| JWCC: Chaos Theory, T3 E4 |

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【 EL AJUSTE 】

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【 EL AJUSTE 】


Aminata nos había prestado ropa nueva para que nos vistamos y así, ella podría lavar la nuestra. Me miré al espejo, tenía un short celeste con una musculosa blanca pegada al cuerpo. Giré para el costado, aun viéndome, apoyé mi mano en mi panza y suspiré.

— en serio necesito más verduras.

— yo en serio — me asusté al sentir la presencia de Ben detrás mía, enredando sus brazos en mi cintura — te digo que eres preciosa — me besó la mejilla.

— eres el mejor — me volteé a verlo y lo besé.

El beso era lento y tierno, expresando nuestro amor. Deslicé mis manos desde los brazos hasta el cabello castaño de Ben. Él acarició suavemente mis caderas. La situación se volvía más tensa a medida que pasábamos besándonos, pero el sonido de el celular vibrando hizo que el chico se separé de mi. Con una mano sacó el móvil de su bolsillo, mientras la otra aun reposaba en mi cadera.

— ya deja el teléfono de una vez — me crucé de brazos.

— esto es importante, cielo. Tengo que irme.

— pero... — me dejó con la palabra en la boca, ya que se fue corriendo a quién sabe dónde. Suspiré y me tiré en la cama, agarrando mi cabeza —. ¿Qué fue lo que hice?

Cubrí mi cara con mis manos y me incorporé, decidida a ir a hablar con Ben sobre está situación. Me molestaba y me entristecía a la vez. Lo encontré detrás de la casa, sentado en el suelo con el celular casi tocando su nariz.

— Ben, — lo llamé, causándole un susto, haciendo que esconda la pantalla del celular contra su pecho — ¿podemos hablar de... eso? — señalé el teléfono.

— ya sabes. Estoy buscándote un chaleco especial y dinosaurios cercanos — comenzó a teclear en su celular, pero al notar mi presencia dejó de hacer dicha acción. Me miró de arriba abajo —. Ya te puedes ir, cielo — sonrió.

Lo miré sorprendida, suspiré y lo miré relajada con mis cejas arrugadas — ¿hice algo mal? ¿Ese teléfono es más importante que yo?

— no, no, no, cielo. Como crees eso — se paró rápidamente, guardando su celular en su bolsillo trasero. Se acercó a mí y me tomó de las manos —. Eres lo más preciado que tengo. Solo es que... — miró hacia los costados.

— Ben, puedes decirme cualquier cosa. Yo te dije lo de Brooklynn y...

— ¿Brooklynn? — me miró asustado — ¿También lo sabes?

— ¿qué? — sonreí irónica — Vida, literalmente te lo conté todo cuando estábamos salvando a Bumpy.

— oh, oh, claro. Sí. Obvio — rió nervioso —. Pensé que tu... tal vez... sabías algo.

— amor, — sonreí algo sorprendida por su actitud — te lo conté todo allí.

— oh, claro. Ya sabes que se me olvidan las cosas — sonrió. Lo miré algo sorprendida.

— ¡oigan, Ben, Lins! — nos llamó Yasmina — ¿Verían que pueden rescatar del bote salvavidas?

— ¡claro! — habló Ben — ¿Vamos, cielo? — me sonrió y se fue.

Observé como el castaño se alejaba — pero tú nunca olvidas las cosas que te cuento — susurré para mi misma con tristeza. Suspiré angustiada y lo seguí.

Caminamos hasta el bote y saltamos la ventana. Ben y yo agarramos un par de botellas para el agua, cuando estaba apunto de irme, el castaño habló.

— cielo, si fueras una cuerda, ¿en dónde te esconderías de mí? — me miró con intriga.

— definitivamente en un lugar super secreto — intenté bromear para mi misma para sacarme la angustia que tenía.

— ja, ja, muy graciosa — rió sarcásticamente y comenzó a buscar por las cajas.

De lo distraída que estaba por mis pensamientos, me choqué con una caja, haciendo que una botella se me resbale de mis brazos y caiga abajo de los asientos. Me agache con frustración y agarré la botella, pero algo rojo titilando captó mi atención.

— ¿las cuerdas son rojas y titilan? — dije y agarré el aparato. Ben se posicionó al lado mió, mirando lo que tenía en sus manos

— es un rastreador — susurró, sacándome el dispositivo de las manos —. Hay que avisarle a los demás.

Asentimos los dos y corrimos hasta la granja para advertirles a nuestros amigos que estábamos en un posible problema grande.

— ¡Darius! — gritamos al unísono, haciendo que el moreno se volteé.

— ¿qué ocurre?

— en el bote encontramos...

— ¡no! — la voz desesperada de Zayna interrumpió a Ben.

El moreno y yo corrimos hacia las chicas. Yaz estaba recargando sus manos en sus rodillas, recuperando el aire.

— Geba y yo corríamos juntos y de repente, de la nada, alguien lo atrapó — explicaba la azabache —. Intenté correr tras ellos, pero yo... Lo siento mucho, Zayna.

— ¡alguien robó los huevos! — Kenji apareció corriendo.

— ¿qué? — dije exaltada, pero preocupada.
— ¿cómo pasó?

Nadie entendía qué pasaba o por qué se estaba dando esta situación.

— ¡porque nos rastrearon! — respondió Ben, acercándose a nosotros — Lins y yo encontramos esto en el bote — alzó el aparato.

— ¿un rastreador? Así que el corredor sabe dónde estamos.

— no podemos esperar a que nos encuentren. Tenemos que subir por el río y rescatar a Geba y a los huevos — habló el castaño.

— hay que irnos ahora — ordené —. Empaquemos todo lo esencial.

Los seis comenzamos a buscar fruta, agua, ropa, etc. dentro de la conservadora para nuestro próximo viaje.

— reúnan todos los suministros aquí — decía Zayna hacia nosotros —. Saldremos al amanecer.

— ¿una niñita nos está dando órdenes? — le susurré a Yaz, a lo que recibí un codazo leve de su parte.

Otra aventura se avecinaba.

Otra aventura se avecinaba

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𝗝𝗪𝗖𝗖 ❙ Ben Pincus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora