Algo Cliché Pero Al Revés©

Capitulo 07: Rumores

Emma.

~08/03/2020~

Lavo mis manos y tomo una toalla desechable para secarme. Busco en mis bolsillos mi teléfono recordando que lo deje sobre en el cubículo de baño.

Antes de salir escucho a otras dos chicas hablar.

—Eso dijo, él se la folló en su auto después de la cita —susurra una y me quedo quieta mientras escucho.

«¿De quién estarán hablando?»

—Ella es muy bonita, pero no crees que a veces muy zorra.

—Pienso lo mismo. Pero al parecer Dante no se aguantó —frunzo el ceño.

—Emma tiene lindo cuerpo, no lo niego. Pero que cierre sus piernas, no tiene por qué abrirlas para todos.

Aprieto mis puños y salgo del cubículo, las miro causando que ambas se pongan pálidas.

—¿Quién les dijo eso? —inquiero con coraje.

—Lo escuchamos por ahí —tartamudea una.

—¿Por ahí donde?

—Todo el campus está hablando de eso, solo lo escuchamos —le secunda la otra.

Camino a la puerta del baño y volteo antes de salir.

—¡Y zorras sus abuelas!

Salgo del lugar y es cuando todo empieza a tomar sentido. Las miradas y los susurros cuando pasaba cerca de alguien en la llamada. Llego al salón y tomo mi mochila.

—Emma —me llama Lukas, pero lo ignoro.

—Ahora no, debo ir al campus de ciencia.

—¿Ya lo escuchaste?

—Voy a partirle la boca a ese idiota. Es un maldito hijo de puta, me las va a pagar.

—Emm relájate, respira —se coloca frente a mí.

—Muévete Lukas —estoy tan enojada que lo golpearía en este momento.

—Tranquilízate —pide. Lo empujo un poco cuando paso por su lado.

Camino por el césped con mi mejor amigo a mi lado.

—Tiene que haber una explicación.

—La hay, el muy imbécil le está diciendo a todos que follamos. Y eso no es verdad.

—Te creo, yo te creo a ti.

No respondo y acelero mi paso. Al llegar a las escaleras subo lo más rápido que puedo.

Cruzo la puerta principal.

—¿Dónde está Dante? —inquiero a un chico que está con otros.

—Emma Clark, ya eres famosa aquí —comenta y aprieto más mis puños —. Por qué no nos das el gusto a nosotros, no es necesario que tengamos una cita.

—No nos importa hacer fila o esperar —dice otro.

Al primero le propino un puñetazo en toda su cara, mientras que al segundo una cachetada.

—Así de duro puedo... —antes de que siga hablando doy un golpe en medio de sus piernas.

—¿Dónde está? —siseo y señala el pasillo que lleva a los casilleros —. Y lo siento, no le abro mis piernas a tarados como tú.