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Lisa POV.

La alarma. El sonido de la alarma fue lo primero que me despertó. Cerré los ojos con fuerza, quería seguir durmiendo. Escuché pasos que entraban y salían del baño de mi habitación y aquello me puso en alerta. Comencé a recordar los eventos sucedidos la noche anterior y el rostro de Rosé vino a mi mente ¡Mierda! ¿Seguía en el departamento? Me senté en la cama y agradecí que el dolor de cabeza fuese mínimo. Pestañeé varias veces para que mis ojos se acostumbraran a la luz. 

—¿Oh? ¿Te desperté?—preguntó Irene saliendo del baño en ropa interior—Disculpa que haya venido sin avisar, pero están remodelando mi casa y quise venir a darme un baño—explicó cuando no escuchó respuesta de mi parte.

—¿A qué hora llegaste?—quise saber. Miré hacia la mesita de noche y vi una botella con agua y una pastilla para el dolor de cabeza con el post-it de ardillita al que ya me había acostumbrado: "Bébeme :)"

—A eso de las do—-explicó mientras comenzaba a vestirse sin prisa—Tuve una cena interminable con un posible socio y está muy interesado en invertir en nuestra empresa.

empresa—aclaré bebiendo de la botella de agua—¿Estaba sola cuando llegaste?

La vi entrecerrar los ojos al oír mi pregunta.

—Sí. Ya estabas durmiendo y por más que intenté despertarte no lo conseguí—suspiró—¿Estabas con alguien antes de caer inconsciente?

—Hm... sólo una amiga—respondí esquiva.

—¿Una amiga? Creí que Jisoo estaba en Estados Unidos.

—Volvió hace poco. Pero no se trata de Jisoo—me levanté de la cama y tomé la pastilla.

—No sabía que tenías más amigas aparte de Jisoo.

—No tienes por qué saber con quien salgo—suspiré—Iré a bañarme.

—Tengo que irme rápido a la oficina—comentó—¿Debería venir esta noche?—Su tono sugerente hizo obvias sus intenciones. Lo pensé por unos segundos y al no querer estar sola esa noche, me encontré accediendo.

—De acuerdo—Sin decir más me metí al baño. Cerré la puerta y me apoyé en ella. Por algún extraño motivo sentí un poco de culpa al aceptar verme con Irene esa noche. Nuevamente el rostro de Rosé atravesó mi mente y no pude evitar suspirar ¿Qué me estaba pasando?

Mientras me bañaba y vestía recordé las cosas que hablamos con Rosé. De alguna manera nos habíamos hecho algo íntimas en los últimos días. Había aprendido más de ella en dos días que en una semana en el trabajo. Y ella había aprendido cosas de mí que nadie, excepto Jisoo e Irene sabían. 

Jisoo. Necesitaba hablar con ella para que me ayudara a entender qué estaba pasando conmigo. Una vez terminé de arreglarme, la llamé y acordamos vernos para comer juntas. Antes de ir a la oficina pasé por la cafetería a la que había ido anteriormente con Rose y le compré un cupcake de chocolate que estaba decorado con una ardilla bastante infantil. Era mi forma de agradecerle por haber estado conmigo el día anterior ¿Estaría bien dárselo? ¿Sería muy poco? Sentí que le estaba dando mil vueltas al asunto pero realmente quería demostrarle mi agradecimiento. Mientras caminaba de vuelta al auto pasé frente a una máquina de peluches. Me detuve preguntándome si aquello sería muy infantil. Decidí dejar que la suerte decidiera; sólo gastaría 100 yenes. 

Quince minutos más tarde entré al auto con el regalo para Rosé y un peluche de un pollito que me pareció adorable. Nadie se enteraría jamás que gasté 3000 yenes intentando ganarlo. Cuando llegué a la oficina ya estaban todos reunidos bebiendo un café antes de comenzar a trabajar. Noté cómo Jimin pasaba un brazo sobre el hombro de Rosé y sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago, pero decidí culpar a la falta de alimento. 

—Me alegra que estés mejor Rosé. Ayer nos asustaste, sobre todo cuando no contestabas el teléfono—reprochó Sana a la mencionada. Aquello llamó mi atención ¿Acaso había estado enferma? 

—¡Oh! Buenos días, manager—saludó Jimin que fue el primero en verme. Soltó de inmediato a Rosé e inclinó la cabeza. El resto de los muchachos se dio la vuelta para saludarme.

—Manager, la extrañamos ayer—dijo Sana con su característica sonrisa.

—De seguro disfrutaron mi ausencia y apenas trabajaron—dije a modo de broma y todos rieron pero nadie lo negó.

—¿Cómo amaneció, manager?—preguntó Rosé. Su mirada mostraba genuina curiosidad y se veía tan angelical como de costumbre. ¡Contrólate, Lisa!

—Bien, gracias. Espero que no haya habido ningún inconveniente ayer—respondí cambiando rápidamente de tema.

—Le dejé todo lo que necesitaba sobre su escritorio—comentó Jungkook—La única novedad fue que Rosé enfermó y tuvo que ir al hospital.

—¿Oh?—miré a Rosé pero noté cómo comenzó a jugar con sus manos, muy incómoda. Entonces esa excusa había inventado para irse del trabajo ayer. Pequeña mentirosilla. Decidí ponerla en aprietos—¿Y ya te sientes mejor?

—Hm... sí—respondió sin mirarme.

—¿Era grave?—continué molestándola. Ella se ruborizó de inmediato y se mordió un labio.

—Me intoxiqué con algo que comí. Nada grave.

—Ya veo...—asentí con la cabeza sin poder ocultar mi sonrisa—Bueno, me alegro que te encuentres mejor. Te necesito en mi oficina en unos diez minutos para discutir los bosquejos.

—Claro—respondió. Me despedí y entré a mi oficina. Como de costumbre tiré mis cosas en el sillón y contemplé las rosas que había en la mesita de centro. Seguían frescas y hermosas. Me acomodé en mi escritorio y comencé a revisar el papeleo que Jungkook había dejado. Pese a que había faltado sólo un día, tenía muchas cosas pendientes. Di un largo suspiro y me puse manos a la obra. 

Exactamente diez minutos después escuché un golpe en la puerta y supe de inmediato de quién se trataba. Ella era sumamente obediente. 


What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora