«La Academia Umbrella era un grupo que sabía destacar, por su aspecto, habilidades y demás. La número ocho, Erin Hagrevees, no. Su talento siempre fue volverse invisible»
Erin Hargreeves es una de los ocho.
Antes, la conocían como The Spy. Antes, e...
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Así que sí, Erin no se equivocó al pensar que al volver las cosas iban a ser realmente interesantes.
Cinco está de vuelta y se prepara un sándwich de mantequilla de maní y malvaviscos cuya simple imágen hace que a la peliazul se le escape una risita, llevándose una mirada reprobatoria por parte de Allison.
—Linda falda— aprueba Cinco hacia Klaus.
—Oh, Danke— Klaus sonríe, contento con el cumplido. No parece preocuparle en lo absoluto los detalles del regreso de Cinco.
Cinco le dedica un asentimiento de cabeza a Vanya y luego mira a Erin, quién le devuelve la mirada con desafío.
—¿Qué le pasó a tu pelo? ¿Te explotó un chicle en la cabeza?
—Lo dice el idiota que sigue en un cuerpo de trece años— contraataca Erin y él la fulmina con la mirada.
Ella sonríe, contenta con hacerlo enfadar, igual que cuando eran niños.
—Veo que todo sigue igual— suspira Cinco con desinterés, y hace el ademán de marcharse.
Luther y Diego discuten con él, bastante disconformes con las respuestas.
Erin, aburrida de lo repetitivos que son, comienza a parpadear para entretenerse. Visible. Invisible. Visible. Invisible. Visible.
—¿Puedes parar?— la detiene Allison, tomándola del brazo.
—¿Me vas a regañar por usar mi poder en exceso? ¿Tú?— Erin se burla.
Allison la suelta como si le quemara y parece decidirse a ignorarla. Erin voltea fugazmente hacia Vanya y le guiña un ojo, como si fueran cómplices de un chiste compartido. Luego, vuelve a conectar con la conversación.
Así que resulta que Cinco... No, que la consciencia de Cinco tiene cincuenta y ocho años.
Hace el ademán de marcharse.
—¿Ya está? ¿Es todo lo que dirás?— Allison trata de frenarlo, pero él ni siquiera voltea a verla.
—¿Qué más quieres que diga? Así es la vida— y desaparece tras el umbral de la puerta casualmente.
Todos intercambian miradas en diferentes niveles de incredulidad.
—Que divertido— comenta Erin, medio irónica y medio divertida.
—Si, bueno, eso fue interesante— Luther trata de aligerar las cosas.
Erin se vuelve invisible y se aleja.
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—Adorable— comenta Erin con burla al ver aparecer a Cinco con el viejo uniforme de la academia umbrella, pantaloncillos incluídos.
