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Rosé POV

—Gracias por recogerme, Jennie. Te debo una—dije acomodándome en el asiento luego de darle un beso en la mejilla de agradecimiento.

—Ni lo menciones rubia—me dijo sonriendo—¿Quién era la chica guapa que te hacía compañía? Era ardiente—comentó mirándome de reojo.

—Es la manager del equipo. Eso significa que es mi jefa—expliqué revisando mi celular. Por fortuna no tenía ninguna llamada perdida.

—La tendría difícil teniéndola como jefa. Estaría todo el día pensando en distintas maneras de... 

—¡Jen!—la interrumpí sabiendo de antemano como iba a terminar esa oración. Ella comenzó a reír con ganas por mi reacción—Por cierto... ¿nuevamente sacaste un auto de tu trabajo?—La regañé. Jennie trabajaba en una compañía automotriz mientras intentaba decidir qué hacer con su vida, ya que luego de haber estudiado Administración de Empresas se dio cuenta que aquello no era lo suyo. Sin embargo, se aprovechaba de su trabajo y siempre pedía los autos más lujosos para "verificar la calidad y poder dar una buena reseña a los clientes". Al menos eso es lo que siempre decía a sus jefes para convencerlos. Lo más increíble es que ellos realmente estaban de acuerdo y se lo permitían.

—¿A que es maravilloso? Jamás podría comprarme uno de estos, así que es mejor probarlo ahora que puedo ¿no crees?

—Creo que esa es tu filosofía de vida, Jen. Tú pruebas todo—le dije con un doble sentido que ella entendió perfectamente y ambas nos pusimos a reír. Así era ella, completamente libre. Éramos totalmente opuestas y quizá por eso nos llevábamos tan bien. En el trayecto Jennie me contó cómo había estado su día y yo le conté del mío. Una vez me dejó en casa y nos despedimos, tomé un largo baño para relajarme y finalmente me fui a la cama. Esa noche soñé con unos profundos ojos verdes que me inquietaban.

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A la mañana siguiente me desperté nuevamente temprano por lo que me alisté con calma. Incluso tuve tiempo de pasar por Starbucks y comprar un café y un dulce para la manager. Se lo daría como muestra de mi gratitud por lo que hizo ayer. Sé que aunque no lo haya dicho, fumó ese segundo cigarrillo sólo para no dejarme sola mientras esperaba mi transporte.

Llegué de las primeras a la empresa y aproveché para dejar el dulce y el café en la oficina de la manager. Junto a ello le dejé una pequeña nota en un post-it de ardillita donde le agradecí por su ayuda. Al entrar noté que su oficina estaba algo desordenada; había algunos cojines esparcidos por el suelo y el sillón parecía haber sido movido sin cuidado.  Ordené todo y lo dejé en su sitio. Mientras ordenaba encontré un zarcillo de oro en el suelo, era muy elegante y no estaba segura de si pertenecía a la manager, pero de igual forma lo recogí y lo dejé sobre su escritorio. Una vez estuvo todo ordenado, salí de su oficina y me dirigí a mi escritorio para comenzar con mi trabajo. Estaba tan absorta con los bosquejos que no noté cuando comenzaron a llegar mis compañeros.

—¡Tenemos una madrugadora!—dijo Jimin acercándose a su escritorio que estaba al lado del mío.

—Buen día—saludé a los tres chicos que acababan de llegar y estaban acomodándose en sus respectivos lugares de trabajo.

—¿Acaso pasaste la noche aquí?—se burló Sana y yo sonreí, negando con la cabeza.

—Sólo estaba inspirada y quise venir a trabajar cuanto antes—contesté. No podía decirles que en realidad llegué temprano porque quería dejarle un presente a la manager sin que el resto se enterara. En ese momento vi a la manager salir del elevador y caminar lentamente hacia su oficina con las gafas puestas. Nuevamente se veía como una diosa; esta vez llevaba una falda tubo negra, una blusa celeste y tacones. Su cabello estaba suelto y ondulaba a medida que caminaba con paso decidido a su oficina.

—Buenos días. Café primero—fueron sus únicas palabras. Estaba comenzando a notar cierto patrón en ella. Al parecer necesitaba un café antes de poder interactuar con el resto. Sonreí para mis adentros y continué trabajando. Ver a aquella Venus a primera hora del día segura que era una gran inspiración y una excelente motivación para hacer un buen trabajo. 

—Vaya, Roseanne. Eres realmente buena...—Escuché la voz de Sana sobre mi hombro y cuando me giré, la encontré mirando mis bosquejos. Sonreí algo avergonzada. 

—Aún no he terminado, no estoy segura si esta es la dirección que planean seguir en el videojuego—comenté. 

—A mí me gusta, es muy bueno—dijo Jimin que también se había unido a la conversación—Pero quien tiene la última palabra es la manager.

—¿La manager?

—Sí, es ella quien da el visto bueno o te hace rehacerlo de nuevo. Pero tranquila, sus críticas siempre son constructivas y todos hemos aprendidos mucho de nuestros errores—dijo Jungkook dándome una sonrisa tranquilizadora. 

Me mordí un labio con nerviosismo. No podía decirles que lo que me ponía nerviosa no era recibir críticas constructivas, sino la persona que me las daría. 

—Creo que terminaré completamente los diseños antes de presentárselos—comenté con la intención de ganar un poco más de tiempo. 

—Suena buen. Seguro, haz eso Roseanne—dijo Sana dándome unas palmaditas en el hombro. 

—Rosé—dije instintivamente. Ella me miró sin comprender—Sólo llámenme Rosé. Roseanne es demasiado largo.

—¿Rosé?—repitió Sana y asintió con la cabeza—Me gusta, es un buen apodo— 

Volví a sonreír. 

—Te queda bien. Rosé, como rosa... Y tú eres tan bella como una—comentó Jimin con su mejor sonrisa, ganándose las burlas de sus otros dos compañeros. 

—¿En serio, Jimin? ¿Esa es tu mejor frase conquistadora?—se burló Sana volviendo a su asiento. 

—Amigo... apestas—dijo Jungkook sin poder dejar de reír. 

Intenté no reírme. Realmente lo intenté, pero no lo logré. No quería hacer sentir mal a Jimin, pero realmente ese comentario fue lamentable y esperaba que no fuera su mejor frase de conquista. Jimin se sonrojó y le tiró una bola de papel a Jungkook, quien la esquivó ágilmente antes de volver al trabajo. 

Miré hacia la oficina de la manager pero la puerta se mantenía cerrada. Miré por unos segundos la ventana que había cerca de la puerta pero esta tenía un efecto espejo y sólo podía ver el reflejo de nuestra oficina. Suspiré y volví a concentrarme en los bosquejos, tenía que hacer un buen trabajo y tenía que impresionar a la manager. 


What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora