15. "Encuentros y planes"

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....

Diego se siente como una maldita olla a presión apunto de estallar. Eudora Patch está muerta, muerta porque, por una vez, decidió seguir el consejo de él. Está muerta por su culpa.

Y Klaus sigue desaparecido, lo que está matándolo. ¿Y si nunca lo encuentra? ¿Y si ellos lo...lo...? Golpea la pared a su lado con rabia y cierra su bolso con brusquedad, apresurándose a salir de la casa. No se rendirá, va a cazar a esos bastardos.

Y entonces, al llegar a la sala del candelabro roto, se para en seco y parpadea. Ahí, mirando el candelabro con franca confusión y unas gotas de agua resbalándole del pelo húmedo, está Klaus.

Es Klaus.

Klaus está vivo.

Klaus está aquí.

—Klaus —balbucea Diego, dejando caer el bolso para caminar torpemente hacia él.

Klaus voltea hacia su dirección. Tiene ojeras violetas bajo los ojos, sangre en su extraña chaqueta militar y un corte menor en la mejilla. Por lo demás, no parece estar gravemente herido. Eso sí, a su alrededor no está esa energía inquieta habitual de en él. Luce cansado, como si llevara noches enteras sin dormir.

—¿Diego? —oh dios, es tan bueno escuchar esa voz.

Diego solo responde abrazándolo con tanta fuerza que le roba el aliento y atrayendolo hacia sí con ansiedad. Apoya su barbilla en el hombro del de risos mientras se aferra a él como si temiera que si no lo hace Klaus fuera ha desvanecerse de entre sus dedos.

Klaus no lo entiende. Claro, para él han pasado diez largos meses, pero para Diego ha sido ¿cuánto? ¿un día?
Cuando se encontraron en el funeral no se habían visto en años y no hubo abrazos ni saludos cariñosos, porque ese nunca ha sido el estilo de Diego.

Normalmente, Klaus aprovecharía ésta oportunidad. Realmente le gustan los abrazos y sus hermanos son muy reacios a ellos, pero se siente agotado, los recuerdos frescos de su “viaje” le apuñalan dolorosamente el pecho.

De cualquier forma, debe admitir que extrañó a Diego. Lo que no entiende es que haría al número dos reaccionar así para dejar de lado su lema de “soy un macho sin emociones” y prácticamente sollozar en su hombro.

—Diego, te quiero, pero me asfixias —murmura contra su oído.

Muy a regañadientes, Diego lo suelta, pero aún lo mantiene sujeto por las muñecas mientras lo inspecciona de arriba a abajo con la mirada.

—Estás vivo —suspira aliviado.

—Uh, sí, bueno, al menos lo estaba la última vez que lo comprobé —Klaus chasquea la lengua, levantando las cejas—. ¿Puedo saber el porqué del repentino estallido de amor? Es decir, no me quejo, sabemos que soy un abrazador, pero no lo eres, así que ¿qué pasó?

Invisible | The Umbrella Academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora