Algo Cliché Pero Al Revés©

Capítulo 30: Descubiertos

Milán.

~11/06/2020~

Intercalo la mirada entre las tres personas que hay en la casa. Primero miro al papá de la chica, luego al tío de la misma y por último a Emma que tiene una linda sonrisa.

—Quita tus manos escurridizas de mi sobrina —ella rie por lo que dice su tío, mientras tanto yo reprimo una sonrisa por verla —. Las manos arriba, donde yo las vea.

Hacemos caso con rapidez.

—Tu no Emma, solo el chico —indica su padre.

Aunque los dos son muy parecidos los logro diferenciar porque el que habló de ultimo tiene un rastro de barba y el otro no.

Clark baja sus manos, para enseguida llevarlas a mi trasero.

—¡Emma! —vociferan al unisonó.

—A ver, papá y tío, ¿Porque tanto drama? Si él quiere tocarme puede hacerlo, está en todo su derecho, además ya lo ha hecho antes.

—¿Antes?

—Si.

—¿Y cómo por qué? —inquiere su tío.

—Pues porque es mi novio.

Los dos me miran con su ceño fruncido y cara de confusión. Yo me quedo quieto en mi lugar sin cambiar de posición.

—Ya puedes bajar tus manos Anderson, ellos no te harán nada —mi mira y asiento.

—Yo no estoy haciendo ninguna promesa —añade su tío causando que regrese las manos a donde estaban.

El papá de Emma golpea su espalda, para luego mirarme.

—Bájalas muchacho —ella mi mira, se acerca, toma mis muñecas y hace lo que su padre dijo.

—No dejes que te intimiden —murmura.

—No me pides mucho.

—Mi tío es como un niño y mi papá un poco, pero es más maduro que el primero. Solo sígueles la corriente. A veces se ponen divertidos y molestosos —se coloca a mi lado —. No lo molesten —les dice.

—¿Cómo te llamas? No recuerdo tu nombre —quiere saber su papá.

—Milán Anderson.

—¿Anderson? Te me haces parecido a alguien —miro al tío de la chica —. ¿De casualidad, eres familiar de Daniel Anderson, el arquitecto?

—Si, es mi papá

—Él es mi amigo, me ayudo adecuar de mejor manera mi taller —sonrio —. Pero eso no significa que tú y yo seamos amigos. Quizás y si nos hubiéramos conocidos en otras circunstancias, las cosas serian distinta.

—Descuide, entiendo.

—¡Papá, te tengo una sorpresa! —los tres nos sobre saltamos por el grito de Clark.

—Pues, el que tu estes con él no me deja pensar buenas cosas —chasquea la lengua, para luego agacharse, dándome una buena vista de su trasero.

—¡Hey! —miro a los dos adultos —. ¿Se te perdió algo?

—No, señor.

Enseguida escucho maullidos. Emma pasa por mi lado colocándose frente a su tío y papá.

—¿Qué tiene estornudos? —pregunta el ultimo.

—Dijiste que la habías esterilizado, mentiroso —lo señala usando la patita de Estornudos.