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DINO-NIÑERAS

Los raptores estaban durmiendo por el medio del camino, así que, por los arbustos y árboles, caminamos y nos escondimos silenciosamente. Ya viendo que los animales no se despertaban, les di una señal a los chicos para que empezemos a correr hasta el edificio. Darius soltó una soja repentinamente, haciendo que Kenji se asustara, sin soltar ningún ruido.

Vimos como un raptor bostezaba y abría levemente los ojos, pero no nos vió y siguió durmiendo. El moreno nos alzó el dedo pulgar para que podamos subir sin problema. Primero subió Kenji, Ben, Sammy, Yaz y luego yo. Brooklyn estaba subiendo, pero agarró mal la soja y se empezó a caer soltando leves gritos, despertando a los raptores que venían hacia ella.

— ¡subánla! — grité, para agarrar la soja junto con los chicos, y empezar a jalarla lo más rápido posible. Ayudé a qué pueda subir —. No vuelvas hacer eso, tonta — fruncí el ceño, pero luego le di un beso en la frente.

— ABA alto — le ordenó Darius, el robot se quedó quieto en su lugar —. Que bueno que le pusiste control vocal al ABA — entregándole la tablet a Brooklynn.

— sí. Que bueno — agarró el objeto un tanto avergonzada.

— ¿tuviste que hacerte la interesante, no, Superestrella? — Kenji se acercó, extendiendo la mano para que la peli-rosa la agarrara. Pero, en cambio, la agarré yo, levantándome.

— okey, vamos. Quién sabe a qué hora se va despertar el psicópata — dije, y avancé.

Sentí como Brooklynn vino hacia mi y enredaba su brazo con el mío un tanto avergonzada. Sabía lo que pasaba, así que no dije nada, no quería incomodarla.

Entramos y bajamos por las escaleras para llegar al ascensor.

— este va a la enfermería — decía Darius, mientras nosotros nos adentrábamos al ascensor —. Hay una guardería junto a ella. Va a probar los chips de controles en los bebés a primera hora en la mañana.

— ¿no hay cámaras? — le pregunté.

— Don genio estuvo demasiado ocupado para echar a andar el sistema de cámaras de la isla. Avísenme por el ABA-X en cuanto saquen a los bebés. Buena suerte.

Asentí y las puertas se cerraron, bajándonos. Llegamos a la enfermería, observando múltiples cajas, puertas metálicas gigantescas, controles y camas para los dinosaurios. Sammy se quedó parada en una puerta, yo me le acerqué.

— ¿qué habrá ahí? — le pregunté con las manos en la cintura.

— averigüemoslo.

Nos acercamos a la puerta, Sammy puso su oreja para escuchar mejor. Un estruendo del otro lado hizo que saltaramos del susto. Escuchando un ligero rugido.

— oigan. Creo que la encontré — habló Ben.

— mejor larguémonos de aquí — dije, para correr hasta estar al lado del castaño.

— parece que solo hay tres bebés dinosaurios en la guardería.

Me acerqué a una puerta, seguida por Ben, Brooklynn y Sammy. Deslicé mi dedo por la pantalla, dejándome ver la información sobre el animal.

Brachiosaurus. Dos meses de edad. ADN extraído de la Isla Sorna — leí —. No nos costará mucho — miré a Ben.

— ¿en dónde nos vemos? — me preguntó Sammy.

— en la enfermería. Los subiremos a una plataforma y veremos a qué bioma pertenecen. Vayan — contesté.

Brooklyn y Sammy nos dejaron solos. Nos adentramos a la pequeña habitación, contemplando a un pequeño Brachiosaurus bebé dormido. Abrí el cristal.

𝗝𝗪𝗖𝗖 ❙ Ben Pincus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora