006

1K 100 1
                                    

Lisa POV.

Acababa de bajar del elevador cuando escuché a la chica nueva decir que llegó temprano porque estaba inspirada. Sonreí para mis adentros. De seguro tuvo una gran noche con esa morena del auto deportivo y eso la hizo despertar tan animada ¡Ah, la juventud! 

—Buenos días. Café primero—Fue lo único que dije a modo de saludo. La verdad es que no me gustaba socializar demasiado, especialmente tan temprano. No era una persona madrugadora, sino nocturna y es por eso que cada mañana era tan difícil levantarme. Y esta mañana no había sido la excepción, por lo mismo necesitaba una dosis de cafeína antes de comenzar la jornada. 

Apenas entré me di cuenta que la oficina estaba mucho más ordenada de lo que yo la había dejado la noche anterior ¿Habría sido Irene? Lo creía poco probable. Me acerqué entonces a mi escritorio y vi un café de Starbucks, un paquetito que me imaginé tenía algún dulce dentro y una nota en un post-it de ardilla bastante infantil. Dejé mi celular, llaves y otras cosas sobre el escritorio y leí entonces la nota: "Gracias por su ayuda nuevamente, manager. Que tenga un grandioso día :)". Entonces había sido la chica nueva. Miré desde mi ventana hacia la oficina donde estaban todos ellos reunidos alrededor de la chica que se encontraba dibujando algo. Sonreí. Realmente era linda. Entonces puse los ojos en blanco y di un suspiro; tenía que recordar que la chica nueva estaba fuera de los límites. 

Había estado trabajando toda la mañana sin parar y a eso del mediodía comenzó a gruñir mi estómago. Suspiré e intenté reunir ánimo para ir a una de las máquinas expendedoras a comprar algo simple cuando recordé el dulce que había recibido de la rubia. Abrí el paquetito sólo para sorprenderme al encontrar mi dulce favorito. La verdad es que no era de comer muchos dulces, pero los bizcochos de chocolate y trufa eran de mis favoritos, asique me lo comí animadamente. Tendría que agradecer el detalle. 

Decidí que a la hora de almuerzo saldría a fumar un cigarrillo a la azotea, sólo para despejarme un poco. Había tantas cosas por atender en la empresa y realmente era un fastidio que Irene tuviese a tanta gente bajo su cargo que no pudiese bien el trabajo. Hacía lo que podía, a veces funcionaba y otras no. De cualquier manera Irene nunca me recriminaba nada, quizá porque sabía que estaba haciendo más de lo que me correspondía. Y quería pensar que era por eso, y sólo por eso, que mi sueldo era considerablemente más alto que el resto del personal. No es que el dinero me importase demasiado, pero definitivamente me permitía ciertos lujos de los que no podía quejarme. 

 Por fin era la hora de almuerzo y esperaba encontrar la oficina vacía pero noté que la chica nueva seguía dibujando en su escritorio. Estaba tan concentrada que ni siquiera me notó. Decidí dejarla y me dirigí a la azotea por mi tan anhelado cigarrillo. Lo encendí y noté como me relajaba con cada calada. En la azotea me encontré con Namjoon, quien también había salido para disfrutar de un poco de nicotina. Conversamos y bromeamos hasta que luego de un rato recordé que tenía que hacer algunas llamadas, por lo que me despedí del chico antes de volver a la oficina. Quedaban cerca de diez minutos de almuerzo y pasé frente a la cafetería de la empresa. Sin pensarlo compré un sándwich y un jugo antes de volver. Como me lo esperaba, la rubia seguía trabajando muy concentrada. Me acerqué sigilosamente para observar lo que estaba haciendo y pude observar que tenía un bello dibujo de una persona desde distintos ángulos. La infinidad de detalles que puso en el dibujo era impresionante. Era realmente talentosa y no me costó entender el por qué Namjoon la había elegido. 

En ese momento ella se estiró con los ojos cerrados y acarició su cuello que parecía dolerle. Tuve que reprimir las ganas que sentí de pasar mis manos por sus hombros y darle un pequeño masaje. Aclaré mi garganta para hacer notar mi presencia y dejé el sándwich y el jugo que acababa de comprar sobre su escritorio. Ella miró primero lo que había dejado encima y luego a mí, al parecer sin entender del todo qué significaba.

—El almuerzo está por acabar—expliqué.

—Oh...—dijo ella mirando su reloj y abrió mucho los ojos.

—¿Oh?—repetí arqueando una ceja—Es importante que se alimente, señorita Park—

—No me di cuenta de la hora. Estaba muy inspirada—Se ruborizó mientras lo decía y no pude evitar poner los ojos en blanco. La morena realmente tenía a esta chica en la palma de su mano

—Rosé, por favor—dijo de pronto.

—¿Hm?—Levanté una ceja con curiosidad, ya que no entendí a qué se refería.

—Si no le molesta manager, preferiría que me llamara Rosé. No me gusta que me traten de usted—comentó sonriendo. La observé unos segundos y luego asentí con la cabeza.

—De acuerdo, Rosé—Me gustó como sonó su apodo cuando salía de mis labios. Suspiré de nuevo, ese tipo de pensamientos estaban prohibidos—Ahora come—ordené señalando el sándwich y el jugo y me di media vuelta para volver a mi oficina.

—¡Muchas gracias, manager!—dijo con mucha energía a mi espalda. No pude evitar sonreír mientras caminaba. Cuando actuaba así me costaba recordar que en realidad era una niñita de papá que tenía una novia millonaria que conducía un deportivo lujoso. 

Apenas había vuelto a la oficina cuando llegó un mensaje a mi teléfono. No me sorprendió ver el nombre de Irene en la pantalla ni tampoco el contenido del mensaje. 

Irene: ¿Esta noche? ¿Tu casa o la mía? ;)

Lisa: Sí, lo que sea. Tu casa.

Irene: No puedo esperar. Bss. 

Suspiré y dejé mi teléfono sobre el escritorio. Sabía que la visita no sería una amistosa, que no íbamos a jugar cartas o ponernos al día mientras bebíamos una copa de vino. Esta extraña relación que manteníamos era puramente sexual y ambas habíamos parecido llegar a un acuerdo no verbal sobre ello. Al menos así era por mi parte, ya que sabía que Irene seguía esperando que le diera otra oportunidad. Pero eso no iba a pasar. 


What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora