furiosa! Tú mismo lo dijiste, soy una escoria.

La escucho aspirar los mocos.

—No creerás que sigue resentida por lo de Adrián ¿o sí? —Ella recoge sus largas piernas y esconde la cabeza entre las rodillas.

Eso responde mi pregunta.

Dejo escapar un suspiro.

En serio es patética.

—Estuvo mal lo que hiciste, pero ya ha pasado casi un año, Debrah. Ya no importa —intento que mis palabras la reconforten, sin embargo, ambos sabemos que es mentira.

—Soy la peor basura que pueda existir.

Somos.

Golpeo su pierna para que me preste atención. Sus ojos están hinchados y su nariz roja cual reno de navidad.

¿Desde cuándo estará llorado?

Es increíble que ya haya pasado un año desde la última vez que vi esa mirada.

—Oye—la tomo de la barbilla—, si te arrepientes de tu pasado, cambia el futuro.

Eso sonó tan asquerosamente cursi.

Un ruido desde el pasillo hace que vea directamente la puerta. No parece haber nada, a esta hora los viejos deben de estar durmiendo.

Vuelvo a ver a Debrah, ella tiene el ceño fruncido. Parece perdida, confundida. Yo diría que igual de lenta.

— ¿Como?

—Puedes empezar por ya no ser una maldita desgraciada—sugiero.

Sus labios se curvan ligeramente hacia arriba esbozando una sonrisa.

Qué raro, me gustó ver eso.

—Tienes una rara forma de consolar.

— ¿Y por qué lo haría para empezar? —me rio al igual que ella—. Te conozco. ¿Por qué insiste en mantener esa fachada de ruda? No lo eres.

—Antes te repugnaba la gente así de malvada.

—Antes la gente se aprovechaba de mí—escupe—. Si eres débil te lastiman.

—Pero que lastimes a otros no te hace más fuerte. Deja de obligarte, no tienes por qué mentir.

—Ese es el problema, Nayet—me miró, y no me gustó lo que vi reflejado en ellos—. Mentí tanto que terminé convenciéndome a mí misma. Ahora nadie se mete conmigo, nadie me molesta ni se burlan de mí.

Diablos...

Paso mi brazo por sobre su hombro y ella no tardó en hundir su rostro en mi pecho.

Esto era tan raro y al mismo tiempo familiar, que hasta me hace sentir pena por ella.

Después de diecisiete años a su lado esta noche descubrí 3 cosas de Debrah.

1. Debrah Baker no tiene convicción propia.

2. Debrah Baker es masoquista.

3. Debrah Baker sigue siendo la misma niña rota.

No puedo decir el momento exacto en que pasó. No sé si fue en el instante en que Debrah me enrolló con sus piernas obligándome a quedarme, o cuando al acariciar su pelo perdí la noción del tiempo hasta quedarme dormido.

Pero al despertar y verla tan tranquila, tan frágil, tan linda... no cambiaba el hecho de que era un monstruo horroroso que me hace perder la paciencia y que al despertar activaba todos mis instintos asesinos.

— ¡¿QUÉ MIERDA!?

Ambos despertamos por el grito que hace que me caiga de la cama.

— ¡Tía Amber, no es lo que piensas! —no tarda en taparse con las sabanas como si estuviera desnuda.

Ni que nos hubiéramos acostado para hacer tanto drama.

Amber sigue gritando y Debrah intenta justificar algo que no pasó. Me escabullo por detrás de Amber sin que se dé cuenta hasta llegar a mi habitación.

—En serio eres un hijo de puto.

Volteo asustado al escuchar la voz de Anton.

—Dejar a Debrah con toda la bronca sola, caíste bajo, gusano.

—No apeste mi cuarto—objeto cuando lo veo sacar una caja de cigarrillos.

—Es mi casa.

—Tú me obligaste a vivir aquí—contraataco.

—Corrección, tu tía y tus padres me obligaron a obligarte a vivir aquí.

Me tumbo en la cama restándole importancia. Aun se podía escuchar a Amber gritarle a Debrah.

Después sería mi turno.

— ¿Sabías que antes de salir con Amber, ella y yo no nos soportábamos? —asentí. Me sabía las historias de la fraternidad ya que me lo contaban como cuento para dormir—. Casi como Debrah y tú.

Me pongo de pie de repente.

— ¿No creerás que Pennywise y yo terminaremos como ustedes?

— ¡Oh no! ¡Claro que no! —exclama con sarcasmo y una amplia sonrisa—. No si tú la ayudas a "cambiar su futuro".

Me petrifico por unos instantes.

Sabía que había escuchado algo. Una rata.

Pero tiene razón al burlarse. ¿Qué hacía yo consolándola? Por lo general solo lo hago cuando quiero conseguir algo a cambio y, a pesar de que mi objetivo principal era ese, al no obtener resultado tuve que haberme ido, sin embargo, me quede.

Tal vez sentí pena. Puede ser que tuve un momento de debilidad por la que siempre estuvo conmigo como...

Amiga.

No es posible que Debrah y yo seamos amigos. Un amigo es alguien que está contigo en todo momento, que te conoce como nadie, y guarda tus secretos. Y ella...

¿Debrah Baker es mi amiga?