«La Academia Umbrella era un grupo que sabía destacar, por su aspecto, habilidades y demás. La número ocho, Erin Hagrevees, no. Su talento siempre fue volverse invisible»
Erin Hargreeves es una de los ocho.
Antes, la conocían como The Spy. Antes, e...
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Erin deja que mamá le cambie los vendajes. Lo hace suavemente, con calma, tarareando una canción infantil de una oruga que anhela convertirse en una mariposa. Odia ésta enfermería, porque aquí pasó sus peores días, pero estará eternamente agradecida con mamá, que fue quién la ayudo a volver a caminar.
En éste lugar, Erin se siente de nuevo como una niña pequeña. Escucha sin demasiada atención las instrucciones de mamá sobre el cuidado de los vendajes y le sonríe cuando ella la felicita por su rápida curación. Mamá incluso le da una paleta de fresa, su favorita.
A Erin le gustaría ser como ella, a veces, y que nada la afectara.
Mientras sale, desliza un bonito adorno dorado que es la versión en miniatura del planeta tierra. Sabe que su madre seguramente lo notó, pero como siempre Grace no le dice nada y Erin disfruta de su paleta mientras camina por el pasillo, pensativa.
Cuando casi se desmaya en el subterráneo, tuvo un recuerdo fugaz que está segura de que no es un recuerdo en lo absoluto. Ben está ahí, o al menos cree que era Ben. Y había hielo y azul, mucho azul. Es tan confuso, sentir que hay algo que debería recordar pero no saber que es.
Y, de repente, se tambalea. Pero no es ella, es la casa. La casa está sacudiéndose como si estuviera siendo presa de un jodido terremoto y obliga a Erin a sostenerse del barandal. Un ruido fuerte y horrible se escucha desde abajo. Desde... La celda insonorizada.
Mierda, ¿eso fue...?
No es posible.
—Vanya —reconoce Erin en voz alta con los ojos muy abiertos y alerta, y entonces comienza a correr.
Se encuentra rápidamente con Klaus y Diego por el camino (quiénes salen de la misma habitación. Algo que Erin señalaría si la academia no se estuviera cayendo en jodidos pedazos).
Todo el lugar tiembla como si estuviera ocurriendo un terremoto. Pero no es eso, no es un evento natural. Erin ha visto un poco de lo que Vanya puede hacer, y apostaría a que esto es una de esas cosas. Las grietas se abren en las paredes como serpientes maliciosas.
Muy bien, Luther. Mira lo que lograste. Erin se queja mentalmente, ya que no hay tiempo para una discusión en voz alta.
Pronto se encuentran con Pogo. Y casi al instante llegan Luther y Allison desde el lado contrario a ellos.
—¿Qué demonios está pasando? —Diego pregunta mirando en todas direcciones.
—¿Y esas explosiones de dónde- —Klaus intenta preguntar.
—Es Vanya —afirma Pogo, aunque Erin ya lo veía venir.
El techo sobre sus cabezas comienza a fragmentarse peligrosamente. Esto es malo, muy malo.
