Milán.
~28/10/2020~
Cierro la maleta sentándome sobre ella y resoplo al lograrlo. La verdad creo que llevo muchas cosas para tan solo tres días que son los que saldremos de Seattle.
Arreglo mi chaqueta de mezclilla y acomodo los mechones que me caen en la cara.
—¿Ya estás lista? —Annie aparece con Lance en los brazos —. Mamá y papá mandaron a preguntar.
—Ya casi, solo debo guardar mis cosas del periodo. Según mi calendario me bajará en dos días.
—Eso es lo único que no extraño desde que me embarace de Lance. La bendita menstruación. Ya van a ser cinco meses y nada que aparece mi periodo.
—Suertuda —ríe. Me acerco para pedirle a mi sobrino —. Pero recuerda que mañana este hermoso niño, dueño de todos los corazones de esta casa, mañana cumplirá cinco mesecitos —planto un beso sonoro en su mejilla —. Te amo, guapo —deja de mirarme y estira su mano en dirección a los gatitos que aún me quedan.
Dejo al bebé en mi cama rodeado de almohadas y subo a los dos gatitos, los cuales han crecido bastante. Annie se queda con el niño vigilando que los gatos no lastimen a él y viceversa, pero, a decir verdad, sé que no le harán nada, ya que los felinos solo los observan con curiosidad.
Organizo lo que me falta y al mirarme al espejo puedo decir que me veo mucho mejor que hace un mes. Las pesadillas siguen y a todos esos horribles sueños se ha sumado uno nuevo desde hace unas semanas. En el mal sueño veo a Maya tirada en el suelo con la ropa rasgada y con el maldito que intento violarme a mí, sobre ella. Trato de no mirar, pero alguien que no logro distinguir, siempre se coloca detrás de mí y me obliga a observar lo que le hacen y es cuando la veo llorar que me levanto asustada.
Muy aparte de las pesadillas, dentro de una semana se cumplirán dos meses desde que Milán y yo nos tomamos un tiempo para nosotros. Las personas que se han enterado de nuestro distanciamiento y siempre dicen que terminamos nuestra relación, pero eso no es cierto, ya que nosotros sabemos que nos alejamos por la salud mental y eso me es suficiente. Además, la cantidad de chicos que se me acercan queriendo que les acepte una cita, es increíble. A todos les he dicho que no de una manera amable y tres de ellos cuando escucharon él no, me llamaron puta y zorra, cosa que les hizo ganarse una linda cachetada por groseros.
Por el lado de Milán también me he enterado por distintas personas que bastantes chicas se le han acercado y que a todas les ha dejado claro que solo nos tomamos un tiempo, sobre todo a Chloe que parece garrapata tratando de conseguir una salida. Debo admitir que me sentí celosa e incómoda al inicio cuando me empezaron a decir que él tenía muchas chicas detrás, pero uno de esos días me encontré a Jaden y Garret en el supermercado y sé por sus propias palabras, sobre todo las de Jaden, que Milán solo piensa en el día que regresemos como una pareja normal.
He intentado cinco veces enviarle mensaje cuando me doy cuenta de que no está en línea, pero siempre me echó para atrás. Reviso en mis cajones buscando unos tampones y sin esperármelo encuentro el vibrador.
Me abstuve de usarlo durante los primeros cinco semanas, sin embargo, a la sexta no aguanté y lo usé en la madrugada. Desde esa vez solo lo volví a usar tres veces y desde ahí nada de nada.
Coloco mis demás cosas personales en el bolso individual y salgo del baño. Sonrio al ver que papá le está haciendo avioncito a su nieto. Al primero de todos los que tendrá.
ESTÁS LEYENDO
Algo Cliché Pero Al Revés©
Подростковая литература¿Qué es lo primero que piensas cuando dicen cliché? Algo que es muy repetitivo, pero que nos gusta, leer, ver o incluso escuchar. Eso son Emma y Milán, solo que un tantito modificado. El chico tiene dos modos, como los lectores. En la universidad...