Klaus gira sobre si mismo, la falda balanceándose desde su cadera. Erin le silba y aplaude.
—Deberías quedartela, definitivamente te queda mejor que Allison— declaró con solemnidad.
—Ay sí, ¿verdad?— Klaus hace unos gestos exagerados, como de pasarela.
Le recuerda a Erin la primera vez que hicieron intercambio de ropa cuando eran adolescentes.
Eran Allison, Erin, Klaus y Ben en la habitación. La verdad, los concetrados en la misión eran los tres primeros, Ben estaba allí leyendo en una esquina, traído por Klaus para fuera una especie de “juez de moda”.
Eran las horas libres de su día sábado, tenían doce años y era hora de probar algo nuevo.
No habían invitado a Cinco, Diego o Luther, ni siquiera les dijeron que harían. Ellos staban molestos, de hecho, juraría que los escucharon espiando tras la puerta cerrada del cuarto de Allison.
—Mamá hizo éstas faldas— dijo Allison, sonriendo con entusiasmo mientras extendía las tres prendas sobre la cama.
Había una roja, una negra y una blanca con lunares. También saquearon el armario de mamá y tenían algunas blusas y tacones.
—Quiero la roja— dijo al instante Klaus con ilusión, sus ojos verdes brillando por el entusiasmo.
Allison se la extendió con el mismo entusiasmo. Luego ella y Erin se pusieron cada una una de las faldas.
Ben ocultó la cara tras el libro cuando notó que comenzaban a desvestirse, sus orejas rojas.
Finalmente los tres lucían blusas y faldas.
—¡Eh! Bennyboy— Klaus llamó.
Ben asomó tímidamente los ojos de debajo del libro.
—Juzga, ¿qué tal nos vemos?
Los tres se apoyaron los unos en los otros y sonrieron como posando para una foto. Ben los observó atentamente.
—Eso es genial— los señaló—. Se ven muy bien.
—Pues gracias, señor— rió Allison.
Estuvieron jugando a cambiarse un rato más. Hasta que Erin les hizo un gesto de silencio, caminó hacia la puerta y la abrió.
Diego y Luther cayeron al suelo el uno sobre el otro. Cinco detrás de ellos se quedó de pie, pero aunque tratara de ocultarlo tras un ceño fruncido, estaba rojo de vergüenza.
—Vaya vaya, ¿qué pasa? ¿querían probar que tan sólido es el suelo?— Erin levanta una ceja.
Klaus ríe, sentado junto a Ben y ya de vuelta en el aburrido uniforme de la academia.
—Uh, n-nosotros...— Diego balbucea.
Luther se pone de pie de un salto, mirando directamente a Allison en tono de disculpa.
—¿Por qué Ben y Klaus si pueden estar aquí?— preguntó.
Ben alzó una ceja y Klaus soltó una carcajada, apoyado contra el número seis.
—Oh, mon ami, lo que pasa es que nosotros si sabemos algo de estilo.
Allison asintió con solemnidad, de acuerdo.
Erin miró a Cinco, divertida.
—¿Qué pasa, Cinco? ¿Quieres probarte una falda?
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Invisible | The Umbrella Academy.
Fanfiction«La Academia Umbrella era un grupo que sabía destacar, por su aspecto, habilidades y demás. La número ocho, Erin Hagrevees, no. Su talento siempre fue volverse invisible» Erin Hargreeves es una de los ocho. Antes, la conocían como The Spy. Antes, e...