Capítulo 22: Sentimientos Nuevos

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Milán.

~30/03/2020~


Tomo dos bocaditos de la mesa, los meto a mi boca y miro a mi hermana. Su novio y ella están cerca de mí, porque mamá me pidió que los vigilara. A mí no me gusta andar de niñero, peor de ellos dos que a leguas se le nota que quieren estar lejos de mí.

—Milán. ¿Por qué no te vas? —pregunta ella.

—Porque quiero estar cerca de ti, hermanita —golpea mi frente.

—Oye, harás que tenga una marca.

—Disculpa por tocar tu cara, Barbie Fashionita —se cruza de brazos —. Ya en serio. ¿Dime por qué estás aquí? Nosotros confiamos en el otro, sabes que no me moveré a un lugar donde no haya personas.

—Mamá me pidió que me quedara cerca.

—¿Y tú quieres estar aquí?

—Pues no. Yo quiero ir a los puestos de juguete o con los chicos.

—Entonces ve.

—Prométeme que te mantendrás a la vista.

—Si, Milán. Aparte sabes que yo no soy virgen, sé cómo cuidarme en ese tema y sé cómo poner...

—Ya, ya. Me voy.

—Iré luego.

Camino entre todas las personas y choco con alguien.

—Lukas —no hace caso.

Miro a donde él, dándome cuenta de que observa a los tortolos de los cuales me aleje.

—No te martirices —coloco mi mano en su hombro —. No te hace bien.

—¿Viste a Emma? —pregunta, dejando de ver a mi hermana.

—No, desde hace rato que no.

—¿Y a Dante? Quiero hablar algo sobre el proyecto.

—A ese loco sí, está en puesto de palomitas.

—Gracias por la información —camina y se detiene enseguida —. Si ves a Emma, dile que Paula la está buscando.

—Lo haré.

Como no tengo nada más que hacer, me empeño en buscar a esa vampira. Miro a todos lados tratando de localizarla y no lo logro.

—¿A quién buscas, rubio? —susurran detrás de mí.

Giro de prisa para encontrarme con esos ojos verdes.

—A ti —levanta una ceja —. En realidad, Lukas me dijo que, si te veía, te dijera que Paula te busca.

—¿Dónde está?

—Ni idea —chasqueo con los dedos entonando la música que suena —. Pero bueno, ya que te dije iré a uno de los puestos, para ver si venden gomitas.

—Si hay —afirma —. Te propongo algo —muerde su labio.

—Bueno —muerdo el interior de mi mejilla.

—Compraré tus dulces en forma de agradecimiento. No es mucho, pero te gustan las gomitas, así que supongo que es justo.

Camina por el lugar y me toca seguirla. Llegamos a uno de los estantes y pide las gomitas más caramelos de mentas masticables.

—Ten —las abro con prisa y como tres al mismo tiempo —. Gracias, te lo digo de nuevo por qué nos está yendo de maravilla. Tuvimos que enviar a comprar más pasteles, peluches, globos, entre otras cosas, porque se terminaron.

Algo Cliché Pero Al Revés©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora