Capítulo 34: Premios

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Emma.

~24/07/2020~


—Podrías sentarte Lukas —pido.

—No puedo —da unos cuantos brincos.

—Estás preparándote para escuchar los resultados de nuestros proyectos, no para una carrera.

—Es lo mismo, si llego a obtener a ese viaje, correré por todo nuestro campus.

—¿Sabes las dimensiones del terreno? —inquiero con lógica —. Sería una suerte, si llegaras vivo a los escalones de la entrada principal.

—Si, si —mueve la mano dándole desinterés a mis palabras —. Tu chico te está viendo.

Dejo el teléfono a un lado, para empezar a buscar por todo el lugar.

—¿Dónde? —frunzo mis cejas —. No lo veo.

—Ja. Te la creíste.

—Idiota —murmuro.

Ríe en voz alta y pateo su pantorrilla unas cuantas veces. Kora se desliza hasta quedar sentada a mi lado.

—¿Cuánto más nos harán esperar?

—Espero que poco, porque Lukas parece tener propulsores en el trasero.

Ahoga una risa, mientras que mi mejor amigo pone los ojos en blanco.

—Tu novio viene hacia acá —menciona.

—Si, claro —reviso a ver si tengo mensajes de él.

—No es broma —levanto la mirada para verlo.

Él está observando un punto exacto para hacerme creer su mentira.

—Eres tan fastidioso —le digo.

—¿Quién es fastidioso? —pregunta.

Llevo dos días sin escuchar su voz así de cerca, ni siquiera por llamada. Me levanto del suelo y Milán me sonríe, mientras que retengo el impulso de abrazarlo.

Se acerca del todo para tomar mi mano.

—Llámame tonto, pero dos días se me hicieron una eternidad.

—Que lindo sonó —miro a Kora quien tiene sus manos juntas.

—Amiga mía, sabes que te quiero ¿No? —asiente con efusividad —. ¿Podrías darnos poquito de privacidad?

—¿Privacidad? Claro. Ya me voy —nos sonríe por última vez y camina en dirección de Julen para molestarlo.

—¿Todavía sigues con esa acides que mencionaste? —pregunta.

—No, ya no. Le comenté a mamá y su respuesta fue que era por el estrés. Me dijo que dejara todos mis cuadernos a un lado y que descansara después de tomar el medicamento que me dio.

—¿Pasó después de eso?

—Pues si —juego con el cuello de su camisa, acercándome más —. ¿Ahora solo me falta algo que no obtengo hace días? —hago un puchero.

—¿Y eso es?

Sin responder, me alejo de él para sentarme en el suelo en la misma posición de hace rato. Golpeo el suelo muy despacio, indicándole que se siente a mi lado.

Una vez lo hace, me pego todo lo que puedo a su cuerpo y dejo caer mi cabeza en su hombro.

—La deliciosa sensación de sentirte en mi interior —murmuro.

Algo Cliché Pero Al Revés©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora