Capítulo 04: Lluvia y Libros

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Milán.

~02/03/2020~

Como otra gomita agridulce mientras leo. La puerta se abre y escondo las golosinas, para hacer como que si nada pasara.

—Oye, si te vi —se sienta en la cama mirando lo que me rodea —. Sé que son gomitas, no seas mezquino, comparte.

La miro de reojo y sigo con lo mío.

—Al menos dime donde las comprase, así puedo ir —dejo el libro a un lado.

—Está lejos y ya es de noche —saco las golosinas de debajo de la almohada y le entrego el paquete de treinta gomitas.

—¿Todas? —asiento y abraza la comida —. Comeré algunas antes de dormir.

—De nada.

—Gracias y buenas noches —sale de la habitación.

Me levanto dejando el libro a un lado y antes de empezar a desnudarme para poder ducharme, mi teléfono suena.

Contesto después de mirar el identificador de llamadas.

—Usted ha marcado a la línea de amigos, en que puedo servirle —hablo con una sonrisa.

—Muy chistoso —dicen en un tono que reconozco.

—¿Qué paso? Cuéntame.

—Emma pospuso la cita, me llamo para decirme que está lejos de su casa —suspira —. Dijo que tardaría en volver, así que nuestra cita queda para después de las vacaciones.

—Por la menos no te cancelo —camino al balcón del costado que queda en mi habitación —. ¿Algo más?

—Mi ex, vino a buscarme. Dijo que quiere que nos demos otra oportunidad.

—No vuelvas a caer en ese círculo, ella te controla. No la dejes Dante, no es sano.

—Mi mamá la botó de la casa. Si la hubieras visto, su rostro demostraba arrepentimiento cuando estábamos hablando, pero cuando mamá salió, ella cambió su expresión, se puso a la defensiva, la insulto y si no me coloco entre ambas, era capaz de empujarla.

—Dante, eso no es bueno.

—Ya tomé una decisión, si ella se vuelve a acercar la demandaré por acoso —asiento para mí.

—Nosotros te ayudaremos en lo que sea.

—Lo sé, lo tengo claro.

Ninguno dice más, nos despedimos y él cuelga.

Antes de entrar a mi habitación, fijo mis ojos en la tienda donde se está quedando Lukas con Emma.

Como si invocara a Clark, ella sale de su lugar y mira a todos lados.

Lleva puesto el traje de baño con un short de mezclilla. Se queda en la orilla y sin pensarlo dos veces empieza a caminar mar adentro.

Una vez el agua le llega hasta el busto levanta sus manos y desata la parte superior de su ropa, gira en dirección a la orilla y arroja la prenda a la arena.

Mira de nuevo a todos lados, para luego sumergirse. Tarda unos segundos en emerger y esta vez lo hace con su short en la mano.

Lo tira y cae un poco más al lado de su top de playa.

—Por dios. Deja de mirar, Milán.

En el momento que estoy por hacerlo ella da unas cuantas vueltas con las manos arriba. La oscuridad no me deja ve su cuerpo, sin embargo, la luz de la luna ilumina su rostro. Tiene una sonrisa.

Algo Cliché Pero Al Revés©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora