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【¿QUIÉN MANDA AQUÍ?】

— ¡ABA! ¡Cállate! — gritaba Darius con los oídos tapados, ya que el robot estaba reproduciendo una música rock demasiado fuerte. Este, paró — Perdón, creo que Kash solo tiene una canción grabada en esto.

— no te preocupes — rió Mae —. El solo oírte decir que encerraron a Kash es música para mis oídos.

— ¡sí!
— ¡lo atrapamos!

Festejaban los demás.

— esa escoria tatuada está donde tiene que estar — me crucé de brazos.

Bennsy empujó a Kenji, tirándolo al suelo.

— ven acá, Bennsy — la perseguía Ben.

Los dos empezamos a jugar con la pequeña, persiguiéndola o ella a nosotros, jugando carreras o a los empujones. Brooklynn me agarró de la mano y me llevó hasta un árbol, un poco lejos de los demás.

— te tengo que contar algo — me decía ella.

— me puedes contar lo que sea — le respondí.

Ella dió una bocanada — Kenji y yo estamos saliendo.

— ¿¡qué!? — me tapé la boca y saqué mi mano de ella rápidamente — Pero es... Kenji, ¿me entiendes?

— lo sé, también me lo cuestione. Pero me di cuenta que de verdad me gusta — dijo sonriente.

— si eso te hace feliz. A mí igual.

Ella se abalanzó a abrazarme, lo cuál le correspondí. Nos separamos y nos miramos, verla así de feliz me llenaba el alma. Volvimos junto a los demás. Yo fui hasta estar con Ben y Bennsy.

— ¡ven acá! — decía con una sonrisa el castaño, mientras correteaba con ella.

Agarré una rama con moras y traté de alimentarla.

— ¡oigan! ¡Llevaremos a los niños al desierto! — gritó Yaz.

— sí, sí, que se diviertan — contesté concentrada. Bennsy me pasó por al lado, empujándome levemente. Fue hasta Mae, quién tenía una rama de hojas en su mano —. Creo que ya no le gustan tus moras, Ben — nos acercamos a ellas.

— ha gastado muchísima energía y necesita algo más sustancial. Con esos movimientos irregulares del cuello y el aumento de producción de saliva, es evidente que las moras no bastan — explicaba Mae —. Podría hacerles una hermosa gráfica del comportamiento de dinosaurios, si quieren.

— no, gracias — dije con algo de vagancia, puesto que las gráficas, de solo pensarlas, me daban sueño.

— no necesitamos unas gráficas. Tenemos mi intuición — decía con orgullo Ben, poniéndose el puño en su pecho.

— obviamente. Aún así, hicieron lo correcto, chicos. Por fin es libre.

— pero aún tiene el chip en su cabeza — dije, acercándome a Bennsy y acariciando esa misma parte.

— si eso cae en manos equivocadas...

— entonces, creo que tenemos que sacarle ese chip, ¿no? — dijo Mae. Mis ojos se iluminaron.

— ¿tú puedes hacer eso?

— ¿que si...? Benjamin, soy una científica mundialmente medio famosa. Claro que puedo. Pero necesito equipo quirúrgico.

— ay, no puede ser — se quejó Ben.

— ¡ey! — los llamé a Kenji y a Darius, captando su atención — Vamos a ir para que le saquen el chip a Bennsy junto a Mae.

𝗝𝗪𝗖𝗖 ❙ Ben Pincus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora