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Lisa POV

—¿Vas a decirme de una vez por qué tienes cara de culo?—preguntó Jisoo. Me había dejado caer en su casa luego del trabajo. Apenas dieron las cinco di un par de vueltas y terminé frente al estudio de Rosé pero no reuní el valor para bajar del auto y hablar con ella. Todo lo que había sucedido en la tarde me seguía carcomiendo. No tenía ni puta idea cómo estaban las cosas entre nosotras y por si fuera poco, estaría los próximos días sin poder verla por el viaje a Busan. Todo aquello me llenaba de incertidumbre y no era buena lidiando con eso.

—No tengo cara de culo—repuse terminando rápidamente mi cerveza. Jisoo esbozó una leve sonrisa antes de ofrecerme otra cerveza que recibí gustosa. 

—No es que no me guste que vengas de visita, pero si vas a estar enfurruñada en el sillón sin decir una palabra, no sé qué hacer.

—Lo arruiné, Jisoo—repuse con un suspiro cansino—Lo arruiné con Rosé.

—¿Hm? Necesitaré más.

Así procedí a contarle todo lo que había pasado esa tarde. Jisoo era muy buena escuchando y me dejó terminar sin interrumpirme en ningún minuto. Cuando finalicé, le dio un gran trago a su cerveza y me miró con cara de póker. 

—No suena como que lo hayas arruinado en absoluto—repuso finalmente. 

—¿Cómo que no? Me enfadé y me desquité con ella ¡Eso no está bien!

—Eso es cierto. Pero creo que tenías motivos para enfadarte. Y lo que sucedió con su celular suena a un accidente para mí—continuó con tranquilidad.

—¿Qué debería hacer, Jisoo? ¿Cómo arreglo las cosas con ella si estará los próximos días en Busan?—pregunté con ansiedad.

—¿No has pensado que quizá esos días separadas será algo bueno?—preguntó pero me enfurruñé e inmediatamente rió ante mi reacción—Vale... tal vez no. Lo mejor que puedes hacer es hablar con ella y disculparte ¿no? Aunque sigo creyendo que, milagrosamente, esta vez no fue tu culpa.

—Tampoco creo que haya sido culpa de Rosé. Sé que no lo hizo a propósito—suspiré.

—¿Mejor razón para hablar con ella cuanto antes?

—¿Pero qué tal si no quiere verme o hablar conmigo? Su móvil se rompió y sé que era como una especie de tesoro para ella.

—Entonces espera a que las cosas se calmen y habla con ella a su regreso—propuso Jisoo .

—No puedo esperar tanto—me quejé. 

—¡Lisa!—Jisoo se quejó haciéndome saltar del sillón.

—¡Ya, lo sé!—repuse cubriéndome los ojos con uno de mis brazos—Soy muy complicada ¿no?

—Cariño... las matemáticas son complicadas. Tú eres mucho más—se burló Jisoo y no pude evitar reír. Sí que lo era. Como no logré llegar a ninguna conclusión, decidí quedarme en casa de Jisoo esa noche. Seguimos bebiendo y comimos ramen ya que luego de varias cervezas ninguna se sentía en condiciones de preparar algo más sofisticado. 

—Habla con Rosé y arregla las cosas pronto—comentó Jisoo cuando ya estábamos en su cama king listas para dormir. 

—¿Qué hay con eso?—pregunté divertida. 

—Has estado feliz últimamente. Me gusta verte así, te lo mereces después de todo lo que ha pasado.

—Jisoo...—sonreí para mis adentros. La verdad es que sí me sentía mucho más feliz desde que Rosé había llegado a mi vida—Lo haré, arreglaré las cosas con ella.

—Bien—suspiró Jisoo y tras unos minutos de silencio noté que se había quedado dormida. No pasó mucho hasta que también sentí mis ojos pesados y al poco rato estaba profundamente dormida. 

Al día siguiente fue imposible no sentir la ausencia de Rosé en la oficina por lo que tras asegurarme que la habían ido a buscar a casa y había tomado el avión sin problema, me sumergí en una montaña de trabajo. Gracias a eso el día pasó realmente rápido. Poco antes del horario de salida Sana entró a dejarme unos gráficos que había solicitado.

—¿Has sabido algo de los muchachos?—pregunté intentando que sonara casual. 

—Oh, sí. Hablé con ellos cuando llegaron a Busan. Al parecer tuvieron un problema con la reserva del hotel por lo que estaban esperando por alguna solución.

—¿Un problema?

—Si. Según lo que dijeron, cancelaron la reservación de una de las habitaciones y no había otra disponible. Como están las cosas, probablemente terminarán pasando la noche juntos—comentó de manera traviesa y yo sentí como si me hubiera dado un golpe en el estómago. Me vi en la obligación de forzar una sonrisa cómplice.

—¿Necesita algo más?—preguntó. 

—No, nada. Puedes volver al trabajo—respondí. Sana se despidió y salió de la oficina. La información que recién había recibido me había dejado completamente inquieta, por lo que me puse de pie y rápidamente me dirigí al piso de recursos humanos. Por fortuna, Namjoon aún no se había ido.

—Oh, Lisa... qué sorpresa—saludó en cuanto me vió. 

—Hola Namjoon—saludé—¿Cómo va todo?

—Mucho que hacer—suspiró—La empresa sigue creciendo rápidamente pero eso también significa que los problemas crecen al mismo ritmo.

—Ni lo menciones—comenté—Escucha, hablando de problemas... ¿Pasó algo con los chicos que fueron a Busan?

—Sí. Fue muy extraño la verdad—comentó confundido—Yo mismo hice la reservación de las dos habitaciones pero hoy cuando llegaron al hotel los chicos me informaron que se había cancelado una de las reservas y desafortunadamente no tenían otra habitación disponible.

—¿Y cómo lo solucionaron?—quise saber.

—Jimin y Rosé dijeron que lo solucionarían de alguna manera, por lo que no estoy seguro—comentó Namjoon—¿No has hablado con ellos?—preguntó curioso. Antes de que pudiera responder su celular sonó y aproveché la oportunidad para escapar. Mi inquietud aumentaba con cada minuto por lo que una vez volví a mi oficina, me tragué mi orgullo y decidí llamar a Jimin.

—Hola manager—saludó Jimin muy animado. 

—Jimin ¿Cómo va todo? ¿llegaron bien?—pregunté como si nada.

—Llegamos bien. Tuvimos un pequeño problema con la reserva en el hotel pero ya está solucionado. La conferencia del día de hoy fue muy interesante, creo que le gustará la información que hemos recopilado.

—Excelente—me aclaré la garganta e inspiré hondo antes de preguntar—¿Y cómo lograron arreglar lo de las habitaciones?

—Desafortunadamente no había otra habitación disponible así que compartiré la habitación con Rosé. Es muy grande así que no creo que tengamos problema-comentó con gran tranquilidad. Yo por otro lado sentía el estómago revuelto ¿Iban a compartir habitación?

—¿Es así? ¿Y Rosé está de acuerdo con eso?—pregunté.

—Al principio no estaba segura, ya sabe... es una chica. Pero no teníamos otra alternativa así que aceptó. Oh... es hora de la cena, tengo que irme.

—Si, si... claro. Hablamos luego—dije y corté la llamada. No me gustaba. No me gustaba nada el arreglo que habían hecho. La ansiedad me estaba devorando por dentro así que sin pensarlo demasiado tomé las llaves del auto, mi billetera, celular e hice una rápida parada a mi departamento para buscar el pasaporte antes de dirigirme al aeropuerto. Cuando llegué a este, compré un boleto a Busan; por fortuna el próximo avión salía dentro de 30 minutos y el viaje duraba menos de una hora por lo que no tenía que esperar demasiado. Pronto podría ver a Rosé. Pronto podría verla y arreglar todo con ella. 

What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora