Capitulo 09: Fin de Semana

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Milán.

~10/03/2020~


—Qué harás hoy. ¿Dormir? —Laia se cruza de brazos.

—Dormiré, después de hacer lo que tengo pendiente —corrijo.

—Tener sexo, es algo normal en tu vida diaria —frunzo mis labios —. En cambio, casi nunca sales con nosotros, puedo contar las veces que lo has hecho con mis dedos.

—Siempre que salimos en grupo, yo termino ebrio y besándome con cualquier chica —cierro el cuaderno y lo guardo en mi mochila —. Aparte ya tengo planes para la noche muy aparte de dormir.

—Vamos, por favor —hace un puchero causando que sonría.

—¿Qué recibo a cambio? —la pregunta hace que me gane un golpe en la nuca, por parte de Jaden —. ¡Hey! Me dejarás sin cerebro.

—Déjala tranquila —dice en su forma de comunicarse y me señala —. Tú, vendrás con nosotros, quieres o no.

—¿Y qué pasa si no? —indico tanto en voz alta como en lenguaje de señas.

—No me retes —sonríe con malicia haciendo que ponga los ojos en blanco.

—¿Entonces sí? —inquiere Laia, con entusiasmo.

—Pues sí, creo que puedo dejar lo que tengo planeado para luego.

—¡SIIIII! —me abraza y luego le da un beso a Jaden en los labios —. Gracias —toma su mochila —, debo irme. Mamá me espera para que le ayude a organizar la habitación de mi nuevo hermanito.

—Dale un abrazo de nuestra parte —pido y asiente.

Minutos después de que salga del salón, yo me encamino a las escaleras del centro, con Jaden a mi lado.

—Pareces drogado —digo y no quita su expresión.

—Ella me droga con sus besos repentinos. Con este ya van seis.

—Es un avance.

Salimos del campus y caminamos hasta el estacionamiento.

—Haré algo esta noche —subimos al auto —. Se lo pediré.

—Te deseo suerte, la mejor del mundo.

Una vez estaciono mi vehículo, cada uno se va para su casa.

Me dirijo a la cocina por un vaso de jugo y encuentro a Maya comiendo en el mesón.

—¿Cómo te fue en tu primer día del último año? —inquiero.

—Bien. Solo hubo presentaciones, muchas presentaciones e ingresaron cinco chicos nuevos.

—¿Todos hombres?

—No, solo lo generalicé. Hay dos chicos y tres chicas. Sé que dos de ellos son hermanos, mellizos. Ella se llama Eleonor y él Elliot.

—Wow —digo con sarcasmo —. Nombres de hermanos con iniciales iguales.

—Idiota —me saca la lengua y hago lo mismo —. Los invité a casa, a los dos. Ya hablé con mamá.

—Me gustaría conocerlos.

—¿Para qué?

—Solo quiero, no es un delito.

—Lo que digas, sordo.

Deja el plato limpio y sale de la cocina.

Por mi lado, busco todo lo que necesito para prepararme un sándwich con todas la de la ley.

Algo Cliché Pero Al Revés©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora