Capítulo 23: Zona de Silencio

107 15 26
                                    

Milán.

~31/03/2020~


—Hola —digo con una sonrisa.

—Tengo poco tiempo, así que necesito empezar con el proyecto —su voz suena extraña, pero no sé cuál es la razón o si hay una razón.

—Ya me voy —dice Fanny al ver que no entra en la ecuación. Deja un beso en la mejilla como de costumbre, además de un golpe leve en mi nuca —. Es muy linda —susurra —. Haz tus cosas, luego seguimos —añade y sale.

—¿Cómo estás? —camino hacia ella para intentar darle un beso, pero me esquiva con rapidez —. ¿Todo bien? —su teléfono suena.

—Sí —murmura viendo la pantalla —. Quiero avanzar esto, por favor —mientras habla textea, cosa que me resulta rara, ya que nunca lo había hecho. Siempre mi mira a los ojos cuando conversamos.

—Bien —muerdo mi labio de manera involuntaria unos segundos —. Vamos —digo sin más.

Bajo detrás de ella, a una distancia considerable y antes de avanzar en dirección a la biblioteca, Fanny aparece de la nada.

—Oye oxigenado, se me olvido decirte algo —dice.

—¿Es urgente?

—Es algo sin importancia —hace un gesto despreocupado, cosa que me alarma. Sé cómo es ella y cuando dice algo así es porque hizo algo malo.

—No te creo, pero tengo tarea que hacer con Emma. Así que luego hablamos.

—Bien. Sabes que te quiero ¿No?

—No sé que hiciste, pero sé que es algo preocupante —sonríe de manera nerviosa y quiero saber que hizo, pero primero quiero estar con Emma un rato.

Así que con una mirada acusadora me alejo de ella. Una vez llego a la biblioteca con Emma, empiezo a buscar lo que necesitamos.

—Conseguí más libros —indico dejándolos en la mesa y enseguida toma uno con algo de brusquedad —. El libro no tiene la culpa de lo que sea que tengas —bromeo.

—Casi se me cae —murmura a secas.

Frunzo mi ceño al ver su actitud. ¿Qué le sucede? ¿Acaso hice algo y no me di cuenta?

Con esa incógnita rondando mi cabeza, empezamos con el proyecto quedándonos en silencio. Por ratos noto que no le presta atención a lo que hace y eso me distrae a mí. Aun así, hago lo posible por procesar la lectura.

—Termine con lo mío —comento minutos después cerrando el libro y haciendo que me sobresalte.

—Bueno —suspira

La observo por un momento mientras lee lo que le toca todo y enseguida nota que la miro. Se aclara la garganta para que deje de hacerlo, cosa que ignoro del todo.

—¿Qué? —pregunta.

—Nada, solo te admiro —parte de su cabello cae en su cara, así que con mi pulgar lo aparto. En cuestión de segundos se aleja.

Traga cuando, ante su acción, mis dedos rozan la suavidad de su cuello.

—¿De dónde tomo un resaltador? —inquiere de prisa.

—Este es el último que me queda —le entrego el que use.

Para no incomodarla más decido ir por mi laptop para cruzar todo lo que subraye mientras tanto.

—¿Dónde pasamos todo en tu laptop o en la mía? —pregunto.

—Has lo tuyo en la tuya y yo hago en lo mío —levanto la vista con rapidez, manteniendo mi ceño fruncido ante sus palabras —. Cuando llegue a mi casa quiero investigar más —añade

Algo Cliché Pero Al Revés©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora