Vivir con Pennywise.
A decir verdad, ser espía no se me daría nada mal, escuchar a mi madre conversando por teléfono me asegura que de lo que está hablando es mi siguiente castigo.
Estoy de rodillas, escondiéndome detrás del sofá y agudizando mis sentidos para escuchar lo que está diciendo.
—Sí, muchas gracias. Bien, entonces esta semana —tuve que morderme la lengua para no gritar al enterarme del plan enfermizo de mi madre.
Corrí hacia las escaleras sin intención de hacer ruido, pero como la ley de Murphy esta siempre de mi lado, me tropecé con todo en el camino, como reflejo felino salto para sujetarme de las estrechas paredes de la escalera.
¿Puedo levantar a dos chicas en una pirámide humana pero no puedo sujetarme de las paredes?
Luego de que mi madre dejara de ver el pasillo, bajo con cuidado. Subo a mi habitación y trepo por la pequeña soga que Nayet instaló en la chimenea, camino con cautela por mi tejado y luego por el del vecino hasta llegar a su casa.
Si, somos vecinos porque al parecer nuestros padres no pueden vivir lejos de los otros.
Nuestros padres son íntimos amigos de universidad, estaban en una fraternidad mixta o algo así. Esa es la principal razón por la que Nayet y yo nos criamos juntos.
Nuestras madres se encargaron de enviarnos al mismo kínder, mismo colegio, mismo campamento, incluso natación y boxeo; porque sí, a los catorce años el Sr. Ocio nos hipnotizó mientras discutíamos si ver Two and Half Men o The Big Bang Theory pasó una propaganda de una esperada pelea en la AMB.
Es por esa particular relación es que Nayet instaló una pequeña soga, para nuestras escapadas. Me sujeto de su soga abriendo la ventana.
— ¡UN ZAMURO! —un espantoso chillido provoca que pierda el equilibro y termine cayendo de espalda—. Ah, Cebra ¿Qué quieres?
—Es Debrah, y cambia el tonito que esto te interesará.
— ¿Decidiste por cual barranco tirarte? —Sonríe desde su escritorio—. Yo con gusto te llevo.
Escucho su risa y lo miro enojada sentada frente al computador; pero me enojo aún más al darme cuenta de lo que estaba haciendo.
— ¿Aun sigues apostar? —cierra la laptop de golpe.
— ¿A qué viniste?
Respiro hondo.
—Nos obligaran a vivir juntos —solté la bomba.
Lástima que deje mi teléfono en casa.
Su cuerpo quedó inmóvil, paralizado, en shock. Su rostro palideció y corrió a la puerta para gritar a todo pulmón:
— ¡PAPÁÁÁ!
Para ser el chico más deseado por las todas, chilla como niña. Al poco tiempo su atractivo—muy atractivo—padre, estaba en el marco de la puerta.
— ¡Dime que no me mandaran a vivir con Pennywise! —ladra desesperado, señalándome como si su padre no me veía, e indicándole a todo el mundo que estaba en su habitación.
— ¡Cariño! —Gritó, y desde abajo se pudo escuchar un «¿Qué?» femenino— ¡Llama a Hilary y a Frank, las pulgas ya lo saben!
Minutos después estábamos en el living de los Maslow. Mis padres y los de Nayet cómodamente sentados en los sofás y nosotros parados, como inmunes al cansancio de estar de pie que nuestros padres creen que somos.
— ¿Y bien? ¿Nos dirán que es eso de que viviremos juntos? —escupe señalándonos de forma frenética.
—Los enviaremos al apartamento de Amber por su comportamiento—explica el señor Evan y las mujeres lo apoyaba agitando la cabeza.
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Las verdades de Debrah. |COMPLETO|
Teen Fiction¿Qué esconderá un corazón roto, una cara perfecta y una rencorosa venganza? Iniciado: 12-02-2021 Finalizado: 03-Julio-2022 🌻