Capitulo 16: La Biblioteca

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Milán.

~24/03/2020~

Dejo el colchón de tres plazas arrecostado en la pared, mirando el alrededor.

—¿Para qué dices que quieras subir la cama al pequeño piso que antes era una oficina? —inquiere papá

—Necesito más espacio —giro para tener una visión de la biblioteca —. Quiero que los sillones de antes estén allá —señalo la esquina que no tiene libreros —. El resto lo remodelaré a mi gusto. Y la cama la quiero allá arriba.

—Me doy una idea, así que manos a la obra. Debo ir a la constructora a las once para una inspección, tenemos dos horas.

Asiento para empezar a trabajar.

La verdad es que es cansado mover todo. Termino con los hombros adoloridos y las piernas cansadas, pero con la satisfacción de que todo está como quiero.

—¿No quieres quitar esas puertas corredizas del nuevo dormitorio? —miro el lugar.

—No, que se queden como están.

—Bien, yo te ayudé en lo más complicado. El resto te queda a ti —da unos pequeños golpes en mi espalda —. Llego tarde, nos vemos en la noche.

Sale del lugar, mientras yo muevo mi escritorio además de mi sillón favorito.

Una vez termino lo que debo hacer en la planta baja, subo al lugar donde dormiré de ahora en adelante.

La biblioteca mide diez metros de angosto por treinta metros de largo.

El segundo piso queda en uno de los laterales, ese espacio mide los mismos diez metros de angosto por trece metros de largo.

Tiene un pequeño balcón para mirar hacia abajo que ocupa dos metros de esos trece, después de eso pequeño espacio, están las puertas corredizas. Los vidrios polarizados, así que es una gran ventaja.

El lugar es suficiente espacioso para que entre una cama, una mesa de noche, además de dos libreros que están unidos a las paredes verticales.

Esos los usaré para mis libros favoritos, que a decir verdad son muchos.

Tiendo la cama, coloco las diez almohadas que tengo de diferentes tamaños y me arrojo sobre el colchón, descansando mi cuerpo.

Miro la hora, faltan cuatro para las doce y Emma quedo en llegar doce y media.

Mientras me ducho pienso en que ella fue una de las dos razones por las que cambie de lugar mis cosas. Quiero traerla aquí, porque es uno de esos lugares en la casa que mi familia no visita, salvo que me estén buscando o me necesiten. Me visto con ropa de tela y saco lápices más un cuaderno.

—¿Qué le pasó a tu habitación? —miro a la puerta, encontrando a Maya.

—Remodele. Ver la misma forma de orden por tres años, me causaba jaqueca.

—Quedo bien. ¿Y tu cama?

—En el lugar que antes era la oficina.

El timbre suena y ella sonríe.

—Es para mí, adiós.

Cierra la puerta y me siento en el mueble a esperar.

—¡Oye, sordo! —gritan desde afuera —. ¡Te buscan!

Salgo a paso rápido encontrando a Emma en la sala de estar.

—Hey —sonríe.

Lleva un vestido muy lindo, es de un patrón extraño y de colores pasteles que resaltan con su piel.

Algo Cliché Pero Al Revés©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora