«La Academia Umbrella era un grupo que sabía destacar, por su aspecto, habilidades y demás. La número ocho, Erin Hagrevees, no. Su talento siempre fue volverse invisible»
Erin Hargreeves es una de los ocho.
Antes, la conocían como The Spy. Antes, e...
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Dallas, Texas, 1960
Cuando Ben cae, se siente sorprendentemente vivo. Tal vez sea el recuerdo del beso de Erin o la mirada en sus hermosos ojos azules cuando el poder de Cinco los envolvía en esos últimos instantes. Tal vez tenga que ver con el viaje en el tiempo y la forma en que él fue prácticamente sólido hasta éste descenso.
A su lado, Klaus gime, adolorido:—Ugh, eso fue...
—Excitante —finaliza Ben su frase por él, aunque eso no es para nada lo que Klaus quería decir. Y luego mira a su alrededor y se percata de algo importante—. ¿Dónde está Erin? —pregunta, poniéndose de pie con la preocupación enmarcando sus rasgos—, ¿y los demás?
Eleva la vista al cielo al tiempo que Klaus lo hace, y ambos logran ver justo a tiempo como el portal se está cerrando en sus narices.
—¡Diego! ¡Erin! ¡Cinco! —Klaus llama en voz alta. Pero es inútil, el portal se cierra sobre ellos y de nuevo son los únicos aquí—. ¡Diego!
De nuevo lejos de ella, Ben se hunde en sí mismo.
—Se esfumaron —Klaus suspira, claramente intentado parecer menos afectado de lo que en realidad está—. Se esfumaron como una flatulencia en el viento.
Ben suspira y mira hacia el cielo una última vez antes de seguir a Klaus.
—Aparecerán —asegura Ben.
Klaus sacude la cabeza, apretando los labios desde las comisuras.
—Mientras, supongo que somos solo tú y yo de nuevo. Genial —Klaus resopla, y luego trastabilla al encontrarse con un un paisaje diametralmente diferente al lugar de donde vienen—. ¿Dónde carajos estamos? ¿Volvieron los sombreros y nadie me dijo?
Ben mira a su alrededor, fascinado y espantado a la vez.
—Creo que la pregunta correcta es cuándo estamos. —afirma, apretando los labios. Esto complica las cosas, ¿no? Si, siempre sucede. Es como si algo siempre le estuviera impidiendo llegar a Erin.
Klaus intenta preguntar la fecha a un par de extraños que pasan de él de forma monumental. Groseros. Desearía tener a Diego con él, para que les arroje sus bonitos cuchillos y les rompa sus sombreros de mal gusto.
Diego...
¿Será que acaso Klaus está destino a siempre fracasar cuando se trata de los amores de su vida?
—Klaus, ven —su fantasmal hermano lo llama, señalándole una revista en un basurero con un hombre objetivamente atractivo en la portada.
—¿Qué?
—Mira.
Klaus recoge la revista del basurero y la observa.
—Mmmh, podría ser mi tipo. Aunque en éste momento estoy pensando en alguien más moreno, ya sabes —le guiña un ojo a su hermano de forma sugerente.
