𝗕 ❙ Unos adolescentes asisten a un campamento de aventuras en el lado opuesto de Isla Nublar y deben unirse para sobrevivir cuando los dinosaurios causan estragos en la isla.
Pero dos de estos 7 campistas, se encariñan demasiado y encuentran sentim...
Estábamos los sies en la casa de Mae, comiendo pan o torta.
— cuando vuelva el Señor Kon, — empezó hablar Darius — querrá el resto de los chips de control.
— tenemos que destruirlos.
— sí. Además de los planos o los archivos para que no pueda hacer más.
— ¿dónde estarán los archivos? — preguntó Sammy ante el comentario de Yaz.
— seguramente en la computadora de la víbora tatuada — hablé, comiendo un pedazo de pan.
— okey. Brooklynn, Lins y yo iremos a la oficina de Kash para borrar los archivos. Sammy, Ben y Yaz, vayan al taller a destruir los chips — ordenó el moreno.
— de hecho, — habló Ben con su pan en la boca — ya me aburrió la destrucción. Quiero ir con el equipo a borrar los planos.
— ¿en serio? — ¿qué le paso a eso de "las explosiones son lo mio"? — ¿no es que no quieres separarte de Lins?
Preguntaron Darius, Brooklynn y Yaz. Reí ante la última.
— primero, no me encallisen, puedo evolucionar. Segundo, obvio que es también para estar más tiempo con mi novia — me miró coqueto.
Reí y me paré del sofá — ¿qué tal una competencia? — las miré a Yaz y Sammy con una ceja alzada y cruzada de brazos.
— ¿una carrera? Yo digo que sí.
— uhh, me gusta como suena eso. Ya quiero volar los chips y el taller en mil pedazos.
— o — la atleta agarró a su mejor amiga por los hombros — mejor no desatamos un incendio químico masivo dentro del bioma.
— buen punto — rió la de vincha —. No se que haría sin tí. ¿Fogata en el acantilado de afuera?
— las veremos o, mejor dicho, las esperaremos allá — habló Brook.
— las perdedoras asarán los malvaviscos — Ben sacó una bolsa y la arrojó a la mesa.
— excelente. ¿Listos?
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Entramos al edificio de Kash y nos escabullimos en los pasillos hasta llegar a la puerta, en dónde estaba la computadora. Pero nos detuvimos al ver dos ABA's escanear el lugar.
— nosotros los distraemos — dije en susurros, señalando a Ben —. Ustedes vayan a la computadora.
— ¿estarán bien?
— tranquilo, Darius — habló el castaño —. No por nada somos la pareja distracción.
