«La Academia Umbrella era un grupo que sabía destacar, por su aspecto, habilidades y demás. La número ocho, Erin Hagrevees, no. Su talento siempre fue volverse invisible»
Erin Hargreeves es una de los ocho.
Antes, la conocían como The Spy. Antes, e...
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—Tal vez deberías quedarte aquí y descansar —sugiere Diego cuando Erin se levanta demasiado rápido y tarda un poco en estabilizarse.
—No actúes como una mamá ahora, DiDi —Erin trata de restarle importancia, ocultando activamente el mareo momentáneo mientras tantea su cabeza con la palma de la mano, comprobando que los vendajes siguen en su sitio—. Me curo rápido, ya sabes. Metabolismo acelerado y todo eso.
No está mintiendo. Aquello era parte del conjunto de ser superveloz
Diego no parece del todo convencido, pero no presiona. Aunque lo hiciera, Erin no le haría caso. Esto es muy importante, demasiado, y Luther no parece perdido, parece como si tuviera un plan. Y también parece haber decidido que Vanya es la enemiga.
Definitivamente no es así de simple. Así que lo que sea que Luther planee, movido por la rabia que siente en nombre de Allison, Erin va a tener que ser la aguafiestas aquí y, como dicen por ahí, frenarle los carros antes de que los haga volar.
—¿Enserio Vanya te-? —Diego pregunta.
Erin se tensa, repentinamente seria.
—Es complicado. Te lo explicaré, enserio. Pero primero veamos que estupidez tiene Lulu en mente —responde, y acelera el paso.
Klaus camina detrás de ellos, mordiéndose las uñas con nerviosismo e inusualmente callado para la situación.
Ha cambiado. Y no es solo porque está sobrio. Todos han cambiado en éstos días más que en una vida entera. Pero probablemente no lo suficiente, si el presentimiento que tiene Erin respecto a Luther es correcto.
Mientras caminan, Diego se voltea momentáneamente y toma a Klaus del brazo, tirando suavemente de él para que les siga el ritmo y no se quede atrás. Pareciera que esos dos hablaran con las miradas, más unidos que nunca.
Si, todos han cambiado en éstos días.
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—¿Qué carajo, Luther? —espeta Erin, con los ojos bien abiertos por la impresión cuando, luego de que el número uno los llevara hasta el sótano que se supone que solo Erin y Cinco solían conocer, se encuentra con la jaula insonorizada y el rostro destrozado de Vanya golpeando el cristal desde el otro lado con desesperación.
Erin se acerca algunos pasos, odiando la oleada de miedo que le sube desde la boca del estómago cuando piensa en los poderes de Vanya y sintiendo los golpes en su cuerpo con más claridad. No, Erin Hargreeves no se asusta, eso es pura mierda. Pero lo está, por un instante, ella se asusta y siente deseos que salir corriendo lo más rápido que sus piernas se lo permitan.
